Uno de cada tres profesores catalanes se muestra dispuesto a dejar la profesión, según el sindicato Ustec
Una encuesta de la entidad revela que los motivos económicos y el ambiente del trabajo está perjudicando la salud mental del colectivo
Uno de cada tres profesores catalanes se muestra dispuesto a dejar la profesión, según refleja la encuesta realizada por el sindicato Ustec (el mayoritario del sector) el pasado mes de mayo y que respondieron unos 14.000 profesores (de un total de 90.000). El sindicato lo atribuye a una “tormenta perfecta”: “Intervienen varios motivos, como el deseo de mejorar económicamente, pero también por el sentimiento de degradación de la profesión, debido a que ven que con los años la situación no mejora y tienen más carga de trabajo y más ambiente conflictivo”, resume Xavier Díez, coordinador del estudio.
Ante la pregunta de si el docente se plantea abandonar la profesión, el 36% respondió afirmativamente. El perfil más habitual de estos es un hombre de unos 30 años, que imparte clases en la ESO o en escuelas de adultos, con un nivel formativo alto (disponen de un doctorado) y que tiene una situación económica precaria (vive en piso compartido y tiene ingresos bajos). “A raíz de la pandemia creció el malestar emocional entre los docentes, es lo que se conoce como la Gran Renuncia Docente. Pero lo preocupante es que ello se suma a la falta de profesores para cubrir las vacantes”, ha resumido la portavoz de Ustec, Iolanda Segura.
Según los encuestados, los factores que hacen menos atractiva la profesión son los conflictos con las personas (se con otros profesores, alumnos o familias), mientras los aspectos positivos que más se destacan son el ambiente de trabajo y la flexibilidad horaria.
De hecho, la encuesta -formada por 81 preguntas- revela una sensación generalizada de complacencia con el trabajo: el 60% considera que la relación con los compañeros es satisfactoria, pero también destaca el hecho de que el 40% piensa que la democracia interna de los centros ha menguado en los últimos años. En este sentido, Xavier Díez ha apuntado que los docentes hablan de “proceso de proletarización”, por el conocido como decreto de plantillas que permite a las direcciones seleccionar parte de su plantilla, lo que crea para los sindicatos situaciones de discriminación y favoritismos. Para Ustec, este uno de los motivos que también genera malestar e insatisfacción en la profesión.
Gran parte de los docentes (41%) considera que tiene una buena salud física, pero no una buena salud mental. Esta percepción la tienen el 45% de los encuestados, pero el mayor malestar se ha detectado entre personas entre 21 y 40 años y en los docentes de institutos escuela y escuelas de educación especial, mientras que en el lado contrario están las escuelas oficiales de idiomas y las rurales, que son los más satisfechos. La encuesta también relaciona esta desazón con una mala situación económica personal: el 60% de profesores con problemas financieros confiesa tener una salud mental precaria.
Sobre la carga de trabajo, prácticamente el 90% ve un incremento de tareas en los últimos años y uno de cada tres asegura que realiza hasta 12 horas semanales de trabajo en casa, muchas veces incluso en fin de semana (lo hace dos de cada tres docentes). Según Ustec, aunque la jornada de los docentes es de 37,5 horas semanales, se acaban haciendo de media unas 44 horas.
“La situación de la docencia en Cataluña es delicada, pero no es crítica y es reversible”, ha sintetizado Díez. Ante esta situación, el sindicato Ustec “medidas inmediatas” de carácter económico, organizativo y laboral. En concreto, piden un aumento de los salarios y fijar en 2.500 euros netos la retribución de un docente que inicia la carrera (ahora es de 1.500), para hacer más atractiva la profesión.
En cuanto a la jornada laboral, piden reducirla a 35 horas y que sea continuada en todos los centros educativos (actualmente es generalizada en secundaria, pero proponen extenderla a primaria). Asimismo, piden que convertir en funcionarios directamente todos los interinos en abuso de temporalidad, derogar el decreto de plantillas y más protección del profesorado en caso de agresiones. También reclaman reducir ratios y más personal especializado para atender a los alumnos con algún trastorno o discapacidad y reducir la carga de trabajo en cuanto a tareas más de gestión.
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