¿A dónde va Puigdemont?
Si Sánchez no presenta la moción de confianza, si el otro se planta, ¿qué hará, propiciar una moción de censura con PP y Vox? ¿Será mejor para Cataluña?
Carles Puigdemont ha querido demostrar que tiene a Pedro Sánchez, y con él a toda la política española, en un puño. Pero es una jugada arriesgada, porque puede encontrarse con que, al cerrar el puño, dentro no haya nada. Su relación con la política es tormentosa, narcisista e imprevisible. Como Trump, con el que tiene más en común de lo que pudiera parecer. Está demostrando una idea de las relaciones políticas basadas no en la confianza, el respeto por las leyes y la lealtad institucional, sino en la fuerza, incluido el chantaje, y en el recurso permanente a la argucia y la teatralización para colocarse en el centro del tablero.
En todo momento ha puesto condiciones difíciles de cumplir, y cuando han aparecido las dificultades, las ha tomado como un incumplimiento. Es el caso de la ley de amnistía: en lugar de atribuir su incumplimiento al boicot de una parte de la Justicia española, se la atribuye al PSOE y al Gobierno, por no haber sabido doblegar sus resistencias. ¿Cómo cree Carles Puigdemont que debería haberlo hecho? ¿Haciendo saltar por los aires la división de podrees e incumpliendo las leyes?
Pidió que el catalán fuera oficial en las instituciones europeas y el Gobierno está haciendo lo posible para que así sea, pero el cumplimiento de esta exigencia no depende del Gobierno de Pedro Sánchez, sino de 26 más. ¿Cómo se supone que Españam debe imponerlo, según Puigdemont? Otra de las exigencias que se está negociando es la transferencia de competencias en materia de inmigración. Las pide todas, también las que, como la policía de fronteras, son exclusivas del Estado. ¿Es que piensa Puigdemont que Cataluña es un país independiente, con sus fronteras y aduanas?
Por cierto, sería bueno que además reclamar las competencias, nos explicara qué quiere hacer con ellas, porque hay fundadas sospechas de que está pensando en utilizarlas para frenar a la ultraderecha nacionalista catalana, que puede segarle la hierba en Cataluña de reminiscencias carlistas, a base de asumir parte de sus postulados.
Pero es el último episodio el que ha demostrado lo que realmente le importa. Gesticular para sobrevivir. “Hacerles pasar por el aro”, como dijo en cierta ocasión Jordi Pujol. Porque la exigencia de que Pedro Sánchez se someta a una cuestión de confianza no va de competencias para Cataluña, ni siquiera de beneficios personales para él, como pueda ser la amnistía. Va de ejercer un poder de amenaza que en realidad no tiene porque en cuanto la ejerce, se esfuma la fuerza. Si Sánchez no presenta la moción de confianza, si el otro se planta, ¿qué hará, propiciar una moción de censura con PP y Vox? ¿Será mejor para Cataluña?
¿Y para Junts? En realidad, con este turbulento proceder, Puigdemont ha tejido una tela de araña en la que él mismo está atrapado. El PSOE está haciendo todo lo posible para no romper los puentes, incluso con un alto coste político que comporta por la imagen de claudicación que proyecta. Pero lo único que consigue está dinámica es debilitar al bloque que objetivamente más ha hecho por la cauterización de las heridas del procés.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.