Dos escuelas catalanas del Opus renuncian al concierto para poder separar niños y niñas

Las dos grandes escuelas vinculadas al Opus Dei, La Farga (Sant Cugat) y La Vall (Bellaterra) pasarán a ser privadas en el curso 2026-27. Así lo ha comunicado las direcciones de los centros, pertenecientes a Institució Familiar, en una reunión con las familias celebrada el lunes. Las escuelas han tomado esta decisión para volver a ser escuelas diferenciadas y poder separar niños y niñas, cosa que les comportará la pérdida del concierto educativo y, según ha avanzado Ara, una subida de las cuotas para las familias de unos 60 euros mensuales de media.

En 2022, el Departamento de Educación, entonces en manos de ERC, echó mano de la nueva ley estatal educativa, la Lomloe, que le permitía retirar la financiación a las escuelas que no realizaran una escolarización mixta. En ese momento, coincidiendo con la renovación de los conciertos en la ESO, de la decena de centros del Opus que mantenían la separación por sexo, la mayoría aceptaron la exigencia de la Generalitat, excepto dos, Viaró y Camp Joliu, que perdieron el concierto y han pasado a ser privadas. Los centros recurrieron la decisión, pero la justicia finalmente dio la razón a Educación.

Con este nuevo panorama, las escuelas han analizado la posibilidad de mantener su proyecto de educación diferenciada sin la subvención de la Generalitat. Algunas escuelas han decidido mantener el modelo mixto, principalmente por un motivo económico. Pero La Vall, de niñas, y La Farga, de niños, que suman más de 2.000 familias y son los grandes centros de Institució Familiar, apuestan por la vía privada. Desde la entidad admiten que si hubieran renunciado al concierto hace cuatro años “hubiera impactado mucho en las familias”, pero entonces iniciaron un proyecto estratégico. “Hemos hecho un gran trabajo para poder llegar a tomar esta decisión. Ahora estamos preparados para afrontarlo con garantías”, apunta Joaquín Juan Torres Lacambra, director general de Institució Familiar.

Desde la entidad aseguran que no temen al descenso de natalidad y de alumnos que están viviendo otras escuelas concertadas y aseguran que “las aulas se llenan y cada año se quedan niños sin poder entrar”. De hecho, la institución abunda que en los dos últimos años han ganado 350 alumnos, cosa que les da oxígeno y seguridad para sobrevivir como privadas.

El curso próximo, las dos escuelas seguirán siendo concertadas, pero el año que viene, en el momento que se tienen que renovar los conciertos de infantil, primaria y secundaria, la Farga y la Vall no presentarán ninguna solicitud y se convertirán en privadas. Los pocos alumnos que se hayan escolarizado con el modelo mixto serán recolocados, concentrando de nuevo niños en La Farga y niñas en La Vall. Según el portavoz de FAPEL, entidad que agrupa las AFA de estas escuelas, “las familias están tranquilas y contentas” por la decisión.

Las dos escuelas seguirán así una parecida a la de los colegios Viaró, de niños, y Canigó, de niñas, que el pasado septiembre anunciaron le inicio de un proceso de fusión para “crecer” y poder resistir sin el concierto.