Mujeres con menores a su cargo, migrantes o mayores solos son los perfiles atendidos por Cáritas Valencia en 2022
El obispo auxiliar Arturo Ros agradece la colaboración de la Diputación de Valencia y de la Consejería de Igualdad de la Generalitat en los programas de ayuda
Cáritas Diocesana de Valencia ayudó el año pasado a cerca de 52.000 personas, un 6,8% más que el año anterior, con unas cifras de atención como anteriores a la covid-19. “Los efectos de la pandemia, unidos a la subida de los precios y la inflación, y las consecuencias de la guerra en Ucrania están manifestándose con toda crudeza entre las personas más vulnerables”, ha enfatizado la organización en la presentación este miércoles de su actividad en 2022.
Los perfiles de las personas atendidas por la institución no han cambiado mucho respecto al año anterior: son mujeres solas con menores a su cargo, parejas jóvenes con hijos, personas migrantes, la mayoría de ellas en una situación administrativa irregular, mayores de 65 años solos y personas con viviendas precarias. El grueso de las atenciones se concentra en el perfil de mujer, migrante y con menos de 44 años, ha explicado la secretaria general de la entidad, Aurora Aranda.
De las cerca de 52.000 personas atendidas por Cáritas, un 19% lo son desde hace más de 10 años, es lo que se conoce como cronificación de la pobreza. “Se trata de familias, muchas de ellas, en pobreza severa”., ha añadido. También destacan los más de 900 menores de edad acompañados por Cáritas, que fueron acogidos en proyectos de infancia o adolescencia o residieron en uno de los hogares de la organización.
La invasión rusa de Ucrania trajo hasta la Comunidad Valenciana a cientos de refugiados y Cáritas acogió en su diócesis de Valencia a 1.118 personas, un centenar de las cuales residieron en viviendas cedidas por la organización o instituciones de la Iglesia. También se realizó la mayor colecta de la historia de la diócesis, con 1,6 millones de euros recaudados, para destinarlos a todas estas situaciones de emergencia.
El director general de Cáritas, Ignacio Grande, ha insistido en que tres necesidades básicas de la población que atiende la organización son alimentación, vivienda y empleo. En concreto, el 95% de las personas que acuden solicitan ayuda en alimentación. No obstante, ha señalado que este apoyo ya no se presta mediante una asistencia directa, la tradicional bolsa de comida, sino en el 68% de los casos a través de tarjetas solidarias que pueden utilizar los beneficiarios en comercios, grandes superficies, o en los 27 economatos de la Diócesis”. En total, se repartieron 2.700 tarjetas el pasado año.
La segunda necesidad más demandada, por el 61% de las atenciones, es la vivienda, un requisito “fundamental para el desarrollo del proyecto vital de una persona”. El 65% de las ayudas fueron destinadas a alquiler y el 35% restante fueron destinadas al pago de suministros.
“De las ayudas que concedimos en materia de vivienda, el 54% eran de personas migrantes en situación administrativa irregular. Además, el 47% de los beneficiarios estaban realquilados, en habitaciones o en viviendas compartidas, es decir, “no tenían un recurso habitacional propio. Por ello, ha recalcado Aranda, la necesidad de políticas públicas “más activas” que garanticen un acceso a la vivienda y reduzcan las listas de espera y un parque público de vivienda.
Un presupuesto de 12,6 millones
La tercera clave es la búsqueda de un empleo digno. Cáritas atendió a más de 2.700 personas a través de su agencia de colocación y proyectos de acompañamiento. El 25% de esas personas consiguieron posibilidades de inserción laboral. No obstante, ha alertado de que, pese a que el aumento del salario mínimo interprofesional y los resultados de la reforma laboral han mejorado en parte las condiciones laborales de las personas atendidas, hay un perfil que “muestra a una mujer que busca un empleo doméstico y que supone el 57% de las atenciones”.
Cáritas invirtió 12,6 millones de euros en la atención social en la diócesis de Valencia, un 52% en programas de atención y acompañamiento y un 24% para cubrir necesidades básicas como alimentación, suministros, ayudas para alquiler, desahucios, pago de recibos, reparaciones en la vivienda, medicamentos o ayudas educativas.
Arturo Ros, obispo auxiliar de Valencia, ha incidido en la comparecencia pública en la colaboración con las Administraciones Públicas valencianas. En concreto ha destacado la predisposición y ayuda del presidente de la Diputación de Valencia, Toni Gaspar, y las puertas abiertas de la Consejería de Igualdad, y más concretamente de la Dirección General de Infancia y Adolescencia, “que nos abrió sus puertas”, ha manifestado.
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