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Gobierno y Junts acercan posturas, pero la Mesa del Congreso sigue en el aire

Los independentistas mantienen hasta el último momento la incógnita sobre su decisiva postura

Pedro Sánchez, con Cristina Narbona y Francina Armengol, el miércoles en el Congreso.
Pedro Sánchez, con Cristina Narbona y Francina Armengol, el miércoles en el Congreso.Claudio Álvarez
Xosé Hermida

La intriga se mantendrá hasta el último suspiro. Las Cortes salidas de las elecciones del pasado 23 de julio se constituyen a las diez de la mañana de este jueves sin que haya certeza de quién se hará con el control de los órganos del gobierno del Congreso, primera prueba de fuego para saber si Pedro Sánchez podrá construir una nueva mayoría que le garantice la investidura. El independentismo catalán, y muy singularmente Junts, su sector más inflexible, son decisivos para que la izquierda se haga con el control de la Mesa y hasta última hora mantiene la incógnita sobre cuál será su postura. En las últimas horas, el optimismo ha avanzado en las filas del Gobierno en funciones y de sus aliados, al constatar que se han logrado acercar posturas en las negociaciones con Junts, según fuentes del Ejecutivo.

La decisión final la tiene el partido de Carles Puigdemont, que ha convocado a su ejecutiva para las ocho de la mañana, solo dos horas antes de que comience la sesión constitutiva del Congreso. En Junts se da por hecho que la reunión servirá solo para ratificar lo que haya decidido el expresident catalán prófugo desde Bélgica. En las últimas horas, se han intensificado las gestiones del Ejecutivo y de sus aliados para tratar de convencer a Junts de que no permita que la derecha se haga con el control del Congreso, lo que se interpretaría como el final anticipado de la legislatura y el pasaporte a una repetición electoral. La negociación oficial la dirige el ministro de la Presidencia en funciones, el socialista Félix Bolaños, pero también la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, se ha implicado en contactos al “máximo nivel”, al igual que el dirigente de los comunes Jaume Asens, con una muy buena relación con Puigdemont y su círculo de confianza.

El acercamiento de posturas, señalaron las mismas fuentes, ha permitido dejar en un segundo plano la demanda de Junts de una amnistía para los independentistas que tienen causas pendientes por el procés y centrarse en otras reivindicaciones, como la de que se permita el uso de las lenguas cooficiales en el Congreso, según las fuentes consultadas. Sánchez envió en la mañana de este miércoles una primera señal a los independentistas en un discurso en la Cámara baja ante los diputados y senadores socialistas, en el que anunció que aprovechará la presidencia de la UE para introducir en las “instituciones comunitarias” el catalán, el gallego y el euskera.

El gesto fue considerado insuficiente por los independentistas, que recordaron que el Gobierno ya había prometido lo mismo hace un año en la mesa de diálogo con la Generalitat. La posición de Junts ha tenido como efecto colateral elevar también el listón de las peticiones de ERC, que advirtió de que tampoco puede darse por seguro el apoyo de su grupo a la candidata socialista a presidir el Congreso, Francina Armengol.

Sin saber aún si tendrá apoyos suficientes para mantener el control de la Mesa, el presidente en funciones regresó este miércoles de sus días de asueto y anunció a los parlamentarios socialistas disposición a repetir el “Gobierno progresista”. El líder del PSOE dedicó la mayor parte del discurso a atacar con gran dureza al PP por reivindicar su derecho a gobernar como lista más votada el 23-J. Sánchez llegó a acusarlo de “presionar al jefe del Estado” por su propósito de que el Rey designe a Alberto Núñez Feijóo como primer candidato a la investidura.

Los socialistas quisieron escenificar el ambiente de euforia que trasladan desde la noche electoral, pese a la incertidumbre sobre el futuro inmediato. Acogieron a su líder con una enorme ovación, y Sánchez habló en todo momento como si fuese el vencedor de la contienda. “Querían un plebiscito y lo perdieron”, sentenció el presidente en funciones en su análisis, el más extenso hasta ahora en público, de lo ocurrido en las pasadas elecciones.

Frente a eso, Sánchez regresó a una de sus imágenes predilectas de la última campaña, “el túnel tenebroso” que encarnarían PP y Vox, presentados de nuevo como un solo ente en el discurso presidencial. El líder del PSOE aludió al “retroceso de derechos” en las comunidades y municipios donde las dos formaciones ya gobiernan juntas. Y acusó al PP de acabar mimetizándose con la “ultraderecha”. “Abascal quiso cambiar al PP desde dentro y no lo consiguió, pero ahora lo ha conseguido desde fuera”, afirmó.

Su ataque al PP fue constante y demoledor. “Desde las elecciones están en estado de shock, porque fueron víctimas de su propia propaganda”, disparó. “Han dinamitado todos los puentes con cualquier partido más allá de Vox”, insistió.

Sánchez fue especialmente cáustico al atacar la continua invocación del PP a que se le reconozca el derecho a gobernar por haber sido el más votado en las elecciones. “Tienen un largo camino por recorrer para elegir a qué derecha europea se quieren parecer”, manifestó. “Por ahora deben aceptar algo tan básico y tan legítimo como que en España gobierna el que más apoyos tiene”. Ahí invocó expresamente el artículo 99 de la Constitución, que establece que es la mayoría del Congreso la que escoge al jefe del Ejecutivo, y redobló su ataque al PP: “No es la hora ni de presiones al jefe del Estado ni de cábalas mágicas. Es la hora de la democracia parlamentaria”. Fuentes del PP deploraron las palabras de Sánchez. “Será una broma, es alucinante”, afirmaron fuentes del entorno de Feijóo, informa Virginia Martínez.

La otra gran ovación de los diputados y senadores socialistas llegó cuando su líder anunció su voluntad de reeditar el Gobierno de los últimos cuatro años. Previamente, Sánchez había transmitido la sensación de que da por hecho que lo logrará, como cuando emplazó al PP a no “cuestionar la legitimidad” del futuro Ejecutivo insistiendo en la tesis de la lista más votada.

Más allá del anuncio sobre el uso de las lenguas cooficiales, no hubo más mensajes para el independentismo. Sí lo ha sido, en todo caso, la elección de la expresidenta balear Francina Armengol como la candidata socialista a presidir la Cámara. Sánchez la presentó como “una mujer de fuerte carácter y fuertes convicciones”. También tuvo palabras cariñosas para la presidenta saliente, Meritxell Batet, y para los que continuarán como portavoces en el Congreso y en el Senado, Patxi López y Eva Granados.

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Sobre la firma

Xosé Hermida
Es corresponsal parlamentario de EL PAÍS. Anteriormente ejerció como redactor jefe de España y delegado en Brasil y Galicia. Ha pasado también por las secciones de Deportes, Reportajes y El País Semanal. Sus primeros trabajos fueron en el diario El Correo Gallego y en la emisora Radio Galega.

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