La estrategia frente a Vox diferencia a Casado y Ayuso
El PP teme que el Gobierno de Madrid dependa de los ultras y condicione la aspiración centrista de su líder
La apuesta de Vox por banalizar las amenazas al líder de Podemos, Pablo Iglesias, ha puesto de relieve el diferente criterio con el que Pablo Casado e Isabel Díaz Ayuso afrontan a la extrema derecha. Mientras el líder del PP condenó “sin matices” la carta al exvicepresidente, distanciándose del partido ultra, la presidenta de Madrid secundó su declaración de repulsa, pero insinuó que la culpa era de Iglesias (“No puede ser que quienes provocan la violencia luego se hagan los ofendidos”, opinó). Díaz Ayuso condiciona la estrategia centrista de Casado: su Ejecutivo puede volver a depender de Vox tras el 4-M.
Con el 4-M en el horizonte, Casado ha decidido aceptar que Díaz Ayuso sea quien defina los mensajes de su campaña. Los recelos entre sus equipos siguen presentes, pero no están saltando chispas antes de la cita con las urnas porque la dirección nacional de Génova ha aceptado mantenerse en segundo plano. El momento más delicado llegará con una hipotética formación de Gobierno, si Ayuso tiene que depender de Vox.
El equipo de Casado no quiere oír hablar de un Gobierno de coalición en Madrid con Vox que sería utilizado como espantajo por la izquierda para ahuyentar las posibilidades del líder del PP de llegar a La Moncloa. Díaz Ayuso tampoco considera ese escenario apetecible, y por eso pide una mayoría suficiente que le permita contar con los votos de Vox sin darle consejerías a sus representantes, pero no ha cerrado esa puerta. En la cúpula del PP hay inquietud sobre las intenciones del partido ultra, aunque confían en que la extrema derecha se avenga a quedarse fuera del Ejecutivo de Ayuso, como en 2019. Cómo se resuelva el interrogante de la gobernabilidad marcará las relaciones entre el líder nacional y la presidenta regional.
Las diferencias de fondo y forma que tienen los dos líderes conservadores ante Vox no han pasado desapercibidas en el partido de Santiago Abascal, que busca el voto en las elecciones tildando al PP de “veleta azul”. “Lo último que ha dicho Casado es que quiere que se haga un cruce entre Díaz Ayuso y Núñez Feijóo, y que el resultante ya ha nacido, y es él”, ironizó Santiago Abascal en un mitin celebrado el sábado, apuntando a que los planteamientos del líder nacional y los de sus barones distan de ser idénticos.
En la dirección del PP aseguran, no obstante, que no hay diferencias entre las declaraciones del líder y de la presidenta madrileña sobre la carta con balas recibidas por Iglesias, porque ambos condenaron las amenazas. “Se condenó, tanto el presidente como Ayuso fueron muy claros en la condena. Y a partir de ahí, a nuestra estrategia”, defienden.
La moción de censura que impulsó Vox contra Pedro Sánchez en octubre supuso un antes y un después en su relación con el PP, y también subrayó las diferencias entre Casado y Díaz Ayuso. “Hasta aquí hemos llegado. O Vox o España”, dijo el líder del PP en la tribuna del Congreso, abriendo un tiempo nuevo en la relación de la formación conservadora con la extrema derecha, de la que en ese momento dependían los gobiernos populares de Madrid, Andalucía y Murcia.
La presidenta de la Comunidad apoyó el mensaje de su líder centrándose en el argumento de que la votación impulsada por Vox en la Cámara baja era un sinsentido, y que se había urdido para debilitar al PP a sabiendas de que no podía tener éxito. Pero no fue más allá. Mientras Casado rompía con la extrema derecha, Díaz Ayuso empezaba a negociar con ella los presupuestos de la Comunidad para 2021. Un proyecto que estaba listo para aprobarse, tras una serie de cesiones ideológicas, justo cuando decidió adelantar las elecciones. Desde entonces, la presidenta ha evitado cualquier crítica a las propuestas y posicionamientos del partido ultra, consciente de que necesita atraer a sus votantes y buscar su apoyo tras el 4-M.
En lo que sí han coincidido Casado y Díaz Ayuso es en su reacción al choque entre Monasterio e Iglesias en el debate de la Cadena SER. Conscientes de que la polémica puede movilizar al electorado de izquierdas, los dos líderes conservadores han intentado pasar página lo más rápido posible. “Nosotros a lo nuestro”, pidió Casado en un mitin de Díaz Ayuso celebrado el sábado en Pozuelo. “No vamos a estar ahora mismo para circos”, le secundó la candidata. El plan es mantener el rumbo y obviar a partir de ahora lo sucedido. La estrategia de campaña sigue poniendo el foco en unificar en torno a Ayuso al votante de centroderecha, con apelaciones también a los socialistas descontentos, y enfatizar que Sánchez tiene “un pie fuera de La Moncloa” si el PP gana en Madrid.
Lo importante son las elecciones. Luego vendrá la formación de Gobierno. Y si Vox es decisivo para el PP, como indican los sondeos, Casado y Díaz Ayuso estarán en una incómoda posición.
Díaz Ayuso: "Este proyecto ya trasciende al PP"
Isabel Díaz Ayuso está aprovechando la campaña electoral de la Comunidad de Madrid para ganar el máximo de autonomía posible con respecto a la dirección nacional de Pablo Casado. Si en el arranque de la lucha por la presidencia reclamó decidir sola su estrategia (“Me presento yo. El proyecto lo encabezo yo. La Comunidad me la he echado a las espaldas yo. Y así pienso seguir haciéndolo”, enumeró), este domingo se definió como una aspirante transversal capaz de superar las siglas del partido.
“[Este] proyecto”, dijo ayer, durante un mitin en Alcorcón; “ha trascendido al PP, afortunadamente, para representar a toda la sociedad madrileña: a los conservadores, a los liberales, a los democristianos... y a los socialistas que aman España y que están absolutamente en contra de lo que está haciendo Sánchez de la mano del comunismo”.
No es la primera vez que Díaz Ayuso apela a los votantes de izquierdas para ensanchar su base electoral. Nunca antes, sin embargo, lo hizo planteando su propuesta como un proyecto superador del PP.
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