Casado se sube a la ola del 4-M y reclama el debate sobre el estado de la nación
El líder popular presenta la victoria de Ayuso como compartida y busca darle trascendencia nacional
El PP ha vuelto, proclamó este miércoles Pablo Casado tras la victoria de Isabel Díaz Ayuso en Madrid, aunque eso signifique reconocer que hasta entonces el partido estaba en horas bajas. El triunfo de la presidenta madrileña se vive como un punto de inflexión en la dirección del PP y como el inicio de un cambio de ciclo que Casado quiere aprovechar para llegar a La Moncloa. El líder popular presentó la victoria de Ayuso como compartida y quiso darle trascendencia nacional, reclamando a Pedro Sánchez que convoque el debate sobre el estado de la nación.
La política es también construcción de imágenes, y tras la de Casado y Ayuso en el balcón de Génova celebrando la victoria electoral en Madrid, el líder del PP y la presidenta madrileña volvieron a aparecer este miércoles juntos en la misma fotografía, esta vez en el comité ejecutivo nacional del PP. El mensaje, que además se encargó de subrayar Casado, es claro: la victoria de Ayuso es una victoria del PP. “Isabel es puro PP. Es PP por los cuatro costados”, enfatizó Casado después de que la presidenta madrileña hubiera dicho que su proyecto “trasciende las siglas del PP”. El líder de la oposición busca ahora surfear la ola del fenómeno Ayuso para tratar de coger impulso y desbancar a Sánchez del Gobierno en las próximas elecciones.
La dirección del PP está muy motivada porque cree que el resultado en Madrid marca el comienzo de una nueva tendencia nacional en favor de la derecha. Además, cumple parte del objetivo de reunificar el centro derecha en torno al PP, gracias a la desaparición de Ciudadanos, que Ayuso ha absorbido en las urnas. “Volvemos a ser el gran partido de España”, proclamó Casado de forma grandilocuente en su discurso ante la cúpula popular. El PP ve a la coalición de Gobierno debilitada y va a empezar a presionar a Sánchez hacia un adelanto electoral, que Casado aún no pide, pero sí reclamando el primer paso, la convocatoria de un debate sobre el estado de la nación. Los populares no creen que Sánchez vaya a adelantar ahora las elecciones y piensan que tratará de aguantar al menos hasta recibir los fondos europeos.
Mientras tanto, Casado quiere seguir rearmando su alternativa, ahora gracias al impulso sorpresivo que le ha dado el adelanto electoral en Madrid. El contraste es total en el estado de ánimo del PP entre el día después de las elecciones catalanas de hace solo tres meses, cuando el partido se sumió en una depresión y afloraron las tensiones internas, a la resaca de las urnas en Madrid. Ahora el PP está en una nube. El comité ejecutivo nacional, en el que participaron todos los barones de forma telemática, fue una balsa de aceite con intervenciones halagadoras hacia Casado, con la excepción del presidente de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, que se excusó porque tenía que acudir a un acto y solo escuchó los discursos. El mensaje de Alberto Núñez Feijóo, el todopoderoso barón gallego que sigue viéndose como la alternativa interna a Casado, da el baremo de cómo está el PP tras la victoria en Madrid. “Una palabra es suficiente: espectacular”, dijo Feijóo de puertas adentro, según fuentes presentes en la reunión.
Feijóo felicitó a Casado por el “match ball” y a Ayuso por haber logrado ampliar el espectro político del PP. “Estamos en el buen camino”, coincidió el presidente de Andalucía, Juan Manuel Moreno Bonilla, otro barón de peso que ha protagonizado tensiones con Génova en los últimos meses por los congresos provinciales. “Se ha recuperado la ilusión”, apostilló el presidente de Murcia, Fernando López Miras. Los barones, que después de las catalanas hicieron notar su malestar con la dirección nacional por la venta de la sede de Génova, se reconocen ahora satisfechos y ven “un cambio de ciclo”.
“No han sido solo unas elecciones autonómicas. Hay un cambio de tendencia que estamos viendo también en las encuestas en las comunidades que gobernamos”, expresa un presidente popular, que reconoce que el PP ha recobrado el pulso gracias a Ayuso.
Además de un balón de oxígeno para Casado ante los barones, la victoria incontestable de Ayuso tiene más efectos internos en el PP. La presidenta madrileña se ha consolidado como una de las figuras más importantes del partido, como prueba el reconocimiento expreso que le brindaron dos pesos pesados: Feijóo y el expresidente del Gobierno José María Aznar, distanciado en los últimos meses de la dirección de Casado. Ayuso “se ha convertido en una de las presidentas autonómicas más importantes de España”, reflexionó el presidente gallego, mientras Aznar la felicitó por “su extraordinario triunfo” y destacó que su victoria supone “una gran lección y una gran esperanza para todos”. Está por ver a partir de ahora cómo se relaciona la cúpula de Casado con la figura ascendente de Ayuso y cómo se acoplan sus equilibrios de poder. De momento, el secretario general, Teodoro García Egea, evitó respaldarla para presidir el PP madrileño, aunque en el entorno de Casado se daba por hecho hace unas semanas que la presidenta madrileña tendría vía libre si quiere hacerse con el control del partido en Madrid.
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