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La joya científica que tapaba el lodo

La Xunta declara bien de interés cultural un microscopio original de Leeuwenhoek, el padre de la microbiología, que un médico vigués compro en eBay

Estrella Pallas sostiene el microscopio original de Leeuwenhoek, custodiada por Tomás Camacho y el investigador Brian Ford, en la Royal Society de Londres, ante las cartas que contienen la primera descripción de un protozoo, un coco y un bacilo.
Estrella Pallas sostiene el microscopio original de Leeuwenhoek, custodiada por Tomás Camacho y el investigador Brian Ford, en la Royal Society de Londres, ante las cartas que contienen la primera descripción de un protozoo, un coco y un bacilo.

“A otros les da por los sellos”. Así explica Tomás Camacho, director médico del laboratorio Vithas Lab, desde su sede en Vigo, el motivo que le ha llevado a coleccionar microscopios. En 25 años ha acumulado, junto con su mujer, Estrella Pallas, médica en el hospital vigués Álvaro Cunqueiro, 150. Y su más reciente adquisición ha sido, por una carambola del destino, un Leeuwenhoek: la lupa de enorme calidad ―alcanzaba hasta 200 aumentos― que el humilde comerciante de telas holandés Antoni Van Leeuwenhoek (1632-1723) desarrolló en el siglo XVII para comprobar las calidades de los tejidos, aunque acabó sentando con ella las bases de la microbiología, de la que se le considera padre científico. De los 500 microscopios que construyó se conservan apenas 10. El de Camacho, único que se conoce en España y gemelo del que se guarda en el Museo de Boerhaave de Leiden (Holanda), va a ser declarado Bien de Interés Cultural (BIC).

La recuperación de uno de los pequeños microscopios (mide apenas lo que un dedo meñique) con los que Leeuwenhoek descifró los secretos de la vida que guardan los organismos unicelulares ―“animálculos” los llamó― ha sido posible gracias a una secuencia de azares. La pieza que permitió ver por primera vez un glóbulo rojo y un espermatozoide llevaba siglos bajo el lodo del canal de Delft, ciudad en la que nació y murió el científico.

Imagen de la pulga, reproducida en numerosos libros de texto, en el libro original de Robert Hooke, que forma parte de la colección del matrimonio vigués.
Imagen de la pulga, reproducida en numerosos libros de texto, en el libro original de Robert Hooke, que forma parte de la colección del matrimonio vigués.

En 2014, el Ayuntamiento dragó los canales y trasladó el fango a una zona destinada a parque. Allí fueron los curiosos con detectores de metales y alguien encontró un cilindro con punzón, pinzas, un par de monedas de 1665 y una pieza que creyó que era un compás. Y colgó su hallazgo en eBay. Ahí lo encontró Camacho. “Conocí perfectamente el microscopio porque había comprado una réplica en Holanda”, afirma.

Inicialmente, pensó que sería una copia oxidada, pero comenzó a analizarla con detalle y detectó “cosas diferentes” a la suya. Decidió comprarla “aunque la posibilidad de que fuera original era remota”.

El vendedor empezó pidiendo 50 euros y cuando la puja alcanzaba los 100, Camacho se desmarcó ofertando 1.500. “Me arrepentí porque no tenía la certeza, pero se lo conté a mi mujer y me tranquilizó; me dijo que me lo descontaría de los regalos de Navidades”, cuenta entre risas. En cuanto recibió el pedido, lo analizó bajo otro microscopio y comenzaron a llegar las certezas.

Se puso entonces en contacto con el mayor experto mundial en Leeuwenhoek, el investigador británico Brian Ford. “Se lo envié por mensajería a Londres y vio que había muchas posibilidades de que fuera un original”. Ford llevó el microscopio a la Universidad de Cambridge y en junio 2015 se identificó como un Leeuwenhoek original. Ahí cambió todo para el matrimonio vigués. Museos y organismos científicos comenzaron a pedírselo para exponerlo. “Ha estado en el Museo de la Evolución Humana de Burgos, en el de Arte Contemporáneo de Vigo, en el de Historia Natural de Santiago, en la sede de la Unesco en París y en la Royal Society de Londres, además de las exposiciones de Vermeer de Londres y Moscú. También ha viajado a Holanda”, hace recuento Camacho del periplo de la reliquia.

Cuando no lo prestan para exposiciones, permanece custodiado en la caja de seguridad de un banco. El Ministerio de Cultura, que lo valora en 509.000 euros, lo declaró inexportable en 2019 y envió el expediente de inicio del BIC a la Xunta, que el pasado 13 de junio publicó en el DOG la resolución para su declaración y para aplicar el régimen de protección que establece la Ley de Patrimonio Cultural de Galicia para los BIC.

El Ayuntamiento de Vigo y diversas instituciones han mostrado interés por su custodia y por la otra de las joyas del matrimonio: el libro Micrographia, de 1665, del físico inglés Robert Hooke, en el que se basó Leeuwenhoek, editado por la Royal Society y considerado el primer best-seller científico de la historia. En él aparece por primera vez escrita la palabra “célula” y ha suscitado el interés de numerosos premios Nobel, entre ellos el de Química del año 2014, Stefan Hell, uno de los creadores del nanoscopio.

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