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Los residentes de Madrid amplían la huelga ante la negativa a negociar del Gobierno de Díaz Ayuso

Los especialistas en formación del sistema sanitario secundan este lunes la tercera jornada de protestas y añaden los martes a los paros

Residentes del sistema sanitario de Madrid en su tercera jornada de huelga para mejorar sus condiciones laborales.
Residentes del sistema sanitario de Madrid en su tercera jornada de huelga para mejorar sus condiciones laborales.Víctor Leren (EFE)
Isabel Valdés

Dormir en la misma cama y con las mismas sábanas que el compañero del turno anterior; a veces demasiados en una misma habitación, a veces en habitaciones cerradas sin ventilación. Eso, explican varios residentes del sistema sanitario madrileño, es “una cama caliente” en las jornadas de guardia de muchos hospitales de Madrid. Durante las horas de ese turno, residentes y adjuntos disponen en sus centros de espacios para el descanso; los profesionales en formación denuncian que, aunque siempre ha ocurrido, con la pandemia esto multiplica el riesgo de contagio. Lo advirtieron ya en marzo. Cuatro meses después, siguen compartiendo camas.

Esas “camas calientes”, explican desde Amyts —la Asociación de Médicos y Titulados Superiores, el sindicato que ampara al Comité de Huelga MIR—, ocurren probablemente en todos los hospitales de la Comunidad, pero la evidencia les llegó ya en mayo desde diez de ellos (12 de Octubre, el Puerta de Hierro, Getafe, Ramón y Cajal, Gregorio Marañón, La Paz, Severo Ochoa de Leganés, Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares, Alcorcón Y La Princesa). Entonces, lo denunciaron ante la Inspección de Trabajo y enviaron un comunicado a Antonio Zapatero, viceconsejero de Salud Pública y Plan Covid-19, y a Elena Andradas, la directora general de Salud Pública de Madrid. El problema continúa.

Varios médicos residentes se manifiestan por la Gran Vía de Madrid, este lunes, al inicio de su tercera semana de huelga para mejorar sus condiciones laborales.
Varios médicos residentes se manifiestan por la Gran Vía de Madrid, este lunes, al inicio de su tercera semana de huelga para mejorar sus condiciones laborales. Víctor Leren (EFE)

Este es solo uno de los motivos por los que residentes de Medicina, Enfermería, Física, Psicología, Farmacia, Biología y Química están en huelga desde el 13 de julio, y por los que se movilizan cada lunes desde sus hospitales hasta la Puerta del Sol, pasando por la Dirección General de Recursos Humanos del Servicio Madrileño de Salud y la sede de la Consejería de Sanidad en la calle de Aduana. Son un añadido a la precariedad de sus retribuciones, a la de situación laboral y, esencialmente, a la formativa, la razón principal de la huelga. Una situación estructural que los ha convertido “en mano de obra barata” para los centros sanitarios y en la que no se cumple el objetivo de formación que tienen los tres, cuatro o cinco años que tienen de residencia según la especialidad.

Esta será su tercera semana, secundada por más de un millar de los residentes con los que cuenta la Comunidad, 4.442. Según la Consejería, el seguimiento es del 42,75%. Pedro Viaño, residente de cuarto año de Pediatría en el Hospital Niño Jesús y miembro del Comité de Huelga MIR, arguye que entre vacaciones y los servicios mínimos del 100% que impuso la Comunidad, “es complicado si no imposible un seguimiento masivo”.

Ellos, los adjuntos, sus jefes de servicio, las direcciones médicas de hospitales y centros de salud, las gerencias y la Consejería de Sanidad saben que precisamente la situación que denuncian los convierte en personal imprescindible para sacar el trabajo adelante. Los centros sanitarios no pueden funcionar sin ellos y en algunos servicios, como el de Urgencias, se agudiza. A pesar de ello, ni sus quejas ni sus peticiones ni la huelga han servido de nada hasta el momento.

Esta es la tercera semana de huelga de los residentes madrileños y la Consejería, denuncian, sigue sin cerrar un calendario de negociación

Viaño explica que la Comunidad les canceló la reunión de la pasada semana: “Estamos pendientes de que convoquen una mesa de negociación, pero nada”. Ante “la negativa a negociar” del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, han decidido ampliar la convocatoria, que será efectiva a partir del próximo 3 de agosto: a los paros de los lunes en jornada ordinaria (de 08.00 a 15.00) y las guardias de toda la semana, se suma ahora la jornada de los martes. “Nos proponen reuniones informales, sin levantar acta. No nos dan nada por escrito y lo que nos ofrecen es claramente insuficiente”, añade Viaño.

Según la Consejería, volverán a reunirse con ellos este martes o miércoles: “Hemos leído el convenio de los MIR [la propuesta que les entregaron el 22 de mayo] y ellos ya han reconocido que no puede haber negociación de convenio y han aceptado establecer mejoras mediante acuerdos o pactos, que es la posición inicial de la Consejeria”. Aseguran estar “con estudios internos de temas como jornadas, formación y estudio presupuestarios”.

Pero los residentes matizan que la cuestión no es que hayan renunciado al convenio, sino que “no se va a debatir el nombre”: “Convenio, preacuerdo, acuerdo... Da igual. Quizás no exista un convenio como tal, habrá cuestiones a las que se renuncie y otras que se transformarán, pero lo que nos importa es el contenido. Las mejoras que pedimos. Eso es de lo que se trata”.

Viaño, entre otros muchos de estos profesionales, asegura que con este contexto Madrid “camina hacia una situación de sobrecarga asistencial más pronunciada que otros años en estas fechas”: “Y la Consejería no da la importancia que tiene a esta negociación. Saben perfectamente que sin el trabajo de los residentes, las Urgencias, las plantas, las UCI... Se caen”. De ahí, amplía, “los servicios mínimos del 100% para las guardias que nos impusieron desde el primer momento y que nos impiden secundar la huelga como nos gustaría”.

Usan la palabra “negligencia”. “Nos parece negligente que no se resuelva esto teniendo la covid a la vuelta de la esquina”, aluden desde el Comité. Y piden a Isabel Diaz Ayuso “que intervenga en el conflicto y solucione el bloqueo de la Consejería de Sanidad y de Hacienda. Que lo resuelva como en Murcia, por el bien de todos, que esto no se va a evanescer en este punto”, reclaman.

El panorama en la Comunidad no es luminoso: especialistas agotados tras la pandemia, con las vacaciones y los permisos que ahora necesitan, una evolución al alza del virus que ya reconoció la Consejería de Sanidad la semana pasada, los brotes en aumento (este lunes hay 11 registrados), los residentes en huelga... “Y la inmovilidad de la Comunidad”, concluye Viaño.

Una propuesta de convenio paralizada

El 22 de mayo les entregaron una propuesta de convenio de 88 páginas que, aseguran, todavía no se han leído. “Lo reconocieron ya en la primera reunión que mantuvimos”, recordaba el presidente del Comité Diego Boianelli. Después, el avance que se ha producido es mínimo. La Consejería les ofreció la pasada semana un leve aumento del precio de la hora de la guardia —que ahora mismo los de primer año, por ejemplo, cobran a diez euros— y un plus de productividad anual del que, apuntaba Boianelli, “se desconoce la letra pequeña”. De sus principales demandas no saben nada.

El argumento del Gobierno de Isabel Díaz Ayuso, alegado por Raquel Sampedro en las reuniones mantenidas con el Comité de Huelga y por el propio consejero de Sanidad Enrique Ruiz Escudero en un vídeo enviado a los medios hace dos semanas, es que la Comunidad “no tiene competencias”. Algo que, según la legislación vigente y los hechos en otras autonomías, es falso; las regiones pueden modificar la base legal sobre la que se establece la relación de los residentes con el sistema sanitario.

Además, recuerdan desde el Comité de Huelga MIR, “la imposición unilateral de la Consejería de Sanidad de los servicios mínimos del 100% para las guardias” les ha hecho imposible desde el primer momento secundar la huelga al completo; pero también eso los “alentó” aún más para ir a los paros. “Unos servicios mínimos abusivos e históricos, jamás han sucedido”, repiten desde el Comité. Razón por la que la Asociación de Médicos y Titulados Superiores llevó esta decisión ante los tribunales y están a la espera de resolución. También a la espera están estos profesionales.

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Sobre la firma

Isabel Valdés
Corresponsal de género de EL PAÍS, antes pasó por Sanidad en Madrid, donde cubrió la pandemia. Está especializada en feminismo y violencia sexual y escribió 'Violadas o muertas', sobre el caso de La Manada y el movimiento feminista. Es licenciada en Periodismo por la Complutense y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS. Su segundo apellido es Aragonés.

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