Ayuso pide al Gobierno que no cierre la pista de esquí de Navacerrada
“Aquí no hay una razón climática evidentemente, porque si fuera así no se abriría ninguna pista en España”, alega la presidenta de Madrid
Metida ya en una campaña electoral que en teoría todavía no ha arrancado, la presidenta de la Comunidad de Madrid ha hecho un anuncio: “Voy a pedir al Gobierno que permitan que las pistas de Navacerrada, de esta estación de esquí tan querida y tan necesitada para los madrileños amantes de la montaña y del deporte, siga abierta y siga empleando”. La presidenta ha fijado su postura respecto a la estación con las pistas artificiales de Xanadú detrás como escenario, donde ha visitado la nueva zona de restaurantes del centro comercial.
La mitad del puerto, en pleno Parque Nacional de Guadarrama, es de Madrid y la otra mitad, de Segovia. Las tres pistas cuyo cierre ha decretado el Gobierno central, en las que aprendieron a esquiar los Ochoa y todo madrileño que practica este deporte alpino, caen del lado segoviano. En cambio, las pistas que pueden permanecer abiertas, las de la parte alta, son madrileñas. Hace dos días, la empresa concluyó que sin las instalaciones que deberán clausurarse el 3 de abril, el negocio es inviable y tendrá que cerrar y echar a la calle a sus más de 30 trabajadores. Las pistas de la parte madrileña apenas se pueden abrir unos días al año, ya que no disponen de cañones de nieve artificial.
En la estación, aficionados y trabajadores esperaban que Ayuso interviniera. Y lo ha hecho, e hilando fino y relacionando conceptos que nada tienen que ver, además. “Pedimos que sean coherentes, que no impongan el modelo de cierres por cerrar. Hemos demostrado con nuestro trabajo y con nuestro esfuerzo que no sirve de nada si no está acompañado de una estrategia”, ha señalado la presidenta, que ha vinculado en un mismo discurso la defensa de Navacerrada, su lema fuerza de la campaña, la libertad, y su feroz oposición a la política del Gobierno contra la covid. Madrid está cerrada para contener al virus desde el miércoles 17 con motivo del puente de San José, pero fue la única autonomía que votó en contra de la medida. De hecho, la ha recurrido ante la Audiencia Nacional.
A Madrid le queda Valdesquí
“Esta pista que tenemos detrás, la de intu Xanadú, va a ser la única que puedan disfrutar los madrileños porque el Gobierno ha decidido otra vez cerrar de manera unilateral”, ha insistido la presidenta en su intento de unir y de poner en el mismo plano una medida medioambiental ―no renovar la concesión a una empresa privada de un servicio que se presta en un paraje de especial protección que tomó el Ministerio de Transición Ecológica― con una sanitaria frente a una feroz pandemia. Además de Xanadú, a Madrid le seguirá quedando Valdesquí, que suele llenarse a primera hora de la mañana y que es mucho más cara ―38 frente a 15 euros por el forfait―.
El principal argumento que esgrimió el ministerio para dar por terminada la concesión, el pasado 3 de marzo, fue el cambio climático, al considerar que el aumento de las temperaturas y la reducción de días de nieve no hace viable su continuidad. Desde la década de los setenta, la temperatura media del puerto ha aumentado 1,9º y la nieve se ha reducido un 25%, según los datos recogidos por la estación meteorológica de la zona y que cita el ministerio.
“Aquí no hay una razón climática evidentemente porque si fuera así no se abriría ninguna pista en España”, ha señalado Ayuso, que recogía los argumentos de la empresa para defender su continuidad. A juicio de la concesionaria, el cambio climático “no compromete la viabilidad de la estación”, ya que “el agua de lluvia se recoge y almacena por la propia estación para innivar las pistas y no ha habido ningún año que las temperaturas no hayan producido nieve”. “De ser cierta la argumentación del ministerio, las 38 estaciones de esquí que hay en España no serían viables”, señaló la empresa.
Para Ayuso, el cierre de Navacerrada “es una agresión al mundo rural”, que llega “precisamente de un ministerio que tiene esas competencias”. “Recuerdo que va a costar medio millar de puestos de trabajo directos e indirectos”, ha señalado la presidenta-candidata, que ya había sentado la víspera las bases de su campaña: la recuperación económica.
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