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Cuando la humilde loza se volvió arte

Una exposición en el Palacio de Goyeneche en Nuevo Baztán da cuenta del auge y esplendor de la cerámica de Talavera de la Reina, declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2019

La exposición 'Cerámica de Talavera' en el Palacio de Goyeneche de Nuevo Baztán.
La exposición 'Cerámica de Talavera' en el Palacio de Goyeneche de Nuevo Baztán.Andres Arranz
Nicholas Dale Leal

A 50 kilómetros del centro de Madrid, en la sala de exposiciones del antiguo palacio de Goyeneche en Nuevo Baztán, se encuentran 40 piezas de cerámica de Talavera de la Reina (Toledo); pero son mucho más que una muestra de artesanía. La cuidadosa selección proveniente del Museo Nacional de Cerámica y Artes Suntuarias “González Martí” de Valencia hace un recorrido histórico, temático y estilístico por la alfarería del centro toledano que abasteció las mesas y alacenas de las élites españolas durante siglos. Con la denominación de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de 2019 de fondo, la muestra, que se exhibe hasta el 13 de junio, es un homenaje a un estilo que elevó la producción de cerámica al nivel de arte.

Aunque este reciente nombramiento ha dado a la exposición una relevancia mayor, su llegada a Nuevo Baztán fue una coincidencia venturosa, admite el comisario de la muestra y director del Museo Nacional de Cerámica, Jaume Coll. La exposición se comenzó a planear a finales de 2018, antes de recibir la mención de la UNESCO en 2019. “El objetivo inicial era presentar la cerámica de Talavera por el significado que tuvo en el siglo XVI, sobre todo su papel en la trayectoria de la cerámica española y en la modernización de los talleres del siglo XVIII”, explica Coll, que agrega que la razón por la cual se exhibe en el Palacio de Goyeneche es precisamente porque complementa el discurso museográfico de un lugar representativo de la industria española de aquella época. La selección de piezas, que incluye desde benditeras o platos hasta botes de farmacia, azulejos o tinteros, cuenta la historia de la producción de la cerámica de Talavera desde mediados del siglo XVI.

Jarrón heráldico de la serie de las escenas azules en la exposición.
Jarrón heráldico de la serie de las escenas azules en la exposición.CEDIDA

En ese momento comienza su tiempo de esplendor. Aunque el lugar ya era uno de los centros cerámicos más potentes, Felipe II le dio un importante impulso al convocar a varios reconocidos artistas flamencos y también algunos químicos sevillanos a la ciudad para modernizar la producción alfarera. Estos nuevos reclutas comienzan a hacer una cerámica de muy alta calidad, influenciados especialmente por los procesos de la porcelana italiana. “Se provoca la renovación total de la cerámica, de la loza ordinaria que se producía en los alfares españoles. A partir de ahí Talavera se convierte en el centro que irradia ese estilo, se impone en toda la península y también se reconoce internacionalmente”, remata Coll.

Esta renovación se enmarca dentro de las claras y premeditadas tendencias renacentistas, aunque tiene sus particularidades, asegura el comisario. Las innovaciones estéticas de la cerámica de Talavera consistieron especialmente en imitar la blancura de la loza de Pisa y los diseños que empezaban a llegar desde China. El producto sería una alfarería que incorpora al naturalismo renacentista italiano diseños y patrones en azul y blanco, provenientes de Oriente: una muestra del sincretismo que produjo la primera ola de globalización de la historia. En la exposición las series de helechos y golondrinas dan fe de ello; mientras que las piezas que presentan diseños heráldicos demuestran la importante vinculación con los monasterios y la nobleza, por otro lado.

Bote de farmacia de la serie jaspeada de la exposición.
Bote de farmacia de la serie jaspeada de la exposición.CEDIDA

Pero no solamente fue un proceso de adopción y copia de otros estilos, en los siglos siguientes en Talavera también hubo innovación. “Su pusieron de moda las piedras preciosas y en la cerámica se comienza a imitar esa estética con jaspeados o policromados”, explica el comisario. Estas piezas resaltan en la exposición, parecen piezas contemporáneas de algún sofisticado estudio de cerámica entre antiguas vasijas con motivos heráldicos y otros naturalistas.

A lo largo de los siglos XVI y XVIII y con la evolución constante que sufrió el estilo, el éxito del producto fue absoluto. Las cerámicas fueron requeridas por la corte real para abastecer la farmacia del palacio de El Escorial, por ejemplo; pero también inundaron los mercados de la península, volviéndose la denominación de Talavera en sinónimo de calidad y exquisitez. Asimismo, al igual que sus orígenes estéticos se pueden trazar hasta el otro lado del mundo, la alfarería de Talavera fue exitosa en otras costas. Se extendió por las colonias americanas y allí influenció la aparición de nuevos estilos, que tomaron su nombre. Es el caso de la talavera de Puebla (México), estilo de cerámica que también fue declarada Patrimonio Inmaterial en 2019.

En las salas donde se exhiben las piezas han recreado diferentes ambientes para demostrar cómo la cerámica de Talavera estaba presente en el ámbito doméstico de las élites y también en el religioso. Es probable que la cerámica de Talavera haya estado presente en el mismo palacio de Goyeneche cuando era el núcleo central del complejo industrial ideado por el político Juan de Goyeneche. Ahora, unos cuantos siglos más tarde, vuelve al lugar donde fue un bien útil y decorativo como una muestra de la elevación de la artesanía española.

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Sobre la firma

Nicholas Dale Leal
Periodista colombo-británico en EL PAÍS América desde 2022. Máster de periodismo por la Escuela UAM-EL PAÍS, donde cubrió la información de Madrid y Deportes. Tras pasar por la Redacción de Colombia y formar parte del equipo que produce la versión en inglés, es editor y redactor fundador de EL PAÍS US, la edición del diario para Estados Unidos.

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