Cuando la imagen y la palabra van de la mano

Esto es un cuerpo no es solo una revista. Va mucho más allá. Es un canto a la palabra y a la imagen, las dos pasiones de la madrileña Laura C. Vela, al timón de un proyecto en el que se embarca con dos amigas: Carol Caicedo, directora de arte y diseñadora, y Carlota Visier, en la redacción y edición. “Sentíamos que faltaban espacios para este tipo de proyectos híbridos, donde hubiera autores y autoras que no son los de siempre, los más consagrados, para poner el foco en el cuerpo porque creemos que atraviesa toda la experiencia vital”, explica Laura, fotógrafa de profesión y con la carrera de filosofía bajo el brazo. Su primer número, lanzado a principios de junio, está dedicado a las manos y establece un diálogo entre la escritora Andrea Abreu, uno de los fenómenos editoriales del momento, y la fotógrafa Bego Antón, en un viaje que sumergirá al lector en la poesía y en la reflexión social.

Un foto libro que nace gracias a Verkami, un micromecenazgo por el que han conseguido más de 6.000 euros para iniciar esta aventura que ha sido bien recibida por el público. El respaldo de casi 300 personas, así como la publicidad de la galería de arte Le Mur, Editorial Tránsito o Creartelia han sido decisivos. “Tenemos un presupuesto limitado de nuestro bolsillo, y ahora partimos de un colchón para no tener que invertir. Al principio te apoya la gente más cercana, pero nos movimos mucho y costó gran esfuerzo”, cuenta Carlota, que trabaja como profesora y está especializada en literatura hispanoamericana.

“Hay un punto coleccionable y finito que es interesante. Son decisiones que iremos tomando cuando veamos cómo funciona la revista. Lo decimos mucho, si la gente se suscribe y vendemos, sacaremos más partes del cuerpo”, comenta Laura sobre la dinámica que quieren establecer. En el próximo número, que pone el acento en el pelo, ya cuentan con el mostoleño Rubén H. Bermúdez, cofundador de Espacio Afroconciencia, un grupo de acción colectiva que fomenta el papel de los afrodescendientes. También estará la escritora feminista Brigitte Vasallo.

A pesar de que estas tres chicas todavía no han conseguido ingresos, los colaboraciones son remuneradas. “En el mundo de la fotografía no te pagan y te dicen que es para tu visibilidad. Como las tres trabajamos de esto, queríamos contribuir a dignificar, porque esto es un dar y recibir, es un circulo”, apunta Laura, que añade que los autores que escogen son aquellos “que cuentan cosas con las que conectamos”.

Esa apuesta por el papel en la era digital viene de la idea del libro como objeto coleccionable con el que se establece una relación. Una manera de tener una obra de arte en casa, por un precio de 15 euros. “El diseño está pensado para que te den ganas de abrirlo en la cama y que te de casi placer. En un mundo, sobre todo en pandemia, imbuido en las pantallas, de pronto es volver a la realidad y tocar tierra. Esa era la finalidad”, señala Carol, madrileña de 32 años, que justo sufrió un ERE antes de comenzar la revista y que siente que es necesario unirse, independientemente de cómo vaya a salir la cosa, para poder salir del hastío y el miedo que ha ensombrecido este año. “Aquí vas a ir coleccionando cada parte del cuerpo y vas formando ese Frankenstein, y es mucho más bello eso que coleccionar en Instagram publicaciones guardadas”, continúa Laura.

Una de las críticas que vierten es la de la poca visibilidad de las mujeres en la fotografía, a pesar de que en literatura esté floreciendo una generación de escritoras que rompe cada vez más con los moldes del patriarcado. Por eso, Esto es un cuerpo lleva en su primera entrega mayoría de autoras, aunque cuentan con dos hombres. “Hemos intentado publicar en editoriales y lo que te dicen es que no vas a vender. No se arriesgan con las mujeres. Tienes que ser un Premio Nacional para que te publiquen. En cambio, el hombre mediocre español va a a cualquier lado. A nosotras se nos exige la excelencia”, concluyen.

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