Vox deja en el aire la ley del PP de Ayuso para controlar Telemadrid
El partido no comparte el contenido de la norma, pero tendría que aliarse con la izquierda para frenarla
El PP no tiene garantizado que Vox preste su necesario apoyo a la reforma de la ley de Telemadrid con la que la formación de Isabel Díaz Ayuso quiere controlar la televisión pública y destituir a su director general. Los dirigentes de la extrema derecha tienen “serias dudas” de que el proyecto garantice una cobertura neutral, aunque la formación conservadora espera sortear esos reparos gracias a la presión que ejerce la aritmética parlamentaria sobre el partido ultra: para...
El PP no tiene garantizado que Vox preste su necesario apoyo a la reforma de la ley de Telemadrid con la que la formación de Isabel Díaz Ayuso quiere controlar la televisión pública y destituir a su director general. Los dirigentes de la extrema derecha tienen “serias dudas” de que el proyecto garantice una cobertura neutral, aunque la formación conservadora espera sortear esos reparos gracias a la presión que ejerce la aritmética parlamentaria sobre el partido ultra: para frenar la ley, Vox tendría que unirse al voto negativo de PSOE, Más Madrid y Podemos.
“No sabemos qué hará Vox”, reconoce una fuente del PP. “Pero no creemos que se vaya a unir a la izquierda para tumbar la ley”.
Ese es el clavo ardiendo al que se agarra la formación conservadora tras ver la catarata de reacciones negativas que ha despertado en su único socio posible una ley diseñada a la medida del PP. La reforma permitiría destituir a José Pablo López, el director del ente, enfrentado al equipo de Díaz Ayuso. Al tiempo, introduciría la posibilidad de nombrar a un Administrador Provisional si no hay acuerdo entre los partidos para designar a su sustituto (como parece previsible). Ese cargo, finalmente, aseguraría el control de la televisión y radio públicas al PP: sería nombrado por mayoría absoluta (la que suman PP y Vox); no tendría caducidad; y solo dejaría el puesto tras ser nombrado el nuevo director general… lo que difícilmente podrá hacerse sin los votos de la derecha.
Monasterio: “No estamos en esa ley”
“Nosotros no estamos en esa ley”, reaccionó al conocerla Rocío Monasterio, la líder regional de Vox. “Si lo que vamos es a convertir la televisión en un medio de propaganda del partido que gobierna, nosotros eso no lo podemos apoyar”.
“Estamos analizándola jurídicamente antes de valorarse cuál es la posición que vamos a adoptar”, amplió la diputada Macarena Olona. “Ni se ha negociado con nosotros, ni se nos ha consultado”, recalcó. “En los casos en los que no es posible de inmediato el cierre [de los medios públicos, como propone Vox], o la reducción del gasto público, lo que exigimos por encima de todo es que se cumplan dos principios esenciales: neutralidad y transparencia”, recordó. “Tenemos serias dudas de que con la reforma que plantea ahora el PP en la Asamblea se cumplan cualquiera de estos objetivos”.
“Ya decidiremos después de estudiarnos en profundidad la reforma del PP”, remató en la Cámara el coportavoz Íñigo Henríquez de Luna. “Lo importante es el fondo del asunto”, afirmó. “Si Telemadrid no es abierta, plural y austera, preferimos que se cierre. Si lo que quiere hacer el PP de Telemadrid es una televisión partidista al servicio del gobierno, que no nos busquen, porque no estaremos de acuerdo”.
Desgaste
Sin embargo, los partidos de la izquierda dudan de que a Vox le compense el desgaste al que le sometería el PP en el caso de que finalmente decidiera frenar la ley. Para eso el partido de Monasterio tendría que votar con PSOE, Más Madrid y Podemos. Un alineamiento que Ayuso está dispuesta a explotar, porque sabe que abre una herida entre Vox y sus votantes cuando solo quedan dos años para las próximas elecciones.
Ya hay ejemplos. Monasterio pasó de apoyar la investigación de las 5.000 muertes que ha habido en las residencias de Madrid durante la pandemia a mostrarse en contra con una sola frase de la presidenta.
“Con respecto a la decisión de Vox de volver otra vez a unirse a la izquierda contra el Gobierno de la Comunidad de Madrid, y contra mí, les pediría que recapaciten”, dijo Ayuso, uniendo en una misma intervención los dos grandes fantasmas que perseguirán a Vox durante la legislatura.
El primero. Aunque Vox tiene la llave de la gobernabilidad, porque el PP no tiene mayoría absoluta, aprovechar esa posición de fuerza le obliga a votar junto a la izquierda. ¿La razón? En caso de abstención de Vox, el PP se impondría siempre, porque suma más votos que PSOE, Más Madrid y Podemos juntos.
Y el segundo. Ayuso está de moda entre los votantes de derechas, por lo que personaliza sus discrepancias con Monasterio, acusándola de atacarla a ella en concreto para dificultar que no la apoye.
“La ley es una injusticia, y una injerencia en la libertad de prensa y la independencia del medio, para poner ellos el director que quieran, de manera arbitraria”, expuso ayer Hana Jalloul, portavoz del PSOE, tras reunirse con el comité de empresa de Telemadrid. “La gestión en Telemadrid es impecable; la pluralidad de su programación es impecable; cuadran las cuentas”, siguió. “Nosotros recurriremos la inconstitucionalidad de la ley, sobre todo por el trámite de lectura única”, añadió, en referencia a que el PP ha logrado que el texto se tramite de forma urgente, sin abrir un periodo para que otros partidos presenten enmiendas, por lo que podría ser votado ya en el pleno del 8 de julio. Y sentenció: “Es un asalto en toda regla a la televisión pública”.
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