El amante y el esposo, dos personas y un mismo aspecto
El teatro La Latina acoge una adaptación de la obra clásica ‘Anfitrión’, protagonizada por Pepón Nieto y Toni Acosta, en la que las mujeres tienen mayor importancia
Alcmena se reencuentra con su marido y disfrutan de una larguísima noche de erotismo. Cuando terminan, él insiste en que ella haga una división de su personalidad en dos: la de marido y amante. Parece una broma, pero se trata de un engaño, pues él verdaderamente es el dios Júpiter que se ha transformado en hombre para acostarse con ella. Cuando a Toni Acosta (Tenerife, 49 años) el director Juan Carlos Rubio le propuso hacer esa protagonista femenina de la obra Anfitrión, escrita por Plauto y versionada por Molière, pensó: “¿Para qué quiere que haga esto?”. Se había comprado el libro y vio que Alcmena no se enteraba de nada ni pintaba nada en la historia, pero la mayor apuesta de Rubio era precisamente darle un giro a la trama y otorgarle mayor importancia a las mujeres.
Además de ella, Pepón Nieto, Fele Martínez, José Troncoso, Dani Muriel y María Ordóñez conforman el elenco que ha estrenado este miércoles en el Teatro La Latina la función con una estética circense. Rubio (Córdoba, 54 años) comenta en una llamada que se inspiró en cómo vivía en la época en la que se puso a escribir: “Un poco antes del confinamiento me llamó Pepón para ofrecerme hacer la versión y dirigir. La hice encerrado en casa, cuando estábamos confinados. Esa imagen pesó a la hora de decidirme sobre qué punto de vista darle a la historia: me interesó que fuera lúdico y festivo”. El dramaturgo francés aprovechó para hacer una crítica a la monarquía, pero para el director eso “está en manos de los informativos y de Twitter”: “No quería entrar ahí, estoy saturado. Prefería hablar del amor, del desamor, y darle a la mujer el lugar que ni Plauto ni Molière le pudieron dar, porque tampoco era el momento”.
En la historia, mientras Alcmena pasa las horas con el dios, su marido, Anfitrión, y el siervo de este, Sosias, son engañados por Mercurio, hijo de Júpiter, que ha bajado a la tierra con el mismo aspecto que el esclavo. El enredo de identidades también confunde a Bromia, la mujer de Sosias, quien trabaja para la esposa. A Rubio le resultaba incómodo que, aunque fuera la más afectada, Alcmena desapareciera en el segundo acto. “Quería poner a los personajes femeninos en un lugar mucho más activo y siendo conscientes de la situación”, señala. Su intención inspiró mucho a Acosta. “Yo me lo llevaba a una interpretación más blandita, que me suele salir a mí muy bien, y él me decía: ‘¡No, no, no. Katharine Hepburn!”, afirma, entre risas, y apuntilla que eso atrae un público más joven al teatro porque las chicas se pueden ver identificadas.
Nieto (Málaga, 54 años), que hace de Sosias, considera que “la mujer se convierte en motor y es dueña de la acción”. “Decide lo que quiere, lo que no quiere, se da cuenta del engaño y es capaz de pegar a un dios. Las mujeres eran menos peones, y aquí Juan Carlos lo trae a nuestra época”, añade. La idea de retomar el clásico se la propuso al actor el Festival de Mérida, y él pensó en Rubio porque quería hacer algo distinto. “Dentro de todo lo azaroso ha estado muy bien”, le elogia. El espectáculo, que estaba pensado para que acabara a finales de este verano o en septiembre, porque se estrenó el año pasado, se va a prolongar hasta febrero o marzo del año que viene.
“El 14 de marzo se paró todo y pensamos que se pospondría un año. En mayo nos dijeron que habían decidido llevar a cabo el festival y el tiempo fue mínimo para organizar ensayos y la preproducción. Todo estuvo condicionado por el tiempo, en lugar de hacerlo en cinco meses se hizo en dos”, rememora Nieto, quien también es productor y combinaba ambas labores. Acosta vivió esa época con miedo, porque ensayaban con pantallas, mascarillas, distancias. “Por eso están truncados los besos. No los hemos querido cambiar porque también vivimos lo de Mérida con ilusión y agradecimiento por toda la gente que se desplazó”, apunta.
Cuantas más veces escucha la actuación, más reflexiones encuentra la actriz tinerfeña: sobre las relaciones de pareja, sobre si se apaga la pasión a los 15 años y solo pueden sentir la fogosidad los que acaban de casarse, o sobre si los protagonistas, al duplicarse, se acercan a lo que hoy día son las redes sociales. El director ve en Instagram o Facebook, “esa imagen que proyectamos”, y el actor malagueño remarca esa ilusión de internet, en la que la imagen del otro gusta más que uno mismo. Incluso lo dice su personaje, mientras se mira en un espejo donde al otro lado está el dios que le suplanta. “¡Por Júpiter, eres estupendo, ese porte, esa elegancia...”, recita Nieto para evidenciar lo ridículo que suena verse mejor a través de los demás.
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