Ratas en la cocina del hospital Gregorio Marañón: “Se mueven por donde les da la gana”

“¡La rata, que vuelve la rata!”. El grito es de una trabajadora de la cocina del hospital Gregorio Marañón, asqueada y en pánico por si el animal se le acerca mientras retira restos de comida de los platos y los mete en el lavavajillas industrial. El roedor es un viejo conocido de cocineros, pinches o auxiliares de hostelería del hospital porque lleva campando por el sótano desde mayo pasado. Es más, no es el único que hay. El que acaban de ver es el de tamaño grande. El que más pavor provoca a los trabajadores. Pero hay más. “Aquí hay un nido y han dejado que se reproduzcan. Es asqueroso”, ex...

“¡La rata, que vuelve la rata!”. El grito es de una trabajadora de la cocina del hospital Gregorio Marañón, asqueada y en pánico por si el animal se le acerca mientras retira restos de comida de los platos y los mete en el lavavajillas industrial. El roedor es un viejo conocido de cocineros, pinches o auxiliares de hostelería del hospital porque lleva campando por el sótano desde mayo pasado. Es más, no es el único que hay. El que acaban de ver es el de tamaño grande. El que más pavor provoca a los trabajadores. Pero hay más. “Aquí hay un nido y han dejado que se reproduzcan. Es asqueroso”, explica una de las trabajadoras, harta de quejarse y de que no hagan nada. Lo cierto es que una empresa adjudicataria va de vez en cuando, sin éxito, a la cocina, que tiene una forma circular con una salida a la calle de Doctor Esquerdo para que se comuniquen la zona donde se lavan los utensilios, la de los cubiertos, la de cocción de alimentos, el área de carnes y pescados... “Es decir, que las ratas se mueven por donde les da la gana”.

Víctor Tomé, secretario general de UGT del Gregorio Marañón asegura que este problema “no es nuevo”. No se refiere a que estas ratas de ahora llevan engordando en la cocina desde mayo pasado, sino a que cada año nacen, crecen y se reproducen roedores entre los trabajadores que se encargan de cocinar la comida de los pacientes, “lo cual primero es un problema de salud pública y segundo de bienestar de los trabajadores”. La última vez que se quejaron fue en octubre de 2019. No lo han hecho más porque la pandemia ha recolocado las prioridades durante los últimos años.

Por eso mismo, el 28 de junio se registró un escrito en la oficina del Servicio Madrileño de Salud (Sermas) dirigido al jefe de servicio de prevención de riesgos laborales alertando de la existencia de “un nido de hormigas y una rata que son incapaces de eliminar”. Semanas después, el 15 de julio, UGT volvió a la carga con otro escrito, matizando que ya no se trataba de una sola rata, sino de varias, en plural, y que el problema, lejos de solucionarse, se había agravado, por lo que pedían el listado con las fechas de intervención de la empresa adjudicataria encargada de eliminar a los animales. Por ahora no ha habido ninguna respuesta. Y las ratas siguen paseándose por la cocina, “cada vez más grandes y más seguras”, describen varios trabajadores, que las ven tanto en el turno de la mañana como el de la tarde y el de la noche.

“Vemos algunas cajitas en el suelo y pegamento. Pero a la vista está que no sirve para nada”, se queja uno de los cocineros. La aparición de los roedores ha provocado la espantada de varias trabajadoras, que no han podido entrar en la zona de la cocina durante “un rato largo”, hasta que les han asegurado que las ratas han desaparecido. “Se lo hemos dicho al jefe de cocina, pero nos dice que no puede hacer nada, que no depende de él cambiar o no de empresa”.

Obras de reforma

El Hospital General Universitario Gregorio Marañón asegura que cuenta con un Plan Integral de Control de Plagas, cuyo objetivo es el control de posibles accesos de organismos al centro, dando prioridad a las medidas preventivas y limitando el uso de productos químicos, que se usan solo en caso de que las medidas anteriores sean insuficientes. “Ante la posible presencia de una rata y tras la inspección, se ha realizado tratamiento en la zona y se han reforzado las medidas estructurales, higiénicas y sanitarias con acciones continuas durante los meses de junio y julio”, asegura un portavoz. En una de estas actuaciones se ha detectado una posible deficiencia entre las galerías y las zonas del tren de lavado, por el que podría tener acceso el roedor, por lo que se ha procedido a su sellado. “El hospital va a iniciar unas obras de remodelación, reforma y modernización de todo el área del tren de lavado que permitirá el saneamiento y la actualización de estas instalaciones”, explica.

“La empresa adjudicataria que se encarga de eliminar el nido de roedores se llama BioVida Control Vectorial. Algo no está funcionando con ese protocolo de desratización. En el hospital dirán que van todos los días y como no sabemos si es verdad, por eso hemos pedido que nos den el listado con las intervenciones que han realizado. Pero el tiempo pasa y no nos dan nada”, se queja Tomé.

El problema, más que el pánico que generan estos animales, es la insalubridad de sus propios desechos, que se han encontrado por varias zonas de la cocina. Y que se sigan reproduciendo y consigan subir a la primera planta. Ahí sí, aseguran los trabajadores de la cocina, la gerencia del hospital se verá obligada a tomar medidas. “Porque ver ratas paseándose por uno de los hospitales más importantes de España igual no está muy bien visto”.

El hospital Gregorio Marañón se cuela todos los años entre los 100 centros sanitarios más importantes del mundo. Este año ha conseguido el puesto número 75 del ranking, según la clasificación de la prestigiosa revista Newsweek, llamada World’s Best Hospitals 2022.

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