Almeida planea incrementar año tras año la incineración de basuras en Vallecas, al menos hasta 2035
Un borrador de la estrategia de residuos enviado a los grupos municipales alarga la vida de Valdemingómez, por lo que Más Madrid exige la retirada del plan: “Es impresentable”
Los desechos de los tres millones de madrileños terminan en el Parque Tecnológico de Valdemingómez. Más de 3.000 toneladas al día llegan a este rincón de Vallecas, al sureste de la capital y pegado a Rivas. Solo en 2021 llegaron más de 795.000 toneladas, según datos del Ayuntamiento de Madrid. Y aunque parezca mentira, la basura también tiene ideología. El plan de Más Madrid era cerrar por completo esta incineradora en 2025, siempre y cuando hubiera continuado con el bastón de mando Manuela Carmena (Ahora Madrid). Ahora, tras el cambio de Gobierno en 2019, el alcalde popular José Luis Martínez-Almeida ha enviado a los grupos políticos un borrador de 261 páginas titulado Estrategia de prevención y gestión de residuos domésticos y comerciales de la Ciudad de Madrid-2030. Firmado por el área de Gobierno de Medio Ambiente y Movilidad, en este documento se dice abiertamente qué plan prevé la Alcaldía de la capital de España para el vertedero. Se barajan tres opciones: continuar con la actual quema de residuos diarios, mantenerlos o, aquí una de las novedades, incrementar el plan de incineración hasta 2035. Es más, PP y Ciudadanos contemplan aumentar la quema de los desechos año tras año.
Tal y como consta en el documento, la proyección del Ayuntamiento para la próxima década es la siguiente: si en 2022 está previsto incinerar 1.167 toneladas, en 2027 serían 1.263. Y en 2035 ―la última fecha que marca el calendario del borrador— se contemplarían 1.348. Una portavoz del área de Medio Ambiente indica por teléfono que todavía no está tomada la decisión final. El edil de Movilidad y Medio Ambiente, Borja Carabante, aseguraba en enero de este año a este periódico que, a su juicio y en cualquier caso, no se puede cerrar esta planta: “Es imposible. Si no se incinerara, el vertedero municipal colapsaría. No se puede prescindir [de ella]”.
Más Madrid mantiene lo contrario. “Esta estrategia no se puede aprobar”, cuenta por teléfono la portavoz de Más Madrid, Rita Maestre. “Exigimos a Almeida que la retire por antigua, porque no es nada ambiciosa y porque es un retroceso frente a nuestra propuesta. Es impresentable que llevemos tres años sin estrategia de residuos y ahora se nos presente esto”. La concejal cuestiona el plan por chapucero y caótico y además reprocha que no tenga ninguna orientación hacia la economía circular y el residuo cero. “Madrid se está quedando atrás con respecto a otras ciudades de nuestro entorno”, afirma.
De polémica en polémica
Durante los dos primeros años de mandato de Almeida, Valdemingómez ha quemado toneladas de basuras sin firmar contratos. No ha sido hasta principios de este año cuando se ha llegado a una acuerdo con una empresa. “Esto es un escándalo mayúsculo”, se quejaba por teléfono el presidente de la Federación Regional de las Asociaciones de Vecinos de Madrid (FRAVM), Quique Villalobos. “No es que no haya contratos, es que sigue funcionando las 24 horas del día y parece que aquí no pasa nada. Han sacado el concurso y todavía no han fallado nada. ¿Una empresa va a estar un año y ocho meses sin cobrar?”, explicaba. A esto se suma también la queja unánime de los vecinos de Vallecas. No es solo la quema de los residuos, sino los olores.
Los vecinos habían negociado con Carmena hace siete años un plan de cierre para este vertedero. Durante 2015 y 2016, el Gobierno de Ahora Madrid encargó dos estudios para medir los olores —los que emite la planta en sí y los que llegan a los diferentes distritos—, que puso el problema sobre la mesa. Según un estudio de la FRAVM, un vecino de Vallecas, donde se encuentra la incineradora, respira tres veces más las partículas contaminantes que uno del distrito de Salamanca.
En 2017 se adjudicó un contrato para saber cómo reducir estos malos olores. Al año siguiente se publicó otro para realizar un proyecto más ambicioso. Durante este tiempo se diseñaron más de 100 acciones concretas: modificaciones en planta, construcciones de nuevas infraestructuras e incorporaciones de nuevos protocolos. Se redujo en un 80% la emisión de ácido sulfhídrico, uno de los olores más presentes, y se canalizó todo el biogás de la planta, entre otras acciones. El 7 de enero de 2020, sin embargo, Almeida canceló este proyecto para reducir todos estos malos olores, el mismo año en el que el vertedero recibió 200.000 toneladas extra de basura procedentes de otros 31 municipios de la región.
Por si fuera poco, el pasado 18 de octubre EL PAÍS desvelaba también que una inmensa trinchera de sacos repletos de cenizas procedentes de la incineradora campaban a sus anchas en los alrededores del vertedero. La portavoz del área de Medio Ambiente del Ayuntamiento aseguraba que estos cientos y cientos de sacos con cenizas no eran responsabilidad del Ayuntamiento porque estas bolsas se encontraban fuera del Parque Tecnológico de Valdemingómez. “Esta planta está construida y operada por la empresa Urbaser, que opera con una autorización ambiental integrada otorgada por la Comunidad de Madrid”, explicaba. Pero otra portavoz de la Consejería de Medio Ambiente desmentía así al Consistorio madrileño: “Esta empresa privada tiene un contrato de concesión por concurso público con el Ayuntamiento de Madrid para la gestión de la recogida de las cenizas que genera Valdemingómez”.
Todo esto se suma a la opacidad del Ayuntamiento en la publicación de las memorias del centro de residuos. Ahora mismo, en la web municipal, la última vigente es la de 2020, que asegura que cada madrileño genera 1,13 kilos de basura al día.
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