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La Paz prescindió del mejor doctor de España en el uso de la máquina más puntera para el cáncer, que estuvo parada seis meses

Después de formar a Luis Fuertes durante dos años y medio, con estancias en Reino Unido, el hospital madrileño lo relevó y puso al frente del equipo a una doctora que estaba a punto de jubilarse y no tenía un conocimiento similar

La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, después de observar el 17 de diciembre de 2021 el único sistema de radioterapia de precisión molecular guiada por resonancia magnética que existe en España, en el Hospital Carlos III, adscrito al Hospital Universitario La Paz.
La presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, después de observar el 17 de diciembre de 2021 el único sistema de radioterapia de precisión molecular guiada por resonancia magnética que existe en España, en el Hospital Carlos III, adscrito al Hospital Universitario La Paz.Alberto Ortega / Europa Press
Fernando Peinado

Durante dos años y medio, el joven doctor Luis Fuertes se preparó en el extranjero y España para ponerse al frente de la máquina para el cáncer que la Consejería de Sanidad de Madrid había apodado como “el pepino”, un costoso aparato de nueve millones que había donado el multimillonario Amancio Ortega. Fuertes era la persona mejor formada del país en esta tecnología cuando llegó el gran día de su presentación, el 17 de diciembre de 2021, en un acto ante los medios de la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, que generó expectativas sobre los beneficios que supondría el aparato, la MR-Linac Unity, para miles de madrileños con cáncer. Fuertes se había preparado con becas nacionales e internacionales que financiaron su estancia en hospitales británicos donde la máquina ya estaba siendo usada. Pero cuando llegó la hora de la verdad, la jefa del servicio de Oncología Radioterápica de La Paz, Rosa Morera, relevó a Fuertes para poner al frente a “su mano derecha”, otra doctora de su confianza que ni de lejos tenía un conocimiento semejante del aparato y que pronto se desentendió del proyecto, según seis personas relacionadas con el hospital que conocen estos hechos.

Como consecuencia, la máquina estuvo parada durante algo más de seis meses y poco más de una quincena de pacientes han sido atendidos hasta hoy, en contraste con los cientos de casos tratados en su primer año en otros hospitales del mundo. Es un recurso público muy valioso que está siendo desaprovechado porque el aparato ha sido visto como un cambio de paradigma al sustituir los rayos-X por la resonancia magnética para obtener imágenes más precisas de la zona cancerosa donde se aplica después la radioterapia.

El hospital argumentó a EL PAÍS la semana pasada que existe una “curva de aprendizaje” de dos años que ha impedido que la MR-Linac Unity entre aún en pleno rendimiento, pero La Paz tuvo tiempo de sobra para prepararse antes del estreno. Adquirió la máquina en 2019 y tuvo que hacer una compleja obra supervisada por el Consejo de Seguridad Nuclear en el cercano hospital adjunto Carlos III para acomodar el aparato, que solo estuvo listo a finales de 2021. Fue el tiempo en que Fuertes se formó en el extranjero, junto con otros cuatro técnicos de radioterapia, que iban a estar a sus órdenes, y viajaron al norte de Italia para conocer la experiencia con el aparato del Hospital Sacro Cuore di Calabria, en Negrar.

La nueva encargada del equipo de siete personas vinculado a la MR-Linac era Isabel Rodríguez, una doctora a punto de jubilarse que presentó un proyecto vinculado a la nueva máquina para prolongar su empleo en el hospital. Según las fuentes del departamento, recibió tan solo la formación de una semana que le dieron en el propio hospital La Paz los técnicos de Elekta, la empresa sueca que fabrica la máquina. Ella cometió el error de centrarse en tumores poco aptos para ser tratados en esa máquina, como recto, útero o endometrio. El campo de visión de la MR-Linac se limita a 22 centímetros, lo que desaconseja su uso en tumores de cierta magnitud.

Rodríguez volvió pronto a su dedicación habitual, la coordinación del equipo de braquiterapia, una técnica de radioterapia que consiste en colocar implantes radioactivos cerca del tumor. Eso explica que entre mediados de abril y principios de noviembre no fuera tratado ni un solo paciente en la MR-Linac, según los registros internos a los que ha tenido acceso EL PAÍS. Solo 12 personas recibieron sesiones en todo 2022. Mientras, casi 1.500 pacientes fueron tratados en La Paz en otras tres máquinas de radioterapia menos avanzadas.

EL PAÍS no ha obtenido respuesta a sendos correos enviados a Morera y Rodríguez. Tampoco han contestado a través de una petición a la jefa de prensa del hospital.

La jefa del servicio de Oncología Radioterápica, Rosa Morera (izqda) presenta la MR-Linac Unity a un grupo en el que se encuentran: el gerente del hospital La Paz, Rafael Pérez-Santamarina (con bata); la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso; el entonces viceconsejero de Sanidad Antonio Zapatero; y el entonces director general de Hospitales, Fernando Prados.
La jefa del servicio de Oncología Radioterápica, Rosa Morera (izqda) presenta la MR-Linac Unity a un grupo en el que se encuentran: el gerente del hospital La Paz, Rafael Pérez-Santamarina (con bata); la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso; el entonces viceconsejero de Sanidad Antonio Zapatero; y el entonces director general de Hospitales, Fernando Prados.HOSPITAL LA PAZ

El médico relegado, Fuertes, era un oncólogo interino que había ganado una beca de excelencia del hospital para formarse en la MR-Linac. La Paz da esta ayuda anualmente al mejor de sus residentes con el fin de favorecer la incorporación al hospital del ganador una vez concluido su periodo formativo. Pero cuando Fuertes acabó esa etapa, en diciembre de 2021, el hospital no lo retuvo, para sorpresa de otros miembros del equipo de oncología radioterápica que hablan de que fue “ninguneado”. Desde marzo de 2022, Fuertes trabaja como oncólogo en el Hospital de Torrejón.

Fuertes, que ha declinado hablar con este periódico, informa en su LinkedIn de que fue ganador del Proyecto REX 2019 (Programa de Incorporación de Residentes Excelentes) de La Paz, con el proyecto “Radioterapia de precisión molecular guiada por Resonancia Magnética”. Además, disfrutó de otras becas para financiar su formación: una proporcionada por la Sociedad Europea de Oncología Radioterápica (ESTRO por sus siglas inglesas) y otra por la Sociedad Española de Oncología Radioterápica (SEOR). Hizo sus estancias en dos hospitales británicos punteros en el tratamiento del cáncer que ya disponían de la MR-Linac: el londinense Royal Marsden y The Christie, en Manchester.

El médico escribió sobre su experiencia en el Royal Marsden en un artículo de 2019 para la Sociedad Europea de Oncología Radioterápica (ESTRO por sus siglas inglesas). Entonces escribió: “Gracias a esta breve, pero intensa visita he aprendido algunos aspectos esenciales de MRgRT (la radioterapia guiada por resonancia) que será muy útil para empezar la actividad clínica en mi centro”.

El estreno de la MR-Linac ha coincidido con un elevado número de bajas por riesgo psicosocial en el departamento de oncología radioterápica, donde trabaja una cincuentena de personas, entre médicos, físicos y técnicos. Según el sindicato Comisiones Obreras, “un buen número de trabajadores” se han ido del centro o han solicitado una baja tras recibir atención psicológica. CC OO ha denunciado que el hospital conoce esta situación pero no ha actuado.

La Paz reclutó en otoño a una doctora que tiene experiencia directa con la máquina gracias a su estancia en un hospital canadiense. Con todo, aún a principios de enero, apenas dos personas estaban siendo tratadas, entre ellas un alto cargo del hospital cuya identidad ha sido omitida por este periódico en cumplimiento de las leyes de protección de datos sanitarios. Después de la aparición del artículo de EL PAÍS la semana pasada sobre el poco uso de la MR-Linac se ha producido “una carrera para meter pacientes” en ese aparato, según las fuentes consultadas.

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Fernando Peinado
Es reportero de la sección de Madrid desde 2018. Antes pasó ocho años en Estados Unidos donde trabajó para Univision, BBC, AP y The Miami Herald. Es autor de Trumpistas (Editorial Fuera de Ruta).

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