Tres barrios de Madrid que votaron al PP se alzan contra los cantones de basuras del Gobierno de Almeida
Montecarmelo, Vicálvaro y La Paz protestan contra el Ayuntamiento para que reubiquen los equipamientos de limpieza que pondrán cerca de casas y colegios
Los cantones de basura enfrentan al PP de Madrid con sus propios votantes. En las últimas semanas, el Ayuntamiento ha tenido que lidiar con tres focos de protestas en los barrios de Montecarmelo, Vicálvaro y La Paz, donde los vecinos se han organizado para exigir que no les instalen equipamientos de limpieza junto a zonas residenciales y colegios. En esos mismos sectores, en el 28-M, la mayoría de vecinos le dieron a los populares los votos necesarios para la reelección a José Luis Martínez-Almeida y la mayoría absoluta en el Pleno. El PP obtuvo en las calles de Montecarmelo entre el 60% y el 70% de los votos en las elecciones del 28-M; en Vicálvaro, entre el 30% y 40%; y en La Paz, el 57%.
Los movimientos y plataformas vecinales de estos tres sectores aclaran que sus quejas no tienen ningún tipo de connotación política, pero sí coinciden en que en las calles hay desilusión y muchas preguntas. Sobre todo, después de que el Ayuntamiento se hubiera comprometido a no iniciar obras sin haber informado a los vecinos de los detalles de los proyectos.
La bomba de los cantones de basura estalló por primera vez en vísperas de las elecciones municipales. Fue entonces cuando los barrios comenzaron a sentir los primeros efectos del nuevo contrato de Limpieza de Espacios Públicos, que el Ayuntamiento adjudicó a finales de 2021 y que suponía la construcción de 16 cantones en la ciudad. Barrios como El Ensanche de Carabanchel, Cuatro Vientos y los mismos Montecarmelo y La Paz comenzaron a protestar por la elección de parcelas donde se iban a construir estos equipamientos que suelen servir como aparcamiento y vestuario a los barrenderos municipales y en algunos casos se planean como depósito temporal de basura de camino al vertedero. Ante la polémica, el 17 de abril, un mes antes de las elecciones, Almeida pausó 12 de los proyectos para estudiar ubicaciones alternativas. Pero el escenario postelectoral fue peor para algunos.
Montecarmelo
A Montecarmelo (distrito de Fuencarral - El Pardo) le cambiaron el cantón de un sitio a otro. Pero, como dice Rafael Llanes, portavoz de la plataforma No al Cantón de Montecarmelo, lo pusieron en “el peor lugar de todos los posibles”. La parcela original estaba cerca al colegio Infanta Leonor; pero la nueva, está junto al Colegio Alemán, la Escuela Infantil Sol Solito y el Cementerio Municipal de Fuencarral. Allí se pretende proyectar no solo el cantón de Montecarmelo, sino una instalación que sirva de unión para el equipamiento de Montecarmelo, el Servicio de Limpieza Urgente (Selur) de Arroyofresno y “el cantón que iba al otro lado del Pau, en la carretera de Colmenar a Montecarmelo”, como afirmó el delegado de Urbanismo, Borja Carabante, el 12 de septiembre en un acto del Ayuntamiento.
“No nos negamos a tener el cantón, es necesario. Solo pedimos que esté en un sitio adecuado. Sabemos que todas las casas necesitan un cuarto de baño, pero no hace falta ponerlo en la mitad del salón”, dijo Llanes este miércoles durante un recorrido por la parcela. El portavoz resalta que la plataforma tiene “un carácter ciudadano sin ningún tinte político” pero admite que “gran parte del barrio” ha votado al PP y ahora están desconcertados. También, insiste, tienen las puertas abiertas al diálogo. De hecho, la plataforma, que tuvo una reunión con la Delegación de Urbanismo la semana pasada, defiende un plan B: un terreno en Las Tablas, que queda junto a la Escuela de Aplicación de Tiro y Artillería y que está alejado de zonas residenciales. “Es una superficie dotacional que tiene aprobado inicialmente un plan para que allí vayan las cocheras de la EMT. Esa misma parcela se utilizó para tratamiento de residuos y basura por la empresa Sacyr en 2017″, detalla Llanes. Aunque el Ayuntamiento se comprometió a que los servicios técnicos estudien esta y otras alternativas que les ha trasladado la plataforma, se mantuvo en que ya han contemplado varias opciones y que la parcela junto al cementerio es la más viable técnica y urbanísticamente.
Fuentes de la plataforma vecinal, sin embargo, advierten de que la información del Ayuntamiento ha sido “opaca”. Los vecinos no han tenido acceso a los detalles de la modificación del contrato ni a los documentos que justifiquen el cambio de ubicación. La Delegación de Urbanismo comunicó hace una semana que se comprometía a enviarles el anteproyecto, el contrato y el proyecto de la nueva infraestructura cuando estén redactados “en los próximos meses”.
Mientras no haya información ni una nueva relocalización del cantón, Montecarmelo no cederá. El domingo 1 de octubre, a las 11.00, habrá una nueva manifestación que se movilizará entre la entrada del barrio y la parcela de la discordia.
Vicálvaro
La tensión crece al sur de Madrid, en el distrito de Vicálvaro, tras una reunión telemática celebrada este miércoles entre el delegado de Urbanismo y representantes de los vecinos afectados por uno de los dos cantones que construirán en este sector. El Ayuntamiento ha negado la reubicación de la estructura auxiliar que ya está en construcción en la calle de Abad Juan Catalán, justo en una esquina del parque Forestal Vicálvaro y a poco más de 50 metros de un conjunto residencial. “De vergüenza”. Este es el balance que hace Pedro Herrán, uno de los líderes vecinales que asistió a la reunión y que solicitó a Borja Carabante detener las obras mientras la Fiscalía y el Defensor del Pueblo se pronuncian a unos escritos enviados por la comunidad. “Se negaron a parar las obras y a buscar una alternativa”, critica Herrán.
Juan Carlos Cañuelo, presidente de la Comunidad de Propietarios de la calle de Abad Juan Catalán (6-18), aclaró que la asociación se desmarca de la política. “No voy a entrar en el tema del panorama político en Vicálvaro. Yo solo sé que nos están poniendo una estructura insalubre frente a nuestras casas”, dijo. Pero advirtió de que no se detendrán en sus exigencias. Este domingo 1 de octubre se ha convocado a una protesta en las calles de Vicálvaro.
A los habitantes de este distrito les ha tocado no uno sino dos cantones en el marco del nuevo contrato de limpieza. Uno, de 6.000 metros cuadrados, se ubicará en la calle de Las Santeras, 51, en una zona industrial y ya tiene la obra avanzada porque no estuvo entre los proyectos paralizados en abril. El otro, de 1.300 metros cuadrados, de tipo auxiliar, es el de la calle Abad Juan Catalán, el que ha desencadenado el rechazo ciudadano.
Los vecinos protestan porque las obras, que comenzaron a mediados de septiembre, ya arrasaron con cinco árboles y avanzan a toda velocidad a poco más de 50 metros de un conjunto residencial. Como en Montecarmelo, las asociaciones vecinales tampoco han conseguido acceder a los documentos para que les muestren cómo será el cantón y qué habrá en él.
La Paz
Una cacerolada sonó este miércoles por la tarde en el número 35-B de la calle de Sangejo, en el barrio de La Paz (Fuencarral - El Pardo). El estruendo se repite una vez por semana y es protagonizado por un centenar de vecinos que se oponen a que en esa dirección se construya otro de los equipamientos de limpieza del Ayuntamiento. En el pliego de prescripciones técnicas del contrato de 2021, la calle de Sangejo aparece asociada a una parcela de 695 metros cuadrados cedida para una instalación de la que no se dan mayores detalles.
Estrenamos temporada con una nueva cacerolada! #NoALosCantones pic.twitter.com/QqdWI3Mcmq
— No al Cantón de Limpieza en C/Sangenjo 35 (La Paz) (@noalcantonlapaz) September 26, 2023
Juan Álvarez, uno de los residentes que coordina las redes sociales del movimiento ciudadano, relata que se enteraron del proyecto por casualidad: “Era abril y se veía la polémica de los cantones en la prensa. Un vecino revisó los pliegos, por curiosidad, y se dio cuenta de que en Sangejo iba a construirse algo”. Tuvieron una reunión con el delegado de Urbanismo a mediados de junio y, allí, les indicaron que se trataba de una instalación para que los barrenderos guardaran sus materiales de trabajo. Como a Montecarmelo y a Vicálvaro, también les dijeron que allí no habría tratamiento de residuos. “En conclusión, nos dijeron que estábamos haciendo demasiado ruido y que, al final, no era para tanto”, comenta Álvarez. No obstante, explica que en las reuniones les permitieron ver la documentación que tenía algunos detalles generales de la estructura, pero no se las entregaron. “Argumentaron que era por protección de datos”, dice Álvarez, que reconoce que hay decepción en el barrio por la actitud del Ayuntamiento. “No entendemos cómo una Administración no tiene ningún reparo en poner un cantón tan cerca de las casas. El partido de gobierno, sea cual sea, debería mirar a los todos los madrileños”, concluye.
Las cacerolas volverán a sonar el próximo jueves 5 de octubre a las 19.00. Así seguirán hasta que, insisten, el Ayuntamiento ceda.
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