El taco bar de moda y otras historias que también se comen en Madrid

Madrid vive estos días esa extraña época del año en la que las vacaciones de verano parecen ya un lejano recuerdo mientras el frío se asienta y el Corte Inglés ultima los preparativos para decretar el comienzo de la Navidad: llegará justo después de Halloween, que cada vez un poco antes. Se acaba octubre y entre la rutina, a veces, se nos olvida disfrutar de los placeres que ofrece vivir en una ciudad como Madrid, que cada día se inventa una historia.

En jornadas como las de esta semana, el sofá, la manta y Netflix nos miran con ojos tentadores, pero en esta sección siempre somos más partidarios de tratar de exprimir cada una de las experiencias que ofrece una ciudad infinita. Opciones hay, desde luego, y las de esta semana demuestran algo que los negocios saben desde siempre: todo sabe mejor si se acompaña de un relato. Por ello, he aquí tres experiencias únicas, cada una con su pretexto, en tres de los restaurantes de moda en pleno centro.

El taco bar de moda

Mawey (Calle Olid, 6) es un taco bar que se ha vuelto el favorito de muchos en redes sociales. Sus creadores, Fernando Carrasco y Julián Barros, lo bautizaron con este nombre por su amor por el tequila, la bebida más popular de México, que se extrae de la planta del maguey, así como del disfrute que produce estar con los amigos o los güeys, como se les suele decir en México de manera cariñosa. Una mezcla sencilla pero auténtica: el origen del Mawey.

“Mawey es un sitio para disfrutar de unos buenos tacos, para reír y pasárselo bien con un buen cóctel o una Michelada en la mano y brindar”, explican sus propietarios. El concepto de lugar es el de una taquería moderna que huye del concepto tex-mex.

Su carta gira en torno a los tacos de creación propia e incluye los más tradicionales como los de cochinita pibil con x´nipec, una salsa originaria de la península del Yucatán, los de gobernador con queso oaxaca y polvo de kikos o los tacos al pastor con cebolleta, piña y cilantro. No hay que olvidarse de pedir el guacamole, que se sirve de entrante en piedra. No hay que dejar de preguntar por los platos fuera de carta, están buenísimos.

Es un lugar perfecto para ir con amigos, pedir unas margaritas y compartir unos tacos. Hay varios por el centro y su precio medio son 20 euros. Además, el sitio cuenta con el sello Copil que garantiza la excelencia de la gastronomía mexicana.

La mejor tortilla de patata de Madrid

La Maruca (López de Hoyos, 42) es un restaurante con una cocina con todos los sabores de siempre y que se adapta a todos los bolsillos y públicos. El chef, Jesús Alonso, explica que su menú es muy sencillo: “No queremos hacer comida rara, que la gente no reconozca”.

El restaurante lleva 10 años en Madrid importando comida tradicional de Santander a la capital. Al comienzo, cuentan desde el local, esta fue su forma de recuperar la comida de toda la vida. Buscaban que la gente pudiera comer bien en un lugar bonito.

Desde entonces, su carta no ha cambiado. Explican que siempre trabajan sobre los mismos platos y que lo que han hecho es ir haciéndoles pequeños ajustes para mejorarlos con el tiempo. La especialidad de la casa sin duda son las croquetas de carne de cocido y el pincho de tortilla de patata.

El plan perfecto para ir a La Maruca es una comida de negocios o una tarta entre amigos. La gracia es pedir diferentes platos y compartir. La casa recomienda pedirla ensalada fresca de ave escabechada, los canelones rellenos de pularda con salsa de foie y las albóndigas de ternera guisada. Y, para terminar, destaca un excelente flan.

Una cena entre musicales

En la segunda planta del Teatro Albéniz (Calle de la Paz, 11) queda el restaurante que lleva su nombre. Allí, las cenas de los sábados y los domingos son desde hace algún tiempo muy especiales.

La experiencia consiste en hacer un viaje a través del tiempo para conocer la historia del edificio y todos los secretos que guarda. “Todo un espectáculo entre bambalinas, donde la emoción es el ingrediente principal”, aseguran sus creadores.

Durante dos horas, los shows musicales y teatrales se van intercalando entre los diferentes platos del menú. Así, mientras el comensal está probando lo mejor de la gastronomía madrileña, bailes como el swing, el charleston y el claqué se vuelven los protagonistas de la noche.

Es un plan muy divertido para ir acompañado y disfrutar del espectáculo Teatrera, que llega de la mano de Codorníu a un teatro emblemático de la capital, a pocos pasos de la Puerta del Sol. El espectáculo se hace en el UMusic Hotel de jueves a domingo en dos pases, uno a las 20.00 y otro a las 22.30.

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