El último pandillero muerto en Madrid fue asesinado por uno de los suyos de una puñalada en el corazón

Acababa de salir de una noche de fiesta en un local de ocio del distrito madrileño de Tetuán, cuando un grupo de atacantes le clavó un estilete que le perforó el corazón. En cuestión de minutos, perdió tanta sangre que fue imposible hacer nada por mantenerlo con vida. Así fue el crimen de Álex de la Rosa, Alexito, un miembro de la banda juvenil de los Trinitarios de 23 años y única víctima mortal de la guerra de pandillas en Madrid en todo 2023. La policía detuvo a finales de octubre a cinco de los presuntos autores de esta emboscada letal, uno de ellos menor de edad, y al último implicado lo arrestó hace solo unos días, porque se había marchado al extranjero tras el crimen. En este caso, no eran miembros de la banda rival, los Dominican Don’t Play, sino que formaban parte de la misma que la víctima, los Trinitarios, pero de una facción enfrentada a la de Alexito en el distrito de Tetuán. Un asesinato fratricida.

La policía sospecha que el grupo estaba aguardando a su objetivo cerca de la puerta de la discoteca en la que Alexito, dominicano nacionalizado español que tenía 22 años, tomó sus últimos tragos. Justo cuando salió del local, sobre las cuatro de la madrugada del 13 de marzo, un grupo de jóvenes se puso las capuchas de sus sudaderas y se dirigieron a por él. La investigación refleja que alguien les avisó de que su víctima salía y que esta trató de escapar, pero tropezó y cayó. También se ve cómo Álex es capaz de dar unos pasos más después del pinchazo mortal, pero cae unos segundos después porque su corazón no dio más de sí. Por las imágenes recopiladas en las pesquisas, queda claro que la víctima conocía a sus atacantes. “Después del homicidio, seguridad ciudadana prácticamente sitió la zona para evitar represalias, ellos se sabían vigilados”, ha explicado este miércoles la investigadora del Grupo VI de homicidos que ha dirigido el asunto.

Esta vez el ataque no fue con un llamativo machete, sino con una afilada arma blanca que le atravesó el corazón con orificio de entrada y de salida, a pesar de llevar incluso un abrigo de plumas. Allí quedó tendido a unos metros de la avenida de Bravo Murillo, a escasas calles de su casa. En la reyerta, otro joven sufrió una brecha en la cabeza. “En este tipo de grupos violentos siempre hay discrepancias, algunos que no respetan a la autoridad, y esto fue lo que sucedió en este caso”, ha detallado la investigadora.

De los seis detenidos, cuatro son lo que se conoce como miembros probados de la banda de los Trinitarios y los otros dos se encontraban en fase de estudio. Estas dos denominaciones se emplean para distinguir a aquellos que cumplen con dos o más de las características descritas por el Ministerio de Interior para probar la pertenencia de alguien a una organización criminal como son los Trinitarios. El juez envió a prisión a todos ellos y el menor ha ingresado en un centro de reinserción en régimen cerrado. El fallecido pertenecía al coro de los Trinitarios de La Ventilla, mientras que los agresores eran de Cuatro Caminos, Cuatroka para los pandilleros.

La víctima tenía numerosos antecedentes policiales y atesoraba varias detenciones por diferentes delitos. En abril de 2021 fue detenido como miembro de una banda de atracadores dedicada a asaltar locutorios y comercios de su mismo distrito. Se les bautizó como “atracadores tiktokers” porque colgaban en esta red social el resultado de sus botines y presumían de las armas que usaban en los asaltos. Se les imputaban seis robos con violencia perpetrados a lo largo de nueve meses. En el perfil de la red social de Tiktok de Alexito, todavía se puede ver el vídeo que la policía publicó cuando se conoció aquella operación y de la que él mismo se hizo eco.

Después de esa operación, los agentes comprobaron que Alexito podría estar implicado en una agresión sexual a una menor, una denuncia que se guardó en un cajón antes de que se juzgara en la Audiencia Provincial de Madrid por el fallecimiento del supuesto autor. Sobre él pesaba la obligación de presentarse a firmas periódicas en el juzgado y tenía una orden de alejamiento de la menor.

Pero nada de eso fue lo que causó su muerte sino, según la investigación, la guerra fratricida entre dos facciones enfrentadas de los Trinitarios en el distrito de Tetuán. Esta vez, los DDP no han tenido nada que ver en la caída de uno de los integrantes de la banda rival. Hace tiempo que coexisten en el distrito dos bandos antagónicos de la misma banda, que se disputan el territorio y también las actividades ilícitas para financiar a la banda, como el trapicheo de droga. Según apuntan fuentes policiales, Álex era un miembro destacado de una de estas facciones y la otra decidió que iba a ser un objetivo prioritario.

No es la primera vez que los encontronazos entre las dos facciones de esta banda sacuden con violencia este distrito. En abril de 2022, una jauría se echó encima de un miembro de los Trinitarios en un bar de la calle Marqués de Viana. Eran integrantes de su misma organización que estaban ejecutando sobre él una venganza. En esa ocasión, la víctima de 20 años salvó la vida, pero las secuelas en su cuerpo fueron tremendamente severas. Sufrió la semiamputación de uno de los brazos y más heridas en todo el cuerpo.

Al contemplar la grabación de aquel ataque, resulta increíble que eras fueran las únicas consecuencias. Las imágenes de vigilancia del local muestran una manada que se abalanza contra el chico, que intenta escapar, pero es arrinconado en una esquina. Al menos una decena de atacantes se echa sobre él, que ya había caído al suelo. Se observan a un hombre con un machete atacar al menos en tres ocasiones. La agresión dura apenas un minuto, pero es espeluznante.

Tras dos años trágicos, en 2023 se frenaron las agresiones letales y de extrema gravedad entre pandilleros en Madrid. Alexito fue el único fallecido este año, después de las seis víctimas mortales de 2022 y las dos de 2021. La policía considera que ha dado su fruto el bautizado como plan antibandas existente entre Madrid desde finales de 2021 y reforzado desde febrero de 2022, tras un fin de semana trágico en el que hubo dos muertos y una decena de reyertas graves en la región. Los datos de víctimas mortales dan la razón a esta medida, aunque no existe una estadística de las agresiones menos graves de estas bandas. Álex de la Rosa es, por ahora, el último nombre en una lista de víctimas muy jóvenes que deja tras de sí la pelea por unas siglas, un territorio y unos colores.

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