Las idas y venidas de uno de los helicópteros de emergencias de la Comunidad de Madrid

La Comunidad de Madrid dispone desde 1997 de dos helicópteros medicalizados que cubren todo el territorio y que operan junto a los medios terrestres. Uno tiene base en Las Rozas y otro en Lozoyuela. Así lo establece el medcontrato entre el Gobierno y la empresa Eliance que fue la que ganó el último concurso. Pero desde el 2 de septiembre la aeronave que normalmente está en el municipio de Lozoyuela ha desaparecido. La Consejería de Sanidad explica que la compañía está realizando una intensa reparación en el aparto, que incluye el cambio del motor y que la fecha aproximada de vuelta del helicóptero podría ser finales de septiembre. Varios trabajadores y el acalde de Lozoyuela critican esta situación y recalcan el riesgo de no disponer de un medio con el que llegar rápidamente a situaciones críticas, como un infarto o un accidente de tráfico.

El contrato de cesión del servicio contempla que, si alguno de los helicópteros deja de operar, la empresa deberá facilitar otro en un plazo de 12 horas. La Consejería de Sanidad alega que Eliance ha traído a Madrid otras aeronaves de forma puntual, pero admite que hay jornadas en los que el servicio solo se ha prestado con una de ellas. Un portavoz de la consejería elude cuantificar cuántos días lleva hasta ahora la Comunidad con un solo aparato pero sí apunta que la horquilla de sanción por cada jornada va de los 6.000 a los 10.000 euros. “Ningún servicio ha dejado de hacerse, no ha habido problemas y los servicios terrestres han garantizado la asistencia”, afirma este portavoz.

Según la información que ha facilitado Eliance a Sanidad, el helicóptero necesita una reparación profunda que incluye el cambio de motor, lo que justifica su prolongada ausencia de los cielos madrileños. La fecha aproximada de vuelta a su base habitual se sitúa a finales de septiembre, según la estimación de la que la consejería dispone en este momento.

Fuentes sanitarias y el alcalde de Lozoyuela, Javier Aunión, reconocen que ha habido dos días en los que la empresa ha facilitado un aparato de respuesto, pero que apenas ha estado operativo unas horas antes de volver a marcharse. Este jueves en el pleno de la Asamble Regional, la consejera Fátima Matute aseguró que el helicóptero de Lozoyuela ya se encontraba en su base. Esta afirmación ha sido tajantemente desmentida por el regidor de la localidad del norte de Madrid y también por testigos presenciales a EL PAÍS. “No ofrecen ninguna explicación sobre la prolongada ausencia del helicóptero. A esto se suma el hecho de que tampoco se han reforzado las ambulancias, lo que sigue dejando a nuestros vecinos en una situación de absoluta vulnerabilidad ante las emergencias sanitarias”, ha expresado. La consejería explicó a este periódico que el helicóptero del que dispone en este momento la región puede tener como base indistintamente Las Rozas o Lozoyuela.

A través de la aplicación Flight Radar, es posible conocer la ubicación de cualquier aeronave con solo introducir su matrícula. Si se introducen las matrículas de los dos helicópteros que aparecen en las fotografías oficiales de la Comunidad de Madrid, consta como que uno lleva todo el mes operando en Cataluña, mientras que del otro no ofrece datos de los últimos siete días. En ambos casos, la aeronave que se ve en la fotografía de la aplicación muestra el distintivo del Summa 112. Sanidad niega que la numeración del aparato que actualmente se encuentra en Cataluña pertenezca a un helicóptero de la Comunidad de Madrid en este momento, pero declina facilitar las dos matrículas de los helicópteros que sí pertenecen alegando motivos de seguridad y privacidad.

La Comunidad paga 21 millones de euros a la empresa Eliance para que realice este servicio durante cinco años, de acuerdo a la publicación del Boletín de la Comunidad de Madrid de septiembre de 2023.

Fuentes del sector sanitario de emergencias explican que en determinadas atenciones, como un infarto o un ictus se califican como “tiempo dependientes”, es decir, que la rápida intervención es clave para evitar o reducir futuras secuelas. “Son las atenciones en las que cada minuto cuenta”, apuntan.