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El nuevo gurú de los planes de Madrid: “Ninguna buena historia empieza con un vaso de agua”

El bar Céntrico, El gimnasio Barrelatte y la cafetería de especialidad Tambo son tres planes perfectos para el otoño

Gabriela Quintero y Diego Osorio, los dueños de Céntrico, en su bar.
Gabriela Quintero y Diego Osorio, los dueños de Céntrico, en su bar.
Lucía Franco

En una búsqueda rápida en la red social TikTok se pueden encontrar más de 64.600 publicaciones con el hashtag planes en Madrid. Estos han supuesto la creación de cientos de vídeos de creadores de contenido que recomiendan todo tipo de planes, experiencias y restaurantes en la capital. Las redes sociales se han vuelto el nuevo gurú de los planes. Para muchos, también son las nuevas guías de viajes y los mejores consejeros a la hora de decidir qué hacer el fin de semana.

La gran mayoría de estas publicaciones son vídeos que se vuelven virales y crean tendencias en la ciudad, al tiempo que se traducen en colas eternas enfrente de los establecimientos. Algunos hasta mueren de éxito a causa de la viralidad. Y entre todo este fenómeno, muchos se preguntarán el porqué: hay una nueva generación ansiosa por vivir lo mismo que han visto que hacen las personas que siguen en redes sociales. Bajo esa premisa, traemos tres planes imperdibles para seguir las últimas tendencias en Madrid: un café de especialidad en Tambo, un vino en Céntrico y una clase de barré en Barrelatte.

El bar de toda la vida versión 2.0

Céntrico Bar Madrid (situado en la calle de Calatrava, 14) es un nuevo bar en el madrileño barrio de La Latina que abre con la intención de resaltar la cultura castiza y el ambiente auténtico de los bares de toda la vida de la capital, esos de los que cada vez quedan menos. “Quería crear un espacio donde la tradición se fusionara con un toque moderno”, asegura su fundador, Diego Osorio, que tiene como lema: “Ninguna buena historia jamás empezó con un vaso de agua”.

Céntrico es ideal para añadirlo a la ruta de bares de confianza. Un lugar en donde tomarse un vermú después del rastro el domingo o para ir por una caña con amigos el fin de semana. Para acompañar la bebida se aconseja pedir la tabla Céntrico, que tiene chorizo, lomo, salchichón, jamón ibérico, cecina y queso manchego. Sin embargo, la burrata con melocotón y jamón serrano y la ensaladilla rusa se han convertido en la sensación entre la clientela más fiel.

“La acogida ha sido increíble. Desde el primer día, los clientes han mostrado entusiasmo por el concepto y la decoración. Recibimos comentarios positivos sobre la calidad de nuestras tapas y la atmósfera acogedora, lo que nos ha permitido construir una clientela fiel rápidamente”, asegura una de las dueñas, Gabriela Quintero.

Un latte y una clase de barré

Paula Tabuyo posa en su establecimiento.
Paula Tabuyo posa en su establecimiento.

Barrelatte es un nuevo estudio de barré (en la calle de Bretón de los Herreros, 26) en el que se combina la pasión por el deporte, el cuidado personal y el café. “La idea de abrir este negocio surge de mi amor por el barré, un ejercicio que combina pilates y ballet en una sola clase”, asegura su fundadora, Paula Tabuyo.

La experiencia ideal en Barrellatte consiste en tomar una clase de barré, que dura 50 minutos, y después disfrutar de un café para recargar energías. “Además, se recomienda probar el tratamiento de luz infrarroja de Natcare, ideal para un momento de relax y cuidado personal. Y para quienes quieran mimar el cabello, se puede usar el famoso Airwrap de Dyson, todo incluido en la experiencia”, afirma Tabuyo.

Si se desea, los clientes se pueden quedar trabajando o disfrutando del espacio después de la clase. La primera clase tiene un precio de 10 euros.

Un café de especialidad con un toque especial

Marta y Gonzalo, en la entrada de su local Tambo, en Madrid.
Marta y Gonzalo, en la entrada de su local Tambo, en Madrid.

Tambo Specialty coffee (en la calle del General Oráa, 29) es una cafetería en el barrio de Salamanca que busca hacer de su local un refugio, como su nombre en inca revela, para los madrileños. El lugar, que apenas lleva un mes abierto al público, nace de la pasión de dos amantes del café y las cookies: Marta y Gonzalo, una pareja que se enamoró entre citas en cafeterías de especialidad. Ella iba por el café y él, a por las cookies. En una de esas citas nació un sueño en conjunto: abrir su propia cafetería.

El proyecto ha sido un éxito. Y menos mal, porque lo dejaron todo para apostar por este emprendimiento. El local es ideal para tomar un respiro de la rutina, desayunar sus afamadas tostadas de pan de masa madre, tomar una merienda con algo de su bollería artesanal o hacer una comida rápida con una buena ensalada.

Además, en el lugar se pueden comprar camisetas y bolsos y coger stickers con frases muy divertidas. Sabía que ibas a repetir, El mañanero siempre es cojonudo o ¿Hacemos un remember?, son algunas de las frases que se pueden encontrar en las pegatinas que vienen con el café o la bolsa de las cookies. “Cada rincón está hecho con mucho amor”, asegura Marta mientras enseña cada detalle de Tambo.


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Sobre la firma

Lucía Franco
Es periodista de la edición de El PAÍS en Colombia. Anteriormente colaboró en EL PAÍS Madrid y El Confidencial en España. Es licenciada en Comunicación Social por la Universidad Javeriana de Bogotá y máster de periodismo UAM-EL PAÍS. Ha recibido el Premio APM al Periodista Joven del Año 2021.
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