Una deuda de 1.045 euros y una maleta vacía: el crimen de la presidenta de la comunidad de vecinos de Carabanchel, a juicio
Marta C. afronta hasta 28 años de prisión por matar a Pilar Moreno en 2023, después de que le reclamara unas facturas. Ella sostiene que fue accidental, pero las pruebas científicas son clave


Dos facturas, una de 500 euros y otra de 545, están en el centro del crimen de Pilar Moreno, la presidenta de una comunidad del distrito madrileño de Carabanchel que el 27 de febrero de 2023 falleció presuntamente a manos de su vecina Marta C. La acusada, de 34 años, asegura que se trata de una muerte accidental, pero la familia de la víctima cree que existen pruebas suficientes para desmontar esta versión, entre ellas, una significativa maleta vacía y los restos de sangre que la policía halló en el piso en el que se produjeron los hechos. Por este motivo, su abogado solicita 28 años y cinco meses de prisión por asesinato, frente a los 12 de la Fiscalía por homicidio y los dos años y cuatro meses que pide la defensa de la acusada al alegar que fue un homicidio imprudente.
La víctima y su presunta asesina vivían a apenas 20 pasos en la misma planta del bloque del paseo de la Oca de Madrid. Marta C. estaba de alquiler, pero a punto de abandonar el piso, de hecho, estaba ya prácticamente vacío cuando se produjo el crimen. Pilar era la presidenta por turno de la comunidad de vecinos y había detectado varios impagos de algunos residentes, entre ellos, la acusada. Ella llevaba semanas asegurando que sí había hecho las transferencias de las dos facturas por valor total de 1.045 euros, incluso había llegado a enseñar los justificantes. Sin embargo, según las pesquisas, una empleada bancaria había advertido de que esos ingresos no se habían efectuado y que esos documentos podían ser falsos.
La acusación sostiene que la mentira que había fabricado Marta sobre las facturas estaba a punto de desmoronarse y, en un razonamiento extremo, la única salida que encontró fue la de acabar con la vida de Pilar, la mujer que iba a descubrir el engaño. Para sustentar su idea de la premeditación, el abogado de los Moreno, Santiago Torres, se fundamenta en un dato que considera clave: “El día del crimen, Marta llegó a la casa con una maleta muy grande y vacía, cuando en su piso ya no quedaba nada que llevarse”. La portera de la finca también declaró ante la policía que le había llamado la atención este hecho. La familia está segura de que esto es una prueba inequívoca de que la acusada ya sabía lo que iba a hacer y cómo se iba a llevar el cuerpo de la pequeña Pilar, que apenas pesaba 50 kilos. “Ese lunes, Marta se dirigió a casa de Pilar, con alguna excusa consiguió que entrara en la suya y allí es donde sucedieron los hechos”, apunta Torres.
La investigación del terminal móvil de la acusada descubrió también que había hecho búsquedas muy significativas, entre las que estaban a qué pena se enfrenta alguien por falsificar documentos, o “cómo se pone una lámpara de luz ultravioleta en el móvil”. La policía sospecha que esta última búsqueda se produjo cuando ya había cometido el crimen y limpiado la escena, para saber si los investigadores iban a poder encontrar sangre a pesar de todo.
Según defendió este miércoles la abogada de la acusada, lo que sucedió en la vivienda fue algo así como una discusión entre ambas mujeres, que acabó con Pilar golpeándose en la cabeza. Marta sostiene que en ese momento se asustó, no la socorrió y dejó que muriera. La acusación confía en desmontar esta narración con las pruebas científicas que recopiló la policía en el piso y que hablan de un “derrame masivo de sangre que va desde el baño hasta el salón” y que, a su juicio, es algo incompatible con un simple golpe en la cabeza.
En lo único en lo que están de acuerdo acusación, defensa y el Ministerio Público en este caso es en la pena de profanación del cadáver por los actos que la acusada llevó a cabo después y que incluyeron el traslado del cuerpo a su pueblo en Toledo y su incineración en una finca familiar.
Este jueves declaran varios familiares de la víctima, que denunciaron su desaparición apenas unas horas después del crimen, una celeridad que fue fundamental para detener a la acusada en apenas dos días. La vista oral se extenderá a lo largo de 10 días con el testimonio de numerosos policías del grupo de homicidios, desaparecidos y de delitos violentos, así como la portera de la finca, la casera de Marta y también varias psicólogas que han evaluado a la presunta asesina.
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