Paradoja madrileña: más del 90% de pacientes satisfechos en un ambulatorio de barrio pudiente y en otro modesto
El Príncipe de Vergara (Chamberí) y Las Calesas (Usera) son dos de los centros de salud con mejores resultados en la encuesta de satisfacción: tener la plantilla al completo es una de las claves
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No hay una receta universal para que un centro de salud sea calificado de excelente, pero en dos lugares tan diferentes de Madrid como el Príncipe de Vergara (Chamartín) y Las Calesas (Usera) han dado con la clave. Para empezar, tienen la plantilla al completo. Según los últimos datos disponibles (2023), publicados el pasado enero por el Observatorio de Resultados del Sermas, el Príncipe de Vergara lidera el ránking de toda la Comunidad de Madrid en cuanto a satisfacción global de los pacientes por la atención recibida: según la encuesta, el 95% se siente satisfecho o muy satisfecho. Y Las Calesas, ubicado en Usera, tiene un 92,08%. Ambos están más de 10 puntos por encima de la media de la región, que es del 81,2%.
Las razones por las que los pacientes de estos dos centros de salud madrileños se sienten conformes son diversas, pero todas tienen como base una plantilla cubierta al completo, lo que significa una menor presión asistencial y, por tanto, una mayor retención de los sanitarios. Es como la pescadilla que se muerde la cola, porque mantener toda la plantilla cubierta es uno de los principales problemas que afronta la sanidad de la región. “Somos un equipo muy unido, tanto las de enfermería como la administración y los médicos. Funcionamos muy bien en conjunto”, confirma el doctor Alberto Rodríguez, uno de los médicos de familia del Príncipe de Vergara.
Este centro de salud tiene una población asignada de 10.175 personas en 2023, según los datos del propio Observatorio, pero la presión asistencial no es muy alta. Se atiende al 70% en medicina de familia, al 67% en pediatría y al 48% en enfermería, todos por debajo de la media regional en al menos 10 puntos. La mañana transcurre tranquila y en sus salas de espera apenas hay pacientes.
“Aquí atienden a muy pocas urgencias, por eso todos los que vienen, vienen con cita”, dice una madre que ha preferido no revelar su nombre, mientras espera a que llamen a su hijo, de unos tres años, para entrar a consulta. Una de las celadoras le da al pequeño una caja de colores y una hoja con un autobús impreso para que coloree mientras espera. La madre asegura que tienen a la misma pediatra desde que nació su hijo, algo que en otros centros de salud madrileños bien podría considerarse un lujo. A los pocos minutos la pantalla suena y aparece el número de cita del pequeño, al que apenas le ha dado tiempo de colorear las ruedas y las puertas del autobús. “Aquí solo traigo a mi hijo con la pediatra, porque me queda más cerca. La privada me queda más lejos”, dice antes de entrar a consulta.
Si tener la plantilla cubierta ayuda, otro empujón para que el Príncipe de Vergara sea el mejor valorado por sus pacientes lo dan los seguros privados. Este centro de salud está ubicado en El Viso, distrito Chamartín, uno de los barrios más ricos de la Comunidad, en el que la renta anual de sus habitantes supera los 40.000 euros. Aunque no hay datos desglosados por distritos, si el 40,5% de los madrileños tiene un seguro privado, según la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), es lógico suponer que en los distritos más ricos este porcentaje aumente.
Y así lo reconoce el director: “Mientras la derivación a un especialista en la pública se demora de seis meses o un año, aquí los pacientes pueden hacerse las pruebas por la privada. Muchas veces vienen con todo hecho y esto ayuda mucho”, explica. “Además, nuestro hospital de referencia es La Princesa, que es muy bueno”. Los resultados son evidentes, la presión asistencial ―el número medio de personas que atiende cada médico por jornada laboral― es de 26 en medicina de familia y de 16 en pediatría, cuando la media en la comunidad es de 32 y 20 respectivamente y los sindicatos reclamaban que debían de estar en un máximo de 30 y 20.
La demora media de las citas en este centro es de siete a diez días, señala Isabel Vázquez, responsable de atención primaria en Amyts. La proporción de pacientes de la privada ayuda a que los que solo asisten a la pública también reciban una mejor atención. Francisco Izquierdo, un paciente, asegura que desde hace muchos años se “borró” de la privada porque la atención en este centro “es un 10” y “no tardan mucho”. Irene González respalda la calidad de la atención y cuenta que se cambió a este centro hace dos años, gracias al sistema de la libre elección, ya que antes iba al centro de salud Daroca, ubicado en el barrio Ventas, donde ella vive, “pero estaba muy saturado”. “No tengo seguro privado y, aunque a veces tengo que cogerme un taxi para venir, te sale a cuenta con tal de que te atiendan pronto”, dice González.
El caso del centro de salud Las Calesas es diferente, pero también exitoso. Está ubicado en el barrio de Moscardó, en Usera, en el que las rentas medias están entre 10.000 y 20.000 euros anuales, por lo que la proporción de habitantes con seguros de salud privados sería menor. ¿Cuál es la fórmula en este caso? Por un lado, como en el Príncipe de Vergara, tener la plantilla cubierta. Por el otro, implementó hace unos 20 años y por iniciativa propia un sistema específico para cubrir las urgencias que ha ayudado a que el 92% de sus pacientes se encuentren satisfechos con la atención recibida.
El doctor Adrián Carrasco explica que el sistema consiste en que cada día un médico y a una enfermera, dentro de su jornada laboral semanal, se rotan para cubrir solo urgencias, ya que este centro suele recibir a un mayor número de pacientes sin cita, lo cual permite que el resto del equipo pueda llevar la agenda sin saturación. “Aunque no sea su médico de cabecera, los pacientes ven que si llegan de urgencia con una infección de orina o una gastroenteritis lo atendemos al momento. Así, el médico que atiende la agenda tiene tiempo”.
“Te aseguro que es un centro que va muy bien”, dice Jorge Hernández, un paciente de Las Calesas. “Yo que tengo una enfermedad crónica, veo que el tratamiento es genial. Digestivo [la especialidad] tiene casi un año de espera y aquí me están haciendo las pruebas sin demoras”, continúa. Hernández asegura que lleva “15 años con la misma médica y la misma enfermera”, algo que contrasta con la situación de su madre y su esposa, quienes van a otro centro “que es un desastre”. Ese mismo día él ha venido sin cita, por una urgencia, y ya le han hecho hueco. Según el Observatorio, los pacientes de este centro valoraron que la facilidad para conseguir una cita es del 62%, frente al 83% del Príncipe de Vergara y el 56% de media en la Comunidad.
Las Calesas tiene una población asignada de 29.372 personas, de las cuales el 79% acude al médico de familia y el 90% al pediatra. Los datos del Observatorio muestran además que la presión asistencial del centro no está tan lejos de la del Príncipe de Vergara, con 26 personas atendidas a diario por cada médico de familia y 19 por el pediatra aproximadamente, también en consonancia con lo que los médicos demandan.
“Los profesionales estamos muy contentos con esta manera de trabajar”, asegura Carrasco. Según el médico, este sistema se está intentando replicar en otros centros de salud, pero este diario ha preguntado a la Consejería de Sanidad sobre la viabilidad del modelo y en qué otros centros se ha copiado, pero no ha recibido respuesta. Isabel Vázquez, de Amyts, confirma que este sistema “está en muchos centros”, pero que “no en todos va igual de bien”. Explica que no se puede aplicar en un centro con varias “vacantes de larga duración”, porque eso significa que muchos pacientes no tendrán médico asignado, con los cual “el número de pacientes que se presentan fuera de agenda es muy grande”. El que no hayan tenido ausencias en general en Las Calesas, según Vázquez, permite que este sistema funcione bien. Y de vuelta al inicio: los médicos tienen menor sobrecarga de trabajo y por eso se quedan.
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