No se apaga la lucha en Montecarmelo: un hallazgo en los Archivos de la Villa arroja una nueva hipótesis sobre la fosa común de los brigadistas
Un nuevo informe vecinal sugiere que el enterramiento con los 451 cuerpos podría estar en una vaguada muy próxima al cementerio de Fuencarral
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
Los vecinos del barrio Montecarmelo, al norte de Madrid, y los defensores de la memoria de los brigadistas internacionales se niegan a que cese la búsqueda de la fosa común con los cuerpos de 451 brigadistas internacionales. A principios de febrero, apenas unos días después de que las segundas excavaciones en Montecarmelo no dieran ningún resultado y de que el Ministerio de Política Territorial y Memoria Democrática decidiera dejar de buscar, Andrés Chamorro, miembro de la Asociación de Amigos de las Brigadas Internacionales (AABI), se internó en los Archivos de la Villa para buscar nuevas pistas. “Estuve rastreando documentación y encontré los planos de la ampliación del cementerio de Fuencarral de 1964”, relata Chamorro en una entrevista por teléfono.
Chamorro y Luis González, vecino de Montecarmelo, exdirectivo de banca, jubilado y aficionado a la historia, han puesto la lupa sobre esos documentos, imágenes satelitales y otros archivos que han reunido desde noviembre de 2023, justo cuando empezaba la lucha vecinal contra el proyecto de construcción de un cantón de basuras en la misma parcela donde se cree que está la fosa. Ahora, con los nuevos documentos hallados, barajan la posibilidad de que los cuerpos de los 451 brigadistas, exhumados del cementerio de Fuencarral por el franquismo en 1941, hayan sido arrojados a una vaguada que quedaba a escasos metros de la tapia norte del camposanto. Con esa información, han esbozado un informe que evaluarán enviar al ministerio para que considere retomar la búsqueda. “Hay varios elementos nuevos que justifican que la búsqueda no se puede dejar en el olvido”, asegura Chamorro en una entrevista telefónica.
Por otras fuentes, la AABI sabía de la existencia de una vaguada que, sospechaba, pudo haber sido elegida para arrojar los cuerpos de los brigadistas que murieron entre 1936 y 1937 en la guerra civil. Pero, hasta ahora, no sabía dónde se ubicaba exactamente antes de desaparecer bajo toneladas de escombros que fueron arrojados en la parcela en las décadas siguientes. Eso es lo que rebela el plano de 1964 que acaban de encontrar en los Archivos de la Villa.
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“A pesar de que en 1964 la vaguada, como atestiguan las fotografías [aéreas de 1945], llevaba cubierta más de 23 años y que se venía ejerciendo además una actividad ilegal de vertido de escombros que había sobreelevado la zona en varios metros, los técnicos municipales dibujaron el proyecto del cementerio y dibujaron el perfil de la vaguada junto a la tapia norte”, escribe González en su informe. La vaguada tiene forma de ‘L’ y la “base” está a pocos metros del muro del cementerio; luego, da un ligero giro, y sigue cuesta abajo hacia lo que ahora es la M-40. Es en la base donde, sospechan, podría estar otra posible ubicación de la fosa común.
Chamorro y Gonzalez, con apoyo de un arquitecto que también colabora con la Plataforma No Al Cantón de Montecarmelo, superpusieron los planos con una imagen aérea de 1945 de la Fototeca Digital del Instituto Geográfico Nacional. Allí, donde estaba la vaguada, vieron una pequeña elevación en forma de triángulo. “La profundidad de este antiguo cauce que fue rellenado era de unos 6 metros. El lugar reúne espacio de sobra para albergar los 451 cuerpos”, apuntan ellos como hipótesis. Luego, al superponer todo con una imagen aérea de 1968 ven que la vaguada ya no es visible, pues ha sido cubierta por escombros, como sucedió en otros puntos del descampado detrás del cementerio.
Por eso, proponen hacer una nueva búsqueda en ese punto. González sostiene, en una conversación por teléfono, que la zona de la vaguada “está inexplorada”. “Estamos en la labor de poner este tema nuevamente sobre la mesa y pedir que sigan investigando. Una cosa está clara: esta gente está aquí”, afirma.
Chamorro, de la AABI, cree, incluso, en la hipótesis de que los restos estén dentro de los muros del cementerio. Hasta 1941, los brigadistas estuvieron enterrados en una zona que colindaban con la tapia norte del cementerio original, por lo que Chamorro no descarta que al exhumarlos los hubieran arrojado a otro punto que, luego, hubiera quedado dentro del perímetro de la ampliación del cementerio.
La búsqueda de la supuesta fosa común completa más de un año marcado, también, por la férrea oposición vecinal a la construcción de un cantón de limpieza y una base del Servicio de Limpieza Urgente (SELUR) por parte del Ayuntamiento de Madrid. El verano pasado, el ministerio libró un pulso con el consistorio para hacer las primeras excavaciones en la zona donde se proyectan las obras. Tras no encontrarse nada en la primera cata en agosto, que costó 18.000 euros, se hizo una segunda en enero, en la que se invirtieron otros 15.000 euros. Las catas se hicieron en los dos únicos puntos autorizados por el Ayuntamiento.
El delegado de Urbanismo Borja Carabante , en vista de los dos resultados negativos, aseguró que la fosa no existe. “Yo creo que ya sería despilfarrar de manera flagrante el dinero público realizar un nuevo estudio”, afirmó Carabante. De momento, el proyecto del cantón sigue en firme.
Un vocero de la plataforma No Al Cantón de Montecarmelo, por su parte, sostiene que se siguen oponiendo contra “esa aberración urbanística”. “Independientemente de si se encuentra o no la fosa común, nuestra reivindicación, puramente vecinal, sigue absolutamente firme”, indica.
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