Las indígenas que lucharon por el agua
Tres de cada cuatro habitantes de los 1.200 con que cuenta Xesampual, un paraje al sur del país, son mujeres. La vida allí es complicada. Sólo hay una escuela y no tienen ni clínica de salud ni ambulancia. Tampoco, hasta hace tres meses, agua en sus viviendas. El acceso ha sido un problema ancestral hasta que estrenaron un sistema de agua potable que les permite contar con un grifo en casa. Para operar y administrar el servicio se creó la Comisión de Agua y Saneamiento, de la cual forman parte María Isabel Can y dos de sus vecinos. Una de sus funciones es llevar un registro del consumo de cada hogar. El nuevo proyecto —cofinanciado por la AECID y la mancomunidad Tzolojya (Manctzolojya) del departamento de Sololá— consistió en instalar un sistema de agua por bombeo accionado por medio de energía eléctrica y que se distribuye a las viviendas a través de conexiones prediales, donde se instalaron medidores de caudales. Para mejorar el saneamiento básico del paraje se construyeron letrinas de hoyo seco ventiladas y pozos de absorción para infiltrar las aguas residuales. Las mujeres de Xesampual pelearon por estos servicios y lograron su objetivo. Y se han organizado para defenderlo. Ahora la comisión de agua vela porque se haga buen uso del líquido. Hace un mes instalaron bocinas en una casa y con música hicieron un llamado vecinal para que se acercaran a pagar los 10 quetzales que cuesta. “Fue como una fiesta”, cuentan.
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