Una cama bajo la ventana: la tendencia de interiorismo que convierte el salón en dormitorio
Colocar el colchón bajo las puertas de un balcón, una ventana o ventanal es una apuesta decorativa en auge a la que, eso sí, no le faltan detractores como los seguidores del ‘feng shui’
En un apartamento en Berlín situado en el interior de un Altbau, que es como se denomina a los edificios construidos entre mediados del siglo XIX y mediados del XX, la cama ha sido desplazada hasta un espacio enmarcado por un ventanal de dos esquinas. La ropa de cama que reviste el colchón es de tonos pálidos, y fluye cromáticamente con las paredes blancas de techos altos rematados por ornamentos de escayola. La columna arqueada de una lámpara de pie metalizada y un generoso número de plantas de interior aportan la nota de color. Es Casa Lotti, un apartamento berlinés con una cuenta propia de Instagram que suma casi 50.000 seguidores y aparece con frecuencia en otros perfiles de inspiración decorativa presentes en esta red social.
Esta tendencia, la de desplazar la cama hasta colocarla bajo una amplia ventana, está cada vez más presente en estos canales de inspiración decorativa. En ocasiones, incluso, implica transformar la distribución original de la casa, llevando el espacio del dormitorio al salón, habitaciones, por norma general, más amplias y mejor iluminadas. Aquel que siga varias cuentas de decoración e interiorismo se habrá topado más de una vez con esta apuesta en su versión más romántica y parisina: un colchón arrastrado a los pies de un balcón. Las icónicas fachadas y tejados de la capital francesa como paisaje al otro lado del marco de la ventana. La idealización de la vida bohemia convertida en postal. Se trata de una decisión de distribución del espacio que cada vez se deja ver más, pero que goza tanto de adeptos como detractores, ambos con sus propios argumentarios que trascienden el mero gusto personal.
Razones detrás de la tendencia
El confinamiento provocado por la pandemia hizo estragos en el concepto de hogar. Alteró su forma y su fondo, haciendo que la personalización de los espacios se convirtiera en una prioridad. De pronto, las normas establecidas por los interiorismos de vocación minimalista dieron paso a una explosión de carácter que se manifiesta en pequeños detalles y en un gusto inclinado hacia la artesanía. Pero también tuvo lugar una segunda consecuencia: las reglas de la distribución del espacio quedaron en entredicho. En la intimidad de su casa, cada cual pudo descubrir la utilidad real que le daba a cada habitación, posibles errores cometidos en la distribución o, en definitiva, la auténtica funcionalidad de cada espacio.
Tal vez por eso sorprende algo menos encontrar —sobre todo, en el contexto de cuentas de decoración en Instagram— espacios diáfanos que en su día fueron salones convertidos en dormitorios. Una decisión que, a veces, es fruto de un problema con las dimensiones del apartamento, y a la que se aventuran personas que viven solas y que pueden conquistar ese espacio común que es el salón. Otras veces la ha motivado el aumento de las temperaturas, el efecto atosigante del calor en un verano que ni por las noches da lugar al respiro. Ocasiones en las que una gran ventana abierta de par en par es el único alivio posible. Más allá de los motivos prácticos, es indudable que el gesto de llevar la cama bajo la ventana se consolida como tendencia. Eso sí, no sin su corriente contraria.
Inconvenientes y objeciones a la combinación de cama con ventana
Al buscar referencias de inspiración sobre la tendencia aparecen, en la misma medida, listas de pros y de contras que desaconsejan esta iniciativa. La primera de la lista de objeciones es la vulnerabilidad ante las temperaturas extremas. El usuario tendrá que realizar un examen honesto de la calidad del cerramiento de las ventanas antes de tomar la decisión de secundar la propuesta decorativa. Pero el argumento en contra más repetido es que contradice las normas del feng shui, los supuestos de interiorismo derivados de esta filosofía tradicional china que busca el equilibrio en los espacios advierten contra esta disposición.
Independientemente de que el feng shui pueda ser algo a tener en cuenta en la planificación del hogar, es conveniente considerar cómo dormir junto a un material menos sólido y estable puede afectar al sueño. En primer lugar, por la sensación de vulnerabilidad frente al ruido y a las temperaturas, pero también por la temprana filtración de la luz que podría acortar las horas de sueño o su calidad. Además, otro aspecto que habría que considerar es que la vista desde la ventana escogida quedaría bloqueada por la cama, inhabilitando otras posibilidades de utilidad de ese espacio.
En definitiva, aunque se trata de una opción estética cada vez en más auge, puede que no sea para todos los gustos. Llama a una reflexión previa antes de dar el paso. Lo bueno es que no es irreversible porque el hogar no deja nunca de evolucionar junto a las personas que lo habitan.
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