Ángel Schlesser, Premio Nacional de Diseño de Moda 2022: “Mi legado es la racionalidad”
El cántabro, retirado del mundo de la moda, ha sido destacado por una carrera en la que ha logrado crear una estética reconocible y por su “trayectoria artística y emprendedora”
El diseñador Ángel Schlesser (Santander, 65 años) ha sido galardonado con el Premio Nacional de Diseño de Moda, dotado con 30.000 euros. El jurado, presidido por Adriana Moscoso del Prado Hernández, directora general de Industrias Culturales, Propiedad Intelectual y Cooperación, ha querido destacar “una trayectoria artística y emprendedora que consolidó una determinada estética de líneas puras e innovadoras hasta hacerla reconocible internacionalmente” y ha recalcado que “su obra describe una atención hacia mujeres profesionales y contemporáneas, que supone un ejemplo para las jóvenes generaciones de diseñadores”. La de Ángel Fernández Ovejero, su nombre real, es una de las carreras más longevas de la industria nacional, que comenzó hace nada menos que 39 años, cuando el diseñador, licenciado en Derecho y que trabajaba en banca, decidió probar suerte en la moda a las órdenes de Juan Rufete, figura emblemática de los años ochenta, para posteriormente hacer carrera en solitario pocos años después.
“La verdad es que ha sido toda una sorpresa. No esperaba que llegara un premio así ahora, que estoy retirado y ya no tengo nada que ver con la moda”, comenta Schlesser por teléfono a EL PAÍS. El diseñador se desvinculó del negocio en 2016, cuando vendió el 75% de su marca a Óscar Areces, exdirectivo de El Corte Inglés. Sin embargo, casi un centenar de colecciones a sus espaldas avalan su trayectoria. “Si tuviera que definir mi legado lo haría con el concepto de racionalidad”, cuenta. En un momento, los ochenta madrileños, en el que a la moda española de autor, que daba sus primeros pasos, se le exigía derroche y maximalismo, Schlesser decidió apostar por lo contrario; la sencillez y pureza de formas y enfocarse en una mujer que daba por fin sus primeros pasos en el mundo ejecutivo.
El diseñador fue el gran referente nacional de lo que fuera de España se llamó el power dressing, esa estética, liderada por Giorgio Armani, que abogaba por el traje sastre minimalista y funcional a la vez que difuminaba las por entonces demasiado encorsetadas barreras de género. No en vano, Schlesser comenzó diseñando para hombres, y fue la demanda de prendas similares por parte de las mujeres lo que le hizo reconducir su carrera. En 1990 debutó en la pasarela antes conocida como Cibeles y en 1996 abrió su primera tienda en Madrid, a la que siguieron casi una decena más por distintas capitales españolas. “Supongo que cuando tienes una intuición, una idea, y vas hasta el final con ella, el tiempo te va dando la razón y las piezas se van colocando”, comenta ahora resumiendo su legado.
Junto a su influyente impronta en la moda nacional, Schlesser inició en 1999 una lucrativa carrera en el mundo de la perfumería con Femme, una fragancia superventas creada por Alberto Morillas, una de las narices más cotizadas del mundo. En 15 años creó una veintena de perfumes. Lo compaginó con el diseño ocasional de vestuario cinematográfico. Suyas son las prendas que aparecen, por ejemplo, en Hazlo por mí (Ángel Fernández Santos, 1998), Más que amor frenesí, (Alfonso Albacete y David Menkes, 1996), Alegre ma non troppo (Fernando Colomo, 1994) o Mar adentro (Alejandro Amenábar, 2004).
En 2016, y con más de una decena de tiendas propias y otros tantos corners en todo el país, Schlesser cedió a Areces el control mayoritario de su marca con la condición de que él siguiera llevando la batuta creativa, un acuerdo que no se cumplió, por lo que el diseñador decidió desvincularse por completo tras varios litigios legales. Hoy la firma que lleva su nombre sigue en activo, con Juan Carlos Mesa como director de diseño desde junio de 2020, y Schlesser se dedica a otros proyectos que siempre le han interesado, como el diseño de alfombras o Galería A, la tienda que abrió hace un par de años en Madrid dedicada al mobiliario escandinavo de los años cincuenta y sesenta.
“La verdad es que vivo mucho más tranquilo”, admite hoy, “siempre me ha interesado el diseño y la arquitectura, y además, ahora no tengo la presión de las entregas y los números y puedo dedicar mi tiempo a decidir qué quiero y qué no”. No es la primera vez que se otorga el Premio Nacional de Diseño de Moda a un creador retirado del negocio. El año pasado, sin ir más lejos, se le concedió el galardón a Antonio Alvarado, retirado desde hace una década; y en 2018 a Miguel Adrover, hoy enfocado en la fotografía.
Schlesser sigue la estela de Alvarado, pero también de Ana Locking, premiada en 2020, Adolfo Domínguez (2019), el citado Adrover (2018), Ágatha Ruiz de la Prada (2017), David Delfín (2016, en un premio que recogió su madre un año después a título póstumo), Sybilla (2015), Josep Font (2014), Amaya Arzuaga (2013), Manolo Blahnik (2012), Elio Berhanyer (2011), Paco Rabanne (2010) y Manuel Pertegaz (2009).
El jurado ha estado presidido por Adriana Moscoso del Prado Hernández, directora general de Industrias Culturales, Propiedad Intelectual y Cooperación; y como vicepresidente ha actuado Carlo Penna Gómez, subdirector general de Promoción de Industrias Culturales. Como vocales han actuado Helena López de Hierro D´Aubarede, directora del Museo del Traje. Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico (CIPE); Antonio Alvarado Almarcha, Premio Nacional de Diseño de Moda de 2021; Natalia Bengoechea Navarrete, especialista en tendencias y directora artística de Madrid Es Moda; Héctor Jareño Amieva, diseñador y comisario especialista; María José Soler Cera, periodista y escritora especializada en moda, Andrés Aberasturi Páez, diseñador, empresario y especialista en moda; y Maria Ángeles López Fernández Cao, especialista en moda y en investigaciones desde la perspectiva de género.
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