Un coche en el carrito del súper
Las grandes cadenas de distribución prueban suerte en el sector del renting, pero el mercado aún está en mantillas
Han sido pioneras en muchas cosas las grandes superficies. Hoy día vas al súper a hacer la compra y puedes salir con un seguro de cualquier cosa, un viaje y… ¿un coche? Comprar un automóvil en un supermercado dejó de ser una quimera en 2002 cuando la Unión Europea liberalizó la venta de automóviles fuera de los concesionarios. Desde entonces ha llovido mucho y las grandes cadenas han probado con distinta suerte incorporar el coche a su cartera de productos y servicios con fórmulas como el renting para el cliente final.
Un negocio con mucho potencial y a un clic teniendo en cuenta las posibilidades y ventajas que pueden ofrecer los acuerdos entre las plataformas digitales y las compañías de renting “en cuanto al acceso a particulares y la simplificación de trámites, por ejemplo”, explican desde la Asociación de Empresas de Renting (AER).
Una fórmula que permite a los particulares alquilar un coche a largo plazo, entre dos y cinco años, con una cuota fija mensual durante todo el tiempo que dura el contrato y en determinadas condiciones, y que incluye conceptos como los gastos de gestión, de matriculación, el seguro, los impuestos y el mantenimiento. En el contrato se estipulan los kilómetros y el tiempo de utilización del vehículo.
A pesar del runrún de los últimos años, las mismas fuentes reconocen que “quizás el mercado aún no está maduro, pero es una posibilidad abierta y como en tantos otros campos hay que tantear, hacer prueba y error y esperar resultados”.
Los intentos del pasado
“No es algo realmente novedoso porque se ha experimentado años atrás con diferentes estrategias para poder unir las grandes superficies con la automoción, aunque muchas de ellas han fracasado o se han quedado en el intento, pero sí puede ser una tendencia muy atractiva”, apunta Francisco Lorente, profesor de Comportamiento del consumidor en los programas MBM (Máster Business Management) de ESIC Business School.
“Lo que sí es cierto es que estamos viviendo una etapa muy interesante, dentro de este entorno competitivo en la relación entre marcas y consumidores, con lo que conocemos como productos como servicio (as a service, en inglés) un concepto en el que cualquier mercancía se convierte en un servicio, basado en un modelo de suscripción en el que el usuario paga una cuota mensual y dispone de ese artículo por un período determinado, pero no se tiene en propiedad y, por tanto, tampoco se contraen las obligaciones derivadas de esta”.
“El renting de vehículos estaría dentro de este modelo as a service, sobre todo en la parte que atañe al consumidor particular; en el lado empresarial o industrial es muy común trabajar con fórmulas de renting o leasing”, añade Lorente.
Un patrón, el as a service, que “formaría parte de una estrategia de lo que en marketing se conoce como uberización de la economía, por la cual se prima más a la plataforma o soporte que al propio producto que se está comercializando”, explica el experto de ESIC.
El Corte Inglés, pionero
En España, Viajes El Corte Inglés fue pionero en este tipo de estrategias al firmar en 2007 un acuerdo de colaboración con LeasePlan Go. A pesar de que la agencia de la cadena de tiendas por departamentos ya no ofrece este producto, en su momento fue totalmente innovador.
La cuota de renting de LeasePlan Go incluía coberturas como mantenimiento preventivo bajo las especificaciones del fabricante, averías, gestión y pago del impuesto de circulación e ITV, asistencia en carretera las 24 horas desde el kilometro cero, gestión y reclamación de multas y trato preferente en talleres.
El Corte Inglés complementaba LeasePlan Go con servicios de valor añadido diferenciadores como seguro a todo riesgo sin franquicia para todos los conductores autorizados en el contrato, cambio de neumáticos sin límite de kilómetros ni de número de ruedas, servicio exclusivo de recogida y entrega a nivel nacional de cualquier vehículo contratado, para operaciones de mantenimiento, chapa o neumáticos, y atención personalizada las 24 horas los 365 días del año.
“La crisis económica, poco tiempo después, la inmadurez del mercado y la falta de demanda podría explicar la falta de recorrido de este y otros acuerdos”, razonan fuentes del sector.
El segmento de clientes particulares y autónomos crece, “pero a día de hoy solo supone el 8% de nuestra cartera, el 5% en 2020″, señalan desde LeasePlan.
A la iniciativa de El Corte Inglés han seguido otras como Carrefour Viajes (de coches usados) y Amazon Motors. El gigante del comercio electrónico puso en marcha, junto con ALD Automotive, una página web que permitía elegir entre diez modelos de coches y hacer todos los trámites online, pero el servicio fue cancelado por la pandemia y, de hecho, ya no está disponible en su web.
La alemana MediaMarkt ha lanzado varias ofertas flash y puntuales en alianza con la start-up Vehiculum y solo Lidl parece liderar esta apuesta por el renting a particulares con éxito, aunque de momento solo en Alemania y con número limitado de coches y un período corto de suscripción. “No hemos valorado la posibilidad de ofrecer este tipo de servicio en España”, sentencian desde la filial española. Las empresas de renting, por su parte, se muestran reacias a revelar sus próximos pasos en esta vertiente.
Productos lanza: rentabilidad asegurada
El camino para que las grandes superficies lleven el renting al cliente final está lleno de baches, pero una vez que “funcione será un modelo muy rentable”, asegura Francisco Lorente, profesor de ESIC. Hasta hora, las cadenas de supermercados han optado “por acuerdos de cobranded [alianza entre marcas] con las compañías de renting, expertas en la comercialización de alquiler de coches”.
Las empresas de distribución tienen la ventaja de contar con grandes espacios “tanto físicos como digitales, con conceptos como el marketplace”, plataformas en las que numerosas tiendas o marcas pueden anunciar y vender sus productos.
El modelo de Lidl ha causado más sorpresa porque responde a las conocidas como “estrategias cápsula, con la comercialización de un número determinado de coches y han parado ahí”. La cadena ya probó con éxito esta fórmula con otros artículos como “el robot de cocina que imitaba a la Thermomix”. Se conocen como productos lanza, con ediciones limitadas que sorprenden al consumidor y dinamizan el consumo.
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