La engañifa de los postres saludables con dos ingredientes

El adjetivo saludable comenzó a perder las vitaminas cuando lo healthy se reveló como un efectivo reclamo comercial. Comer sano es ya una obsesión para mucha gente, jóvenes y adultos, y aunque ha devenido en un cascarón vacío de significado, el término despliega un poder hipnótico indiscutible en las redes sociales: genera likes y engagement a espuertas, y, ya que estamos, le saca lustre a tu perfil de ‘recomendador’. Si tienes un restaurante, añade unos cuantos healthy aquí y allá en tu carta: aunque todo sea una farsa, no tienes nada que perder.

Un nuevo frente de lo supuestamente saludable se ha abierto en TikTok e Instagram. Un tsunami de vídeos de influencers que, haciendo gala de un pírrico bagaje culinario, se atreven a preparar postres de pastelería con solo dos ingredientes, unas recetas que ellos mismos califican de “versiones saludables”, con toda la pachorra que Dios o el patrocinador de turno les ha dado. La peor pesadilla para los nutricionistas de verdad; los que han estudiado, vamos.

Me trago todos los vídeos que puedo, y en la mayoría de los casos veo trucos de prestidigitación más propios de un trilero beodo que de un cocinero instruido. Muchos hablan de dos ingredientes, porque los edulcorantes líquidos, la canela o el cacao en polvo en su mundo no cuentan como ingredientes. Ráfagas de hashtags como #keto #lowcarb o #healthy. Patrocinios más sospechosos que el mayordomo del Cluedo. Influencers llevándose a la boca un espantoso puré de plátano con chocolate, gimiendo como si el mismísimo Zeus les estuviera vertiendo ambrosía en los labios.

Saludable: la película

La pastelera y cocinera Sofía Janer ya ha tenido suficiente, y ha hecho partícipes de su indignación a los 137 mil seguidores de su cuenta de Instagram, a través de un vídeo en el que ironiza sobre el asunto, y prepara un postre saludable de verdad con un solo ingrediente: el aire. “Creía necesario decir basta a la gente que, para viralizar sus recetas, utiliza pocos ingredientes. Eso es desvirtuar la labor de los que trabajamos en pastelería y cocina. Te dicen que está buenísimo, pero si intentas hacer estas recetas en casa, verás que es mentira, no tienen sentido. No son nutricionistas, y lo de saludable lo ponen porque el vídeo se hace más viral”, asegura.

Unas galletas de coco con chorrazo de edulcorante que podrían ser más sanas que el propio coco. Una mousse de chocolate supersaludable que no es otra cosa que yogur griego endulzado con estevia y un buen chute de chocolate negro del súper. Dátiles por aquí. Eritritol por allá. Y una receta que se repite hasta la saciedad: dos plátanos machacados con media tableta de chocolate fundido; un chorro de aire fresco para tu salud, sin duda. El trilerismo del postre minimalista saludable no tiene fin en el scroll eterno de TikTok.

En este contexto viciado por el hambre de viralización y la irresponsabilidad de muchos influencers, el flanco más vulnerable es el seguidor/consumidor, como apunta la dietista-nutricionista Blanca Oliveira. “El problema de esta tendencia es que la gente puede llegar a creer que, como estos postres son saludables, se pueden consumir a diario, y haciendo eso, desplazas el consumo de otros alimentos más interesantes nutricionalmente. Los dátiles están muy presentes en este tipo de recetas, y, aunque en cierto modo puedan ser saludables, si los comes cada día, dejarás de comer otras cosas y estarás ingiriendo un alimento muy calórico. Si el postre en cuestión lleva dátiles, más alguna crema de frutos secos, por ejemplo, puede ser una bomba”, comenta.

Menos no es más

Los postres saludables con pocos ingredientes son un imposible que se hace realidad en la mente del consumidor más vulnerable, asediado por la presión estética de las redes, por un lado, y por esa compañera fiel llamada ansiedad, por el otro. Estos vídeos venden caprichos libres de culpa que lidian con sendos enemigos: engordan menos y tienen el efecto ansiolítico de la ingesta de dulces. ¡Y para más inri son buenos para tu salud!

La irresponsabilidad es catedralicia. “No nos dan educación nutricional en el colegio. No podemos saber de todo, y cuando un influencer dice que algo es saludable, mucha gente lo da por bueno. Me preocupa que haya gente que no tiene ni idea de nutrición y haga estas cosas, porque genera confusión. El término saludable es muy relativo, hay muchos matices, no se puede utilizar a la ligera”, asegura Blanca Oliveira.

De repente, los dulces se han vuelto saludables. Vivimos tiempos contradictorios, de acuerdo, pero ¿tanto? Afortunadamente, todavía nos queda capacidad neuronal para entender que, como apunta Sofía Janer, los milagros no existen. “A mi modo de ver, un postre de pastelería, aunque lleve dos ingredientes, nunca se puede calificar de saludable. Es mentira. El postre más saludable es el aire o el agua. El azúcar es azúcar, venga en la forma que venga: nunca me atrevería a decir que mis pasteles son saludables, yo hago un producto de consumo ocasional”, comenta Sofía Janer. ¿Dulce o postre saludable? Fruta de temporada (aunque considerar la fruta como “postre” sea un gran generador de memes).

La ocasionalidad es una de las claves del asunto. Decirle a tus seguidores que una mousse de chocolate, yogur y edulcorante es un postre saludable es invitarles a que la consuman habitualmente. Así es como se pierde la noción del dulce como capricho y se aniquila la excitación de regalarte un cruasán o un tiramisú de verdad de tanto en tanto, cuando realmente te lo pide el cuerpo. “Comer estos postres dulces supuestamente saludables cada día no tiene sentido. Prefiero consumir un postre ocasionalmente en su mejor versión, por ejemplo: comerte un cruasán artesano con ingredientes de calidad de vez en cuando. Lo disfrutarás de verdad: para comer bazofia cada día, mejor cómete un postre bueno una vez a la semana”, explica Sofía Janer.

Blanca Oliveira rema en la misma dirección. “La comida no solo nos nutre, nos tiene que dar satisfacción. En lugar de consumir postres de dos ingredientes asiduamente, es mejor consumir el postre que te apetezca, bien hecho, de forma ocasional. Te apetece de verdad, te lo compras en una pastelería de confianza, lo disfrutas y ya está. Además, si tienes la necesidad de consumir cada día estos postres dulces supuestamente saludables es que algo estás haciendo mal con tu alimentación”, asegura. Si prefieres hacerlo en casa, la reflexión es la misma: mejor recrear de vez en cuando tu postre favorito con ingredientes de calidad, que hacer experimentos vacuos con engendros de consumo diario. Puesto a pecar, peca poco, pero peca bien.

Contenido pagado

Menos ingredientes, más saludable. Menos calorías, más saludable. La lógica trilera de los vídeos de postres supuestamente saludables está llena de trampas. Pero la más oscura de sus tretas, quizás, no está en estas asociaciones delirantes, sino en lo que hay debajo de la alfombra de muchos influencers: la publicidad de toda la vida, como advierte la editora y coordinadora del Comidista, Mònica Escudero. “En los vídeos de algunos de estos influencers nutricionales -que no quiere decir que sean nutricionistas o tengan formación-, es fácil encontrar enlaces a tiendas de productos dietéticos/proteicos. Y, evidentemente, ellos se llevan un porcentaje”.

Si algo deberían enseñarnos estas tendencias es que de espontáneas no tienen nada. Muchas veces hay algún interés detrás. Así pues, es imperativo desconfiar de muchos de los supuestos expertos que pululan en las redes y endurecer el callo, pues siempre habrá alguien dispuesto a sacar tajada de tus inseguridades. “Hay un negocio enorme de por medio y no se suele decir que la gente saca beneficios de esto. No sé si es legal, pero moralmente es injustificable: no te venden una receta sana, sino un link a una tienda del que ellos se llevan un dinero”, añade Escudero.

En resumen: de lo que digan ciertos personajes de las redes sociales no te creas nada, y de las tendencias virales créete la mitad. En el caso de los postres milagrosos de dos ingredientes, lo mejor es seguir esta máxima o reírte; para eso existe TikTok, para que nos divirtamos, no para que nos digan lo que tenemos que comer. Lo dice Sofía Janer: “Estallé después de ver un tiramisú de dos ingredientes, con una tortita de arroz y yogur natural. Y le ponían café, que no contaban como ingrediente: es todo una broma. Yo ya me lo tomo con humor… tienes que reírte”.

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