El rey de Bélgica conoce a su nueva hermana, Delphine Boël
Después de que la justicia reconociera como princesa a la hija extramatrimonial del rey Alberto II, ambos se han reunido en un encuentro “cálido” cuyo vínculo afirman seguirá desarrollándose dentro del marco familiar
Después de que el pasado enero la justicia reconociera a Delphine Boël como hija legítima del rey Alberto II y hace apenas unas semanas obtuviera el título de princesa, Boël ha sido recibida en Palacio por Felipe de Bélgica, actual monarca y hermano por parte de padre, según ha anunciado la Casa Real belga. “Fue un encuentro cálido. Tuvimos la oportunidad de aprender a conocernos durante un largo y emotivo intercambio que nos ha permitido hablar de nuestras respectivas vidas y de centrarnos en el interés común”, explica el comunicado.
La reunión, que tuvo ocasión el pasado 9 de octubre, sirvió además para crear un vínculo entre los hermanos que seguirá “desarrollándose a partir de ahora dentro del marco familiar”, según indicaron ambos en la carta emitida por el palacio belga a través de sus redes sociales, donde incluye una imagen de Felipe de Bélgica y Delphine Boël, vestidos de manera informal, muy sonrientes y respetando la distancia física marcada por la pandemia. El encuentro oficial entre los hermanos se produjo en el castillo de Laeken, la residencia habitual de la familia real en Bruselas, por lo que se entiende que fue el monarca quien invitó a su ahora hermana a su casa para disfrutar de esta reunión privada.
En enero, una prueba de ADN probaba la afiliación de Delphine Boël con el hombre que ocupó durante dos décadas el trono de Bélgica hasta su abdicación en 2013 y a primeros de este mes de octubre un Tribunal de apelación de Bruselas dictaminaba que Boël obtenía el título de princesa y pasaba a ser tratada como “alteza real”. Además, el apellido de la nueva princesa pasa a ser ahora el de Sajonia de Coburgo y Gotha, el de la dinastía de la familia real de Bélgica. De la misma forma, sus dos hijos, Joséphine y Oscar, de 16 y 12 años, respectivamente también se han convertido ahora en princesa y príncipe, recibiendo el mismo tratamiento que su madre.
La hoy heredera, nacida en los años sesenta, es fruto de la larga relación que mantuvo su madre, la aristócrata Sibylle de Sélys Longchamps, con el entonces príncipe heredero. La historia de este romance, y del fruto del mismo, se volvió pública y notoria a finales de los noventa, cuando la edición de una biografía no autorizada sobre la reina Paola, esposa de Alberto II, revelaba la existencia de una hija nacida fuera del matrimonio.
Boël arrancó su batalla judicial en 2013, y siguió adelante pese a que el monarca trató durante años de negar la evidencia y de eludir las peticiones de realizarse una prueba de parentesco; incluso se vio amenazado por una multa de 5.000 euros en caso de no hacerlo. Tras los resultados irrefutables en enero, el emérito declaró a través de sus letrados que ponía “fin con honor y dignidad a este doloroso proceso”.
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