Amalia de Orange celebra con siete meses de retraso su 18º cumpleaños con una gran fiesta de verano blindada
La heredera al trono de Países Bajos ya organizó un pequeño encuentro en diciembre, durante la pandemia, que fue muy criticado porque había restricciones para reunirse en grupo
A los 10 años, la princesa Amalia de Orange le dijo a sus padres, los reyes Guillermo y Máxima, que al llegar a la mayoría de edad quería organizar una gran fiesta de verano. Era un sueño infantil, agrandado tal vez por el hecho de que nació el 7 de diciembre, apenas dos días después de la llegada de San Nicolás, cargado de regalos para los niños. No era cuestión de pedir más presentes. Este invierno, la heredera del trono de Países Bajos sí reunió a un grupo de amigos en el jardín de Huis ten Bosch, la residencia familiar en la ciudad de La Haya, y todos brindaron a su salud. Había 21 invitados, según la oficina del primer ministro holandés, pero la pandemia arreciaba y el Gobierno aconsejaba no recibir a más de cuatro personas a la vez. Las críticas fueron inmediatas y el rey asumió el error de percepción en nombre de su primogénita. Llegado el verano, Amalia decidió que el primer fin de semana de este mes de julio era el momento adecuado. Sin embargo, para evitar nuevos sobresaltos, la cita se ha considerado “un asunto privado”.
Los reyes Guillermo y Máxima explicaron a finales de junio que su hija mayor soñaba con su gran fiesta de cumpleañera desde la infancia. La pareja estaba de visita oficial en Austria, y la reina quiso contener el interés de la prensa cuando le preguntaron por los detalles de la celebración. Dijo que era mejor “mantener la calma sobre el 18º cumpleaños de Amalia”. A continuación, el soberano explicó que su hija “siempre había querido celebrarlo en verano”: “Y aquí estamos”.
Dado que la casa real no ha publicado por ahora fotos oficiales, los comentarios de los medios holandeses especializados en la realeza han girado en torno a los posibles invitados de altura. Si habrían llamado a la princesa Isabel de Bélgica, que tiene 19 años y es buena amiga de Amalia. O bien a Ingrid Alexandra de Noruega, otra heredera de su generación, que acaba de cumplir 18 años en presencia de buena parte de las casas reales europeas. Un encuentro al que acudió el rey Felipe VI, que es uno de sus padrinos de bautismo, pero no así Leonor, la princesa de Asturias, que terminaba el mismo día el curso en el internado de Gales donde cursa el Bachillerato internacional (precisamente con la hermana mediana de Amalia, Alexia). Hasta la fecha, no ha trascendido la lista de invitaciones de Amalia, que se maneja muy bien con los combinados porque ha trabajado en un chiringuito de la playa de Scheveningen.
Casi todas las princesas europeas que se convertirán en reinas en sus respectivos países y, por lo tanto, en jefas de Estado, están ya en edad de estudios superiores. Las excepciones son Leonor de España, con 16 años; y Estela de Suecia, de solo 10 años. Por su parte, Carlos de Luxemburgo, hijo de los duques herederos, Guillermo y Estefanía, solo tiene dos años. El niño posó muy sonriente junto con las princesas en la foto de familia que se hicieron las cuatro: Ingrid Alexandra, Estela, Isabel y Amalia, durante el cumpleaños de la primera.
La relación entre Amalia, Isabel e Ingrid es estrecha. “Nos entendemos de inmediato sin necesidad de más explicaciones al encontrarnos en la misma situación”, dijo la heredera holandesa, el pasado 24 de junio, durante el tradicional posado veraniego de la familia real. Las tres jóvenes se mandan mensajes de WhatsApp y comentan asuntos como “la privacidad, los amigos o las redes sociales”, dijo. Amalia reconoció a su vez que se prepara para asistir, este septiembre, a la apertura anual del Parlamento (Prinsjesdag, en neerlandés). Será la primera vez que acompañe a los reyes. “Tendré que ensayar a ver si puedo entrar en la carroza con un vestido largo y todo eso”, bromeó.
Pasadas estas preguntas más o menos de rigor, llegó el turno de las posibles relaciones sentimentales, y ahí, Amalia de Orange echó mano del humor. “¿Tiene usted suerte con el amor?”, le preguntaron. Contestó así: “Muy afortunada, con toda la gente que me quiere a mi alrededor, pero me imagino que no es la respuesta que esperaba”, exclamó, ante las risas de su madre. Añadió que se trata de un tema personal, “pero si hay algo serio serán ustedes [la prensa] los primeros en saberlo”. Ante la insistencia de los periodistas, el rey Guillermo pidió tiempo para que su hija, de 18 años, “se forme y pueda conocer a mucha gente estupenda”.
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