La cantante Lily Allen, sobre la maternidad: “Amo a mis hijas pero arruinaron mi carrera”
La ahora también actriz británica reconoce en un ‘podcast’ que al elegir dedicar más tiempo a ser madre tuvo que renunciar al éxito profesional: “Me molesta mucho cuando la gente dice que puedes tenerlo todo porque, francamente, no puedes”
Lily Allen (Londres, 38 años) sabe lo que es crecer en una familia de artistas. Su padre es el actor y comediante Keith Allen, su madre la productora de cine Alison Owen y su hermano el actor Alfie Allen. Cuando Lily tenía cuatro años (y Alfie tres), Keith se fue de casa y dejó a sus dos hijos a cargo de la madre. “Algunas personas eligen su carrera por encima de sus hijos y esa es su prerrogativa, pero mis padres estaban bastante ausentes cuando yo era niña. Siento que dejó algunas cicatrices desagradables que no estoy dispuesta a repetir en la mía”, ha confesado ahora la cantante británica en el podcast de Radio Times.
El pasado de Lily Allen, ahora también actriz, está plagado de polémicas por su adicción a las drogas y el alcohol. En 2019, en una entrevista en The Guardian, aseguró estar sorprendida por no estar “muerta”, e incluso manifestó haber pagado por los servicios de prostitutas. “Elegí el sexo sobre la heroína. No me di cuenta en ese momento, pero las adicciones pueden manifestarse de todas las maneras. Esto me ayudaba a taponar otras cosas como el dolor o el miedo”, aseguró entonces. Pero todo cambió con la llegada de sus hijas, Ethel Mary, de 12 años, y Marnie Rose, de 10, que tuvo con su exmarido, el constructor Sam Cooper. “Tener hijos desencadenó responsabilidades”, afirmó en esa misma entrevista.
Sin embargo, la cantante lamenta ahora en el podcast, que se emitió el pasado lunes 11 de marzo, que “no puedes tenerlo todo” y que al elegir la maternidad tuvo que renunciar al éxito profesional. “Mis hijas arruinaron mi carrera. Las amo y me completan, pero en términos de estrellato pop, lo arruinaron por completo”, reconoce sobre su maternidad. “Me molesta mucho cuando la gente dice que puedes tenerlo todo porque, francamente, no puedes”, se siguió sincerando.
Actualmente, la británica vive en Nueva York con sus dos hijas y su segundo marido, el actor de Stranger Things David Harbour (Nueva York, 48 años), con quien se casó en 2020 en la capilla Graceland de Las Vegas, imitador de Elvis incluido, con vestido de novia de Dior y celebración familiar en una hamburguesería. Según cuenta en Radio Times, eligió “dar un paso atrás” en su carrera para concentrarse en sus hijas y se alegra de haberlo hecho porque “son bastante completas”, a diferencia de las carencias que ella misma experimentó en su infancia.
La maternidad fue uno de los temas principales del programa, pero Allen también se sinceró sobre su nueva vida alejada de las drogas y el alcohol. “Una gran parte de la sobriedad es rendirse y dejar que Dios, de la manera que quieras creer en eso, tenga un plan para ti”, explicó. Y aprovechó para hablar de su nueva faceta en el mundo de la interpretación. “Recibí una llamada de un director de casting que estaba montando una obra de teatro [2:22 A Ghost Story] en el West End [de Manhattan]. Le dije: ‘No soy actriz’. Pero luego, hablando con David, me sentía un poco sin rumbo y realmente no sabía qué estaba haciendo con mi vida, excepto ser madre y establecer un nuevo hogar en Brooklyn”, comenta sobre su llegada a la Gran Manzana en 2020, cuando, dice, ya llevaba dos años sobria. Su marido le propuso volver a llamar al director de casting y cinco semanas después ya estaba ensayando, según relata en el podcast.
La actuación de Allen en el thriller 2:22 A Ghost Story le valió una nominación al Premio Oliver a la Mejor Actriz en 2022. Después de eso, el año pasado protagonizó The Pillowman, de Martin McDonagh, por la que también recibió buenas críticas. Eso sí, en el plano musical su último trabajo se remonta al año 2018, cuando lanzó el álbum de estudio No Shame.
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