Omar Montes: “Mi casa de Pan Bendito me mantiene humilde. Si la vendo, lo pierdo todo”
El cantante urbano está arrasando con ‘El Conjuntito’ y acaba de presentar su nuevo ‘single’, ‘La Sevillana’, en la final de la Copa del Rey. “Sin el ‘autotune’, ya no vendes un disco ni a tiros”, asegura el artista madrileño
Omar Montes (Madrid, 35 años) se disculpa por llegar tarde a la entrevista. Le duele la cabeza. “Anoche terminé una sesión a las tres de la mañana y hoy tengo otra. Me tienen con las sesiones que me van a explotar las cuerdas del cerebro”, comenta. “Estoy todo el día de un lado para otro. No tengo vida. No paro”, se lamenta. La música está alta y se queja. “Tengo déficit de atención y tanto ruido me distrae”, explica. Su novia, la influencer Lola Romero, que se define a sí misma como “gipsy girl” y es conocida en TikTok como “la Kardashian gitana”, le va a buscar un ibuprofeno.
Montes no exagera cuando dice que no para. Lleva desde 2016 fabricando hits que fusionan ritmos urbanos como el reguetón, el trap y el flamenco. Solo en el último mes ha lanzado colaboraciones con Luis Fonsi, Daviles de Novelda y Rvfv y Carín León. El “fenómeno Omar” terminó de explotar el año pasado. La NPR, la radio pública estadounidense, lo invitó a Tiny Desk, la icónica serie de conciertos íntimos por la que han pasado estrellas como Sting, Dua Lipa y Justin Bieber. “Irradia tradición y alma al centrarse en su barrio, su gente y su familia en su espectáculo, trayendo un pedacito de España al resto del mundo”, señalaron desde la emisora. También estuvo nominado a un Grammy Latino y un premio Rolling Stone en Español. Ahora está arrasando con dos canciones. El Conjuntito, junto al artista catalán El Bobe, es un sencillo que combina la música urbana con el estilo dance. La Sevillana, que presentó en la reciente final de la Copa del Rey, es su regreso al flamenco.
Pregunta. Es una máquina de hacer éxitos. ¿Se siente reconocido o cree que todavía no lo toman en serio?
Respuesta. Si me lo preguntas hace dos años, te habría respondido que todavía no me toman en serio. Mucha gente sigue teniendo dudas conmigo porque vengo de la tele. Pero después de los Grammy Latinos y la sesión Tiny Desk, muchos se han dado cuenta de que puedo cantar.
P. ¿Qué le diría a los que critican el autotune?
R. Todos los artistas que escuchas llevan autotune. Te doy 200 euros si me dices uno que no lo lleve. Sin el autotune, ya no vendes un disco ni a tiros.
P. Acaba de presentar su nuevo single, La Sevillana. Hay gente que no entendió a un madrileño cantando una sevillana en Sevilla.
R. El flamenco no entiende si eres de Sevilla, Madrid o Barcelona. El flamenco entiende de lo que está bien cantado, entiende de arte. Saqué La Sevillana en contra de todo mi equipo. Estoy número uno con El Conjuntito, una canción fácil de hacer, bailable y con la que todo el mundo me da el reconocimiento, y me dijeron: “¿Para qué vas a sacar una sevillana si ya la estás rompiendo?”. Lo hice porque quiero poner ese género al nivel del reguetón, la electrónica y el trap.
P. Conoció a Felipe VI en la Copa del Rey. ¿Cómo fue el encuentro?
R. Maravilloso.
P. ¿Él sabía quién es usted?
R. ¿Cómo no me va a conocer?
P. ¿La princesa Leonor escucha su música?
R. No me dijo nada de eso. Solo me dijo que conocía mis canciones y que con La Sevillana me he consagrado.
P. En nada le dan un título de duque.
R. Eso espero. Yo creo que me lo merezco, ¿no?
P. Muchas de las artistas con las que ha colaborado se han convertido en estrellas mundiales: Bad Gyal, Ana Mena… ¿Sigue en contacto con ellas?
R. Hablamos prácticamente todos los días. Tengo dos o tres temas por sacar con las dos. No paramos. Ana y Bad Gyal son mis mejores amigas en este género.
P. ¿Con qué artista le gustaría colaborar?
R. Con Travis Scott. Me gusta desde hace muchos años e intento buscarlo. A ver si lo encuentro. Su productor me dijo que escuchó La Sevillana y que le gustó.
P. ¿Y con Bizarrap?
R. Ya hemos estado hablando. Me ha dicho de juntarnos a hacer una sesión. Estoy esperando a que ocurra, pero no me gusta forzar las cosas. Tenemos mucho en común. Es la personificación de la persona que lucha por sus sueños y los consigue.
P. Hablando de sueños, la prensa dice que se ha comprado una mansión en una exclusiva urbanización en Boadilla del Monte (Madrid).
R. Sí, me compré una casa, pero sigo viviendo en el barrio, en Pan Bendito. La casa grande la uso para los fines de semana, para ir a bañarnos y hacer barbacoas. Viví unos meses allí, pero me di cuenta de que me quedaba sin cosas que contar en mis canciones. No podía componer nada porque ya no estaba en contacto con el barrio. No encontraba a mis musas. En Carabanchel consigo ver cosas y que me pasen cosas que luego me ayudan a escribir. Mi barrio es mi musa. Por eso volví.
P. Es un loco de los coches. ¿Cuál ha sido su última adquisición?
R. Me compré la jeepeta, el Mercedes-AMG G63.
P. ¿Y dónde lo aparca?
R. En la casa grande tengo 20 plazas de garaje. Por ahora solo tengo dos ocupadas. Así que puedo comprarme 18 coches más.
P. ¿Se da muchos caprichos?
R. No. Cuando no tenía dinero, me daba caprichos por todo. Veía a mis artistas favoritos con relojes Rolex, diamantes y coches Ferrari y lo quería todo. Ahora que tengo dinero, sé que nada de eso me llena. Con el Ferrari no podía ir ni a hacer la compra con mi abuela. El Lamborghini era muy incómodo. El Ferrari o el Lambo son para postureo, pero no vas a gusto. El G63 ha valido la pena. Cuesta 300.000 euros, pero vas a gusto.
P. ¿Ahorra?
R. No mucho. Ya no me gasto el dinero en mí, lo gasto en la familia. Nos vamos de viaje, cogemos un jet privado y nos vamos por ahí.
P. Alquilar un jet cuesta unos 100.000 euros…
R. No. Por 70.000 euros consigues uno.
P. La mayoría de los españoles de su edad no puede acceder ni a una hipoteca. ¿Es consciente de eso?
R. Soy muy consciente. Por eso conservo mi casa de Pan Bendito, la de 50 metros y la bañera negra. La necesito para no olvidar de dónde vengo. Mi casa de Pan Bendito me mantiene humilde. Si la vendo, lo pierdo todo.
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