Ellen DeGeneres asegura que tras su salida de la televisión hace dos años se sintió “la persona más odiada de EE UU”

En los últimos cuatro años, Ellen DeGeneres ha pasado de ser un rostro omnipresente en Estados Unidos a estar prácticamente desaparecida. La presentadora de televisión (Metairie, Luisiana, 66 años) pasó 19 temporadas, entre 2003 y 2022, como una de las presentadoras más famosas de la televisión estadounidense, gracias a su programa homónimo, en el que realizó cerca de 2.500 entrevistas a todas las celebridades habidas y por haber. Pero su adiós tuvo un sabor agridulce: aunque anunciado, fue en pandemia y después de una dura investigación para conocer si en el show se había dado a los trabajadores un trato vejatorio, que terminó con ella pidiendo perdón y con despidos: salieron del mismo tres veteranos productores del programa. Con más de 60 años, DeGeneres volvía a vivir su propia travesía en el desierto, después de ser rechazada por medios y anunciantes tras anunciar que era lesbiana a finales de los años noventa. Desde entonces apenas ha hablado al respecto. Pero la noche del miércoles, en un modesto club de Los Ángeles, realizó un monólogo en el que quiso resarcirse de lo vivido.

Ellen —por su nombre, a secas, se la conoce en su país natal— ha comenzado la que es su primera gira en cuatro años, desde que dejó el programa, titulada Ellen’s Last Stand...Up. La cómica tiene previstas 10 fechas por el Oeste de EE UU, pero no había anunciado entre ellas que estaría en Los Ángeles, en el club Largo, en West Hollywood. Ya ha aparecido por sorpresa en alguna ocasión, en monólogos de otros compañeros, y esa noche tomó la escena para hablar de lo difíciles que habían sido los últimos años y cómo se llegó a sentir “la persona más odiada de EE UU”.

En el club angelino, DeGeneres bromeó con el hecho de haber “sido despedida del mundo del entretenimiento” por tener un comportamiento “mezquino”, como recogen varios medios estadounidenses. “El odio duró mucho tiempo, y yo intenté no ver las noticias”, afirmaba. “Esa chica de ‘sé amable’ no lo era. Ese era el titular”. Esa era su máxima. Cada día, acababa su programa con la frase: “Sed amables los unos con los otros” y esa actitud buenista hizo que un escándalo así fuera aún más chocante para su fiel público. Según ella, la gente empezó a verla como “un problema”, un “personaje unidimensional que daba regalos y bailaba coreografías”. Su programa llegó a perder más de un millón de espectadores a causa de las acusaciones de racismo, acoso e intimidación que denunciaron varios de sus trabajadores.

DeGeneres —que llegó a ganar 50 millones de dólares por temporada— explicó que pasó “una época muy dura” y que no salió de su casa durante la misma, comentando que llegó a estar “muy deprimida”, algo que también afectó a su esposa, Portia de Rossi, con quien se casó hace más de 15 años, para renovar los votos en febrero de 2023: “Ella vio lo que me estaba ocurriendo... y lo pasó conmigo”. “Bromeo sobre lo que pasó, pero fue devastador”, aseguró ante el público. “Me llevó mucho tiempo querer volver a hacer nada”.

En 2021, ya inmersa en el escándalo, DeGeneres aseguró que el fin del programa se debía en parte a su propio hastío (“Cuando eres una persona creativa, necesitas constantemente ser desafiada, y pese a lo grande que es este programa y lo divertido que es, ya no es un desafío”, contó en mayo de 2021 en la entrevista en la que anunció su salida) y en parte a que era algo que ya había negociado con la productora, Warner. Pero sus palabras ahora hacen ver que aquel escándalo del que pidió disculpas pero con el que bromeó le afectaron mucho más de lo que dejó ver. De hecho, ahora asegura haber “odiado el modo en el que terminó el programa” porque ella “lo quería muchísimo”.

Después de aquello, Ellen DeGeneres apenas ha trabajado de cara al público en Hollywood, más allá de en alguna aparición puntual en alguna serie; ha estado a la sombra, centrada en su papel de productora en algunas series y películas y con una vida bastante casera. Al acabar el monólogo la intérprete abrió un turno de preguntas y alguien le preguntó, precisamente, si en los momentos malos seguía bailando. Ella admitió que pasó mucho tiempo sin poder practicar aquello a lo que a menudo animaba en su programa. “No... Es difícil bailar cuando estás llorando”, comentó. Pero afirmó después que ahora, ya sí, ha vuelto a bailar.