Guiomar Alfaro, modelo a los 54 años: “Jamás me pincharía bótox. No aguanto ni el maquillaje”
Tras casi tres décadas alejada de la moda, esta profesora de inglés ha vuelto a las pasarelas. Su reaparición está dando visibilidad a las mujeres maduras en una industria edadista. “Desfilar me ha salvado de caer en una depresión”, asegura
El día de la entrevista con EL PAÍS, Guiomar Alfaro (Tudela, Navarra, 54 años) tendría que estar en Milán, desfilando para la firma de lujo italiana Ermenegildo Zegna. Pero está en el jardín de su casa, en Alcorcón, conversando con este periódico. “Esta tarde tengo que examinar a alumnos y me he perdido el desfile, pero ya habrá otra ocasión. Todo llega”, explica Alfaro, profesora de inglés de la Escuela Oficial de Idiomas.
Nadie mejor que ella sabe de segundas oportunidades. Con 16 años empezó a trabajar como modelo y a los 26, tras casarse y tener dos hijos, dejó su carrera en la moda para dedicarse a su familia y a la docencia. Casi tres décadas después, ha decidido volver a subirse a las pasarelas. Asegura que desfilar la ha salvado de la menopausia. Su historia está dando una inmensa visibilidad a las mujeres maduras en una industria intrínsecamente edadista.
Pregunta. Dice que este regreso a la moda la ha ayudado a sobrellevar la menopausia. ¿Cómo se sentía antes de volver a las pasarelas?
Respuesta. Cuando empecé con los signos de la menopausia, no tenía ni idea de lo que me estaba pasando. Estaba fatal, fatal. Me levantaba por la mañana y me decía: “¿Qué me pasa?” Tenía unas ganas de llorar que te mueres, no quería ni levantarme de la cama. No estaba deprimida, pero sí rozaba la depresión. No le encontraba sentido a nada. La gente piensa que la menopausia son los sofocos y el insomnio, pero no, hay signos mucho más graves, sobre todo en la mente. Nadie habla de esto.
P. Y llegó la moda para salvarla.
R. Mi hijo fue fichado por una agencia de modelos. Él es muy alto, muy Balenciaga. Cuando me lo contó, mi mente hizo un “clic”. Yo lo había dejado con 26 o 27 años y me dije a mí misma: “A lo mejor la moda me da esa pasión e ilusión que he perdido”. Con un par de ovarios, llamé a la agencia que contrató a mi hijo, me presenté y les gusté. Esto fue hace tres años. Y estoy feliz. Alguien me dijo hace poco: “¿Por qué las chicas jóvenes no tienen tu energía y tus ganas de disfrutar?”. Le respondí: “Porque no tienen 54 años”.
P. Dice que dejó la moda muy joven por sus hijos. ¿Se lo pidió su marido? ¿Se sintió presionada?
R. Yo estoy divorciada, pero mi exmarido jamás me lo pidió. Mi matrimonio no duró nada, eso explica por qué dejé la carrera de modelo. Era muy joven, tenía dos hijos y quería estar con ellos. Mi pareja actual, con la que llevo cinco años, me apoya absolutamente en todo.
P. ¿Se ha planteado dejar su trabajo de profesora para dedicarse a tiempo completo a la moda?
R. Si te soy sincera, lo que más valoro de mi vida es la Escuela Oficial de Idiomas. Me ha dado un trabajo feliz. Yo me como las clases y quiero comerme las pasarelas. Cuando cumpla 60 años y me jubile, a mí no me para nadie.
P. ¿No se ha preguntado a dónde habría llegado en la moda si no hubiera dejado de desfilar?
R. Con 25 o 26 años no estaba preparada. Ahora esto es lo que quiero y lo que me apasiona. Volver a desfilar me ha salvado de caer en una depresión.
P. ¿La moda de las llamadas modelos silver no es solo una moda?
R. No me gusta que nos llamen modelos menopáusicas, pero lo de modelos silver tampoco me gusta. No creo que esto sea solo una moda. Hay mujeres de todas partes que me dicen que continúe con esta lucha. Me dicen que les doy ilusión. Yo creo que esta revolución ha llegado para quedarse. Esta moda no debe ser solo eso, una moda. Tiene que ser algo real. Creo que los diseñadores empiezan a darse cuenta de esto.
P. ¿Con qué modelo le gustaría compartir pasarela?
R. Con Naomi Campbell. Yo quiero ser la Naomi española.
P. Naomi tiene la misma edad que usted, 54 años.
R. ¿La misma edad? Que nos pongan a las dos juntas sobre la pasarela, a la blanca y a la negra. Sería un sueño.
P. Usted tiene 54 años, pero es alta y muy delgada. Supongo que es consciente de que no todas las mujeres de su edad son así.
R. Lo sé. Estoy hecha un palo. Es genética. Jamás he pisado un gimnasio. Nado, subo escaleras, como sano y me pongo crema Nivea siete veces al día. Nada más.
P. ¿Se pincharía bótox?
R. Jamás me pincharía bótox. Yo no aguanto ni el maquillaje. Me ponen maquillaje y sufro. Tampoco llevo lentillas ni nada que sea artificial. Soy muy natural.
P. ¿Le preocupa envejecer?
R. Claro que me preocupa. Me miro al espejo con este tipín y me digo: “Qué pena, esto lo perderé”.
P. ¿Se ve mejor que con 24 años?
R. Mil millones de veces mejor. Ahora digo lo que quiero, hago lo que quiero y soy yo misma. En la vida todo tiene que llegar en su momento. Siento que este es mi momento.
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