Lisa Marie Presley tuvo el cadáver de su hijo Ben dos meses congelado en su casa, según desvelan sus nuevas memorias
Su autobiografía, basada en las cintas de la única descendiente de Elvis Presley y coescrita por su hija, la actriz Riley Keough, cuenta que tomaba 80 pastillas al día y que cuando se casó con Michael Jackson él le aseguró que era virgen
Este martes 8 de octubre, además de las de Melania Trump, se publican en Estados Unidos las memorias de otra saga singular, realeza del país: la biografía póstuma de Lisa Marie Presley. La única hija de Elvis Presley falleció el 12 de enero de 2023 en Los Ángeles, con solo 54 años, a causa de un bloqueo en el intestino delgado causado por una antigua cirugía bariátrica. Un año después de su muerte, su hija mayor, la actriz Riley Keough, dio a conocer que estaba preparando una biografía acerca de su madre con parte del material que esta había dejado grabado en cintas y también con sus propios recuerdos. El resultado ha venido a llamarse From Here to the Great Unknown: A Memoir (De aquí al gran desconocido, unas memorias; un título tomado de una frase de una canción de Elvis), y sus revelaciones —precisamente al contrario que las de la ex primera dama— sí que han provocado titulares. Además, en la tarde del martes Keough se ha sentado para dar una entrevista exclusiva en televisión con Oprah Winfrey en Graceland, la casa familiar de Memphis, y seguir hablando del volumen.
Lisa Marie Presley tuvo cuatro hijos, siendo Riley Keough, de ahora 35 años, la mayor y más célebre de todos ellos. El libro está coescrito por Keough, y ambas partes se diferencian por el tipo de letra. En el prefacio, Keough explica que Presley empezó a escribir la autobiografía en los años previos a su muerte, pero nunca logró hacerlo sola: “No se encontraba a sí misma interesante, aunque, por supuesto, lo era. No le gustaba hablar de sí misma. Era insegura. No estaba segura de que su valor para el público fuera otro que el de ser la hija de Elvis Presley. Estaba tan atormentada por la autocrítica que trabajar en el libro se le hizo algo dificilísimo”. El primer capítulo, Escaleras a Graceland, habla sobre su infancia y su célebre padre, Elvis Presley. “Creía que mi padre podía cambiar el tiempo”, arranca el libro. “Era un dios para mí. Un ser humano elegido”. Todo el libro está salpicado de fotografías, muchas de ellas inéditas y familiares.
Después, las memorias pasan a hablar de su vida, que se entremezcla con la de Keough; la joven explica, por ejemplo, cómo creció en Graceland, al que considera su hogar, junto a su hermano Benjamin, nacido en 1992 del matrimonio de Lisa Marie con Danny Keough, con quien estuvo casada entre 1988 y 1994. Después Lisa Marie tuvo dos hijas más, Finley y Harper, junto a su entonces marido Michael Lockwood, que un día antes de la publicación del libro cumplieron 16 años. En julio de 2020, con 27 años, Benjamin se quitó la vida de un disparo en su casa de Calabasas, al norte de Los Ángeles, algo que devastó a Lisa Marie. Como desvela ahora el libro, no era capaz de despedirse de su hijo, al que llamaba cariñosamente Ben Ben, por lo que decidió conservar su cuerpo durante dos meses en hielo en su propia casa.
“Ninguna ley de California dice que tienes que enterrar a alguien inmediatamente”, escribe en el libro Lisa Marie Presley, que mantuvo el cuerpo de Benjamin en un cuarto refrigerado a menos de 13 grados centígrados. Por su parte, Keough anota que para su madre era “muy importante tener un amplio periodo de tiempo para despedirse de él, igual que hizo con su padre”, Elvis, que murió en agosto de 1977, cuando Lisa Marie tenía apenas nueve años. “Tener a mi padre en casa tras su muerte fue increíblemente útil, porque podía ir a pasar tiempo con él y hablar con él”, relata Lisa Marie. Durante muchas semanas de dudas, se preguntó si enterrarle en Graceland o en Hawái. “Eso fue, en parte, por lo que tardé tanto. Me acostumbré a él, a cuidarlo y a tenerlo allí. Creo que a cualquier otra persona le daría un susto de muerte tener a su hijo allí así. Pero a mí no”, cuenta. “Me sentí muy afortunada de que hubiera una manera en el que todavía podía cuidarle como madre, retrasarlo todo un poco, y estar bien con la idea de enterrarle”.
Después, madre e hija decidieron tatuarse el nombre del joven. Él llevaba los suyos: el de Riley en la clavícula y el de Lisa Marie en la mano, y ellas decidieron hacer lo mismo. Para ello, Lisa Marie mandó llamar a un tatuador a su casa para que viera el cadáver de Benjamin y apreciara los tatuajes de cerca. “He tenido una vida extremadamente absurda, pero ese momento está en el top cinco″, afirma hoy, cuatro años después, Keough, y lo remachó en la entrevista con Winfrey, en la que le costaba incluso contar la anécdota. “Imagínate lo que le diría el tatuador a su familia cuando llegara a casa esa noche...”, reflexionaba la presentadora. Poco después todos empezaron a darse cuenta de que la presencia del cuerpo en la casa no era correcto: “Hasta mi madre empezó a notar que podía sentirle diciéndole: ‘Es de locos, mamá, ¿qué mierda estás haciendo?”. Finalmente, oficiaron un funeral en Malibú, al sur de Los Ángeles, y le enterraron en Graceland, en Memphis (Tennessee).
Otro de los episodios que toca el libro es el del mediático romance entre la hija de Elvis Presley y la mayor estrella mundial de la música en los noventa, Michael Jackson. Se conocieron de jóvenes pero Lisa Marie todavía estaba casada con Danny Keough cuando tuvieron una revelación. “Michael me dijo: ‘No sé si te has dado cuenta, pero estoy completamente enamorado de ti. Quiero que nos casemos y que tú tengas a mis hijos”, narra Presley. “Yo no dije nada inmediatamente, pero luego dije: ‘Me siento tan halagada que no puedo ni hablar’. Para entonces, sentía que también estaba enamorada de él”. Ahí, decidió divorciarse de Keough y empezar a salir con Jackson.
La hija del rey del rock tenía entonces 25 años. El rey del pop, 35. “Me dijo que era virgen”, explica. “Creo que había besado a [la actriz] Tatum O’Neal y que había tenido algo con [la modelo] Brooke Shields, nada físico más allá de un beso. Me contó que Madonna había intentado enrollarse con él una vez, pero que no pasó nada. Yo estaba aterrorizada porque no quería dar un paso en falso”, relata. Se casaron en mayo de 1994. Su matrimonio duró apenas dos años, pero pasó a los anales de la cultura pop global. En la entrevista con Winfrey, Keough ha recordado cuanto quería su madre a Jackson, cómo “le adoraba”, ha afirmado. “Yo solo puedo hablar de mi experiencia con Michael, y es que fue amable y cariñoso con mi familia y con mi madre, siempre tuvieron una relación feliz”. “Había una normalidad en todo ello”, decía.
El libro también desvela que Lisa Marie Presley sufría una adicción a los opioides cuando murió. Su autopsia ya mostró que se encontraron tanto oxicodina como otros medicamentos en su sangre al morir, aunque no fueron claves en su fallecimiento. Ahora se ha sabido que tomaba 80 pastillas al día. “Me costaba más y más colocarme, y honestamente no sabía en qué momento mi cuerpo no iba a poder lidiar más con ello. Pero en algún punto, lo decide”, cuenta, explicando que durante un par de años usó drogas “recreacionales” pero que luego fue a más: “Era una absoluta cuestión de adicción, el síndrome de abstinencia en las grandes ligas. Solo quería dejarlo. Estar sobria era demasiado doloroso”.
Según Keough, esa adicción empezó después de pasar por una cesárea cuando nacieron las dos hijas pequeñas de Lisa Marie, en 2008. Las tomaba a causa del dolor, pero fue “avanzando hasta necesitarlas para dormir”, lo que le hacía sentir vergüenza, ya que desde su adolescencia jamás tomaba sustancias, ni siquiera alguna medicina para un dolor leve cuando era adulta. Por ello, la adicción fue “una sorpresa”, cuenta su hija, para toda la familia. Aquello la hizo pasar por rehabilitación y Keough explica que ya no tomaba narcóticos pero que se drogaba “con el cóctel postrehabilitación”. Según le dijo a Winfrey hubo una “época muy difícil” en la que consumía mucho alcohol. Como contó la actriz en una entrevista con People poco antes de publicarse el libro, ese capítulo ha sido “increíblemente difícil de escribir”, al igual que el de su muerte y el del suicidio de su hermano.
Durante la entrevista de Oprah Winfrey a Riley Keough, emitida en la cadena estadounidense CBS, se han podido escuchar algunas de las grabaciones de audio en las que se ha basado el libro. Juntas han recorrido parte de Graceland, mostrando el patio —que fue el último lugar en el que Elvis y Lisa Marie pasaron tiempo juntos—, los caballos de la finca, los antiguos muñecos de la hija del cantante o las tumbas de Elvis, Lisa Marie y Benjamin, todas ellas situadas en el llamado Jardín de la Meditación. También, con guantes, han tocado y mostrado ante las cámaras algunos de los objetos de Elvis, como su Biblia personal y el maletín negro con el que viajaba a todas partes, con su tarjeta de crédito, caducada en 1973, un peine y fotografías. Keough es ahora la guardiana del legado del músico y pretende que todo quede en casa, tal y como quería su madre.
Keough reconoce que le resulta “difícil” ir a Graceland, así que no acude demasiado a menudo. También que la última vez que vio a su madre, en una jornada en Disneyland junto a sus hermanas pequeñas, tuvo una sensación extraña, la notó “desvinculada”, como perdida. Y ha explicado cómo a Lisa Marie le fue muy difícil superar la muerte de Ben: “Cuando murió mi hermano pensé que sería su muerte, no me imaginaba un mundo donde ella pudiera vivir sin él. Agradezco haber tenido más tiempo con ella. Solía decir: ‘Me voy a morir porque tengo el corazón roto”. A ella misma el duelo por su hermano le pareció insoportable, aunque la ayudó a entender el suicidio, y no creyó poder superar la muerte de su madre; año y medio después, puede vivir con ello y se siente “más ligera”.
La actriz ha remachado que para su madre resultaba muy difícil hablar de sí misma y también que tanto la entrevista como el libro suponen la primera verdadera incursión en profundidad en su vida. Además, ha explicado que Lisa Marie vivió siempre con una inmensa pena la pérdida de su padre, que le costó procesar su temprana muerte —Elvis Presley falleció con solo 42 años—, y que parte del abuso de sustancias está vinculado con ello. De hecho, durante un tiempo Keough reconoce que llegó a estar enfadada con su abuelo por “haberle causado tanto dolor” a su madre: “De pequeña, recuerdo estar muy frustrada con todo aquel dolor”.
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