El artilugio para el pene que se coló en la cultura pop: historia de la bomba de vacío y de su uso responsable
Un reciente capítulo de ‘And Just Like That’ ha devuelto la fama al artefacto que facilita y permite la erección en hombres con problemas de disfunción erectil
En uno de los últimos capítulos de And Just Like That, la serie que continúa la trama de Sexo en Nueva York, el hombre con el que Seema (Sarita Choudhury) mantiene una cita le comenta que quizás necesite “una ayuda extra” en la cama. Él padece problemas de disfunción eréctil, algo que según el portal de Sanitas afecta aproximadamente a uno de cada diez hombres en España y que aumenta con la edad, pues más del 50% de los hombres entre 40 y 70 años la experimentan en algún momento. En Europa más de 30 millones de hombres tienen algún grado de disfunción eréctil, una cifra que aumentará aproximadamente a 43 millones en 2025.
¿Qué ayuda extra necesita la cita de Seema? Una bomba de vacío para el pene. “Se trata de un dispositivo utilizado para ayudar a los hombres con problemas de erección o disfunción eréctil a lograr una erección”, explica Andrés Suro, sexólogo de la marca de salud masculina MYHIXEL. “Consiste en un cilindro de plástico o vidrio que se coloca sobre el pene y crea un vacío alrededor de él. Al bombear aire fuera del cilindro, se reduce la presión dentro del mismo, lo que provoca que la sangre fluya hacia el pene, generando una erección. Una vez que se ha logrado la erección, se coloca un anillo de constricción en la base del pene para mantener la sangre en el área y prolongar la erección. Después de la relación sexual o cuando se desee, el anillo se quita para permitir que la sangre fluya de regreso al cuerpo”, aclara.
EL PAÍS informaba en 1988, hace 35 años, de que este artefacto se encontraba entonces en fase de registro sanitario y comercialización en España y que su precio, adaptado de su valor en dólares en Estados Unidos, podía alcanzar unas desorbitadas 37.000 pesetas (eso serían unos 223 euros al cambio de entonces y, ajustados para inflación, 575 euros actuales). Hoy, en diversas webs de productos para la salud sexual se pueden encontrar bombas de vacío para el pene desde los 15 a los 100 euros.
No es la primera vez que la serie introduce en la conversación productos y juguetes sexuales. En un episodio de la original Sexo en Nueva York Charlotte se hacía adicta a un vibrador hasta el punto de no volver a salir de casa; en otro, Miranda ve como su nueva asistente del hogar le cambia uno de sus dildos por la figura de una virgen: en otro, Samantha descubría los placeres de un columpio para el coito. Sobre la disfunción eréctil también ha hablado la serie: desde hombres que necesitaban Viagra hasta ligues con eyaculación precoz. En un episodio anterior de esta última temporada de And Just Like That, Miranda usaba un arnés para tener sexo con su pareja, Che (sí, Che, ese personaje). El Dr. François Peinado, cirujano urólogo especialista en medicina sexual, añade un dato importante y menos amable que el que ofrece la ficción. “Los dispositivos de vacío producen una erección con sangre venosa, por lo que pueden producir un pene frío o incluso de un color más azulado. El anillo se debe retirar máximo a los 30 minutos de su colocación, porque la sangre que hay dentro del pene es venosa, con bajos niveles de oxígeno. No se deben utilizar anillos de metal o muy duros porque en algunas ocasiones, el paciente ha debido acudir a urgencias para poder retirarlos”, señala.
Más allá del pene
El estudio Epidemiología de la Disfunción Eréctil Masculina (EDEM) señala que la impotencia es un problema que afecta al 18,9% de los varones de entre 25 y 70 años en España. Sin embargo, a más de la mitad de los participantes no les preocupan, aparentemente, sus problemas de impotencia, dado que tan sólo un 16,5% decidió acudir a su médico. ¿Conclusión? La disfunción eréctil sigue siendo uno de los últimos tabúes. Que aparezca en una serie que arrasa en audiencia siempre es positivo. Pero también sería positivo que se mostrasen escenas de intimidad sexual en el que la penetración, la erección o la eyaculación no sean una meta necesaria.
“Muchas veces olvidamos, o desconocemos, que el encuentro erótico, además del posible cruce de genitales, trata del encuentro entre dos que quieren estar juntos”, explica Sigrid Cervera, Sexóloga de referencia del Museo de la Erótica de Barcelona (MEB). “Con tamaño o sin él, con erecciones o sin ellas, con penetraciones o sin ellas. El término disfunción eréctil no deja de ser una unidad diagnóstica que se ha divulgado ampliamente, contribuyendo a problematizar la experiencia erótica y amatoria de muchos individuos que acuden a consulta ya autodiagnosticados. Como sexóloga, prefiero hablar de dificultades comunes y añadiría, citando a [el célebre sexólogo británico] Havelock Ellis, que en el terreno de la sexualidad, se dan más variedades cultivables que trastornos curables”.
En el MEB, por cierto, se encuentra expuesto un Jes-Extender. El producto, ubicuo en las teletiendas nocturnas de España de los noventa, fue un pequeño fenómeno (casi un viral antes de que Internet se popularizase) que ya llevó a los productos vendidos como soluciones para la sexualidad masculina a una breve fama en España por aquel entonces. Algunas frases de su delirante campaña formaban parte de conversaciones habituales. “Te crece, pero lo que más crece es tu satisfacción”, decía un actor. “A mí me gustan grandes”, decía una actriz. Cervera recuerda que el dispositivo está expuesto como mera curiosidad. Su uso sin supervisión de un especialista (que aquel anuncio recomendaba con alegría) está muy poco recomendado. El Dr. François Peinado, por ejemplo, considera fundamental la orientación y recomendaciones de un profesional de la salud especializado en disfunción eréctil o un urólogo. “Un médico puede evaluar la condición del paciente, identificar la causa subyacente de la disfunción eréctil y determinar si la bomba de vacío es una opción segura y adecuada para su situación particular. Además, el médico proporcionará las instrucciones adecuadas sobre cómo usar el dispositivo de manera segura y efectiva. Estos dispositivos, bien utilizados, tienen altas tasas de eficacia, pero las cifras de satisfacción varían mucho entre pacientes y hay también una alta tasa de abandonos. Los efectos secundarios más frecuentes son dolor, hinchazón del pene y pequeños hematomas. También pueden producir dificultad para eyacular”, advierte.
Hay una cosa que te quiero decir
Lo llamativo del episodio de And just like that no es sólo el uso de la bomba de vacío para el pene, si no la forma en que la presencia de objetos relacionados con la salud o el placer sexual se extiende durante el episodio. Tras mantener relaciones y no haber alcanzado el orgasmo, Seema saca un vibrador dorado para terminar y su amante se ofende. “Yo me despierto con tu bomba de vacío para la erección en la pila de la cocina y ¿esto es lo que nos tiene que escandalizar?”, le pregunta ella. ¿Es adecuado informar de su uso a la compañera o compañero sexual, en el caso de que se traten de amantes ocasionales? Andrés Suro señala que la comunicación abierta y honesta es esencial para garantizar que ambas partes estén cómodas y consientan cualquier elemento que se incluya en la experiencia sexual, incluyendo el uso de dispositivos como la bomba de pene. “Si tienes la intención de usarla durante el encuentro, es recomendable que informes a tu pareja antes de hacerlo. Comunicar tus intenciones y el uso de cualquier dispositivo o juguete sexual es una muestra de respeto y consideración hacia la otra persona y les permite tomar una decisión informada sobre su participación”, recomienda.
“Es esencial superar el estigma asociado con la disfunción eréctil y promover una mayor apertura y comprensión en torno a la salud sexual”, concluye el doctor Peinado. Y parece que la aparición de estas problemáticas (y sus posibles soluciones) en las series más vistas de las plataformas también ayuda. “Cuanto más se hable sobre el tema, más fácil será para los hombres”.
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