Morir en el campo de batalla para salvar en el futuro a otro compañero
EE UU desarrolla un innovador sistema de autopsias virtuales que permite conocer al detalle las heridas en combate que ayudan a intervenir a otros soldados
Más allá de ser un símbolo por morir por su patria, el cadáver de un soldado estadounidense caído en combate puede servir desde ahora para salvar la vida de otro compañero. Algo que hasta el momento no sucedía. Servicios médicos y patólogos del Ejército de Estados Unidos han empezado a desarrollar en los últimos años un innovador sistema de investigación por autopsias y escáneres virtuales que permite conocer mejor las heridas en el campo de batalla, prevenirlas o conocer con más detalle las causas de la muerte, según informa el diario neoyorquino The New York Times.
En antiguas guerras, las autopsias a las personas muertas en combate eran inusuales en EE UU, y los escáneres nunca se hacían. Pero desde 2004 todos los militares que han muerto en servicio en Irak o Afganistán pasan por ello con el objetivo de salvar a otros compañeros que han podido sufrir heridas similares.
A partir de la información que arrojan estas operaciones, el Instituto Médico de las Fuerzas Armadas estadounidenses están creando una gran base de datos que antes no existía. Los médicos han examinado a unos 3.000 cuerpos, más que ninguna institución en el mundo, creando un sistema detallado y en tres dimensiones que permite observar cómo son y cómo afectan las lesiones del combate.
Según el Times, estas autopsias virtuales, como así son llamadas, no reemplazan a las tradicionales, pero sí permiten añadir información y dan la posibilidad de crear una guía visual rápida y efectiva que los patólogos agradecen para ver cómo impactaron las balas o la metralla.
Las imágenes revelan fracturas o daños de manera tan clara que posibilitan estudiar cómo intervenir en posibles casos parecidos. Incluso se puede saber cómo trabajar en pleno combate, tal y como sucedió en un caso en el que, gracias a esta labor médica, se pudo estabilizar una herida concreta de gravedad que antes se había analizado con varias autopsias.
Mandos del Ejército norteamericano también han expresado su satisfacción porque este tipo de estudios ayuda a prevenir también las lesiones. Las Fuerzas Armadas conocen qué heridas pueden llegar a ser más peligrosas, y que antes se desconocían, en el campo de batalla.
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