Scotland Yard cierra el 'caso Menezes' indemnizando a la familia
El joven fue tiroteado por error en el metro londinense en 2005.- La prensa británica informa de que la familia recibirá una compensación de unos 111.000 euros
La familia de Jean Charles de Menezes, el joven brasileño muerto en Londres en 2005 por los disparos de la policía al confundirle con un terrorista, recibirá una indemnización que ha sido negociada a la baja por tratarse de personas de precarios recursos. Scotland Yard ha confirmado el acuerdo compensatorio que sella el epílogo de la batalla legal emprendida por los allegados del electricista de 27 años, aunque declinó desvelar la cuantía pactada, que diversos medios británicos cifran en 100.000 libras (111.000 euros).
Siete balazos acabaron con la vida del inmigrante brasileño en la estación de metro de Stockwell el 22 de julio de 2005. El suceso se produjo al día siguiente de que se frustrara una cadena de atentados en la capital británica, y dos semanas después de que cuatro bombas explosionaran en la red de transporte público, con un balance de 56 muertos. Los dos agentes que descargaron sus armas contra De Menezes le confundieron con Hussein Osman, uno de los cuatro islamistas que integraron la segunda célula terrorista.
Satisfacción y alivio
La familia de la víctima asegura sentirse complacida por el acuerdo económico cerrado con la policía metropolitana, que les permitirá "seguir adelante con sus vidas". Una declaración de alivio, pero también de frustración ante sus infructuosos esfuerzos por reabrir el caso, que una investigación pública zanjaba a finales del año pasado.
Aquel desenlace devino en polémica porque el jurado se negó a refrendar como legítima la actuación de la policía británica. El juez Michael Wright, presidente de la investigación, había prohibido expresamente que sus 10 miembros acusaran a los agentes de "homicidio injustificado", por lo que no les quedó otra opción que negarse a emitir sentencia. En su lugar, se limitaron a dar respuesta a una docena de preguntas planteadas en el proceso, denotando con ello una nítida censura a la actuación de las fuerzas policiales.
A partir de las declaraciones de los testigos, ocho de los representantes del jurado concluyeron que los dos policías implicados no dieron el alto a De Menezes de forma clara y audible, ni tampoco que el joven se levantara del asiento del vagón para encararse con el agente que le disparó. Según su juicio, el comportamiento del brasileño no resultó sospechoso en ningún momento.
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