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'Guerra sucia' en el Cáucaso

La ONG Memorial exige al Kremlin una investigación tras la muerte de civiles chechenos en una zona de combates

Pilar Bonet

La organización no gubernamental Memorial ha pedido a las autoridades rusas que investiguen los "asesinatos" de al menos cuatro campesinos que la semana pasada tuvieron la mala suerte de encontrarse en el escenario de una expeditiva operación antiterrorista, cuyo resultado ha sido una veintena de muertos.

Los campesinos, de entre 17 y 41 años, formaban parte de un grupo que había salido de Chechenia en autobuses y camiones para recoger ajos silvestres en Ingushetia, con un permiso escrito por las autoridades locales para poder cruzar los controles entre los dos territorios. Aparentemente, nadie les advirtió que el lugar adonde se dirigían, una zona boscosa fronteriza entre ambas repúblicas, iba a ser el campo de batalla de una operación contra los guerrilleros enfrentados a Moscú.

Miembros de Memorial, que han investigado el asunto sobre el terreno, afirmaron que las pruebas recogidas, los testimonios de los supervivientes y de los familiares de las víctimas, así como el carácter de las heridas de los muertos, indican que éstos fueron "tiroteados a bocajarro y posiblemente rematados". "Es necesario investigar estos asesinatos y las razones por las cuales centenares de personas se encontraban en una zona donde había peligro de muerte", señala Memorial.

El caso vuelve a evidenciar los métodos empleados en las operaciones contraterroristas en el norte del Cáucaso, de las que es responsable el Servicio Federal de Seguridad (SFS) ruso. También indica la envergadura de los problemas que afronta Alexandr Jloponin, el nuevo representante de Moscú en el Cáucaso. Jloponin, que desempeñaba el cargo de gobernador de la región siberiana de Krasnoyarsk, ha recibido enormes poderes como vicejefe del Gobierno ruso responsable de un nuevo distrito federal que agrupa los territorios más problemáticos de la región, incluidos Chechenia, Ingushetia y Daguestán.

Los presidentes de Chechenia e Ingushetia, Ramzán Kadírov y Iunusbek Yevkúrov, respectivamente, expresaron sus condolencias a los familiares de las víctimas. Kadírov les compensó con 300.000 rublos (unos 7.000 euros) por cada muerto y Yevkúrov, con 50.000 rublos. Sin embargo, las autoridades centrales rusas y el SFS no reconocen el error.

Oficialmente, se ha confirmado una operación en la que se habría "exterminado" a una importante cantidad de guerrilleros. El relato de uno de los supervivientes indica que los heridos podrían haber sido rematados por los protagonistas de la misión antiterrorista, "gente armada de apariencia eslava en uniforme de camuflaje", según Memorial.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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