Exteriores evacua a la fuerza de Malí a dos voluntarios
La ONG dice que fue un "secuestro a punta de pistola"
"¡La Gendarmería maliense les ha secuestrado a punta de pistola por orden de la Embajada de España!". Rafael Jariod, presidente de la ONG Ayuda al Desarrollo de San Sadurni d'Anoia (Barcelona), se queja a gritos al teléfono por la evacuación forzosa de dos de sus voluntarios de Hombori, un pueblo de 3.000 habitantes en el noreste de Malí.
Jariod ha enviado una carta a la ministra de Asuntos Exteriores, Trinidad Jiménez, en la que recuerda la experiencia y conocimiento de Malí por parte de su ONG y le pide que destituya a Juan Antonio Frutos, consejero de la Embajada de España en Bamako, que pilotó el rescate forzoso, la semana pasada, de sus dos voluntarios, originarios de Sabadell. Ambos están ahora en Uagadugú (Burkina Faso).
La protesta de Jariod, que dirige una asociación con pequeñas delegaciones en otras ciudades catalanas y atrae a voluntarios de toda España, ilustra la tirantez de las relaciones entre algunas ONG, empeñadas en seguir adelante con su labor, y la diplomacia española, temerosa de que caigan en manos de la rama magrebí de Al Qaeda.
Alrededor de los dos jóvenes de Sabadell, que iban a dar clases de inglés, durante tres meses, en una escuela de Hombori, se habían "registrado movimientos sospechosos que podían presagiar un secuestro", según fuentes diplomáticas españolas.
Tres voluntarios de otra ONG, Barcelona Acció Solidària, fueron capturados en Mauritania en noviembre de 2009 y entregados en Malí a Al Qaeda, a la que el Estado español pagó un elevado rescate para obtener su liberación en marzo y agosto del año pasado.
Una turista italiana fue secuestrada el jueves por la tarde en el sur de Argelia y también se sospecha que podría estar en manos de Al Qaeda.
El consejero de la Embajada "desconoce la realidad del norte de Malí", se lamenta Jariod. "Nosotros sí, porque hemos enviado a ese país a 350 voluntarios en los últimos años sin que hayan tenido que sufrir ningún incidente serio", afirma. "La Embajada solo sabe gritar hasta aburrirnos 'que viene el lobo', por eso cuando de verdad llegue no le haremos caso", prevé.
"La Gendarmería recibió la orden de Frutos ?¿quién es él para mandar a ese cuerpo?? de sacarles de allí esa misma noche y de escoltarles hasta Bamako (a 1.050 kilómetros), con tan buena fortuna que el todoterreno se averió y pasaron cuatro horas tirados en la carretera a la merced no de los terroristas sino de las fieras salvajes", denuncia Jariod.
Las fuerzas de seguridad malienses son pobres y no disponían de presupuesto para ese traslado. De ahí que fuera la ONG la que tuvo que costear la manutención de los gendarmes y alojarles en Bamako. "Nos costó 100.000 francos CFA" (152 euros), precisa Jariod.
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