Filas de tres horas para votar en Florida
No había amanecido aún y ya había largas filas de votantes rodeando los colegios electorales del estado de Florida, equipados con sillas playeras, termos cargados de café y libros y revistas que les ayudaran a sobrellevar las horas de espera que fuesen necesarias para participar en las elecciones presidenciales de este martes en Estados Unidos. La participación ha sido nutrida en este, uno de los Estados clave de la elección. Quien obtenga la mayoría del voto popular entre los 11,7 electores inscritos, se llevará consigo los 29 votos electorales del Estado, que representan el 10% de los votos que requiere un candidato para llegar a la Casa Blanca. En los sondeos previos a los comicios, tanto Barack Obama, aspirante a la reelección por el Partido Demócrata, como el candidato Mitt Romney, del Partido Republicano, tenían iguales posibilidades de triunfo y no se descarta que la victoria en este Estado se decida a través de un recuento de votos, como ocurrió en las presidenciales de 2000 donde fue elegido el republicano George W. Bush.
En el mapa electoral estadounidense, Florida es el prototipo de un Estado “péndulo”, donde es difícil prever un resultado. En las presidenciales de 2000, la diferencia de votos fue tan cerrada que fue necesario un recuento, que terminó por favorecer al Partido Republicano; en 2004, ganaron de nuevo los republicanos con 5% de los votos; y en 2008, la victoria fue de los demócratas, por una diferencia de 2,8%. En Florida vive la tercera comunidad de latinos más grande del país y sus preferencias serán fundamentales a la hora de las cuentas finales.
El de Antonio Ruiz, por ejemplo, es uno de esos votos decisivos. Tiene 53 años, emigró a Miami desde su natal Medellín (Colombia) en abril de 1984 y desde que obtuvo la ciudadanía estadounidense, en julio en 1998, no ha dejado de participar en las presidenciales. “Pero esta es la primera vez que veo que unas elecciones están tan empatadas y nunca antes había visto tanto entusiasmo en la gente, tanto interés por votar”, ha dicho Antonio mientras esperaba su turno en las urnas, en el Departamento Electoral del Condado de Miami-Dade, en la avenida 87 de la ciudad del Doral. Desde que tiene ese derecho, no elige partidos sino por propuestas: “En 2004 voté por el otro, por el canosito (John McCain). Pero esta mi perspectiva es apoyar al que tenemos (el presidente Barack Obama), porque él ha estado apoyando a la gente que anda por ahí sin papeles y que sufre”.
Antonio no debió esperar más de dos horas para votar. Pero en otros colegios electorales del condado, la espera para sufragar fue hasta de cuatro tres horas, a pesar de que más del 38% de los inscritos en el padrón local (4,5 millones de electores) votaron anticipadamente la semana pasada. Una de las razones de las largas filas es que solo en condado de Miami-Dade la papeleta electoral es de cinco páginas. Además de la boleta para elegir al presidente, hay otras para designar a los representantes del Estado al Congreso Federal y Estatal, a los alcaldes, a los comisionados, a concejales y a los jueces, y para decidir enmiendas a la Constitución local.
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