El régimen sirio desafía a la OTAN con nuevos lanzamientos de misiles Scud
Rasmussen considera el hecho "un acto desesperado de un régimen cercano a su colapso" Putin asegura que no quiere que en el país árabe "reine el caos" por la cercanía a sus fronteras
La OTAN ha detectado por segunda vez el lanzamiento de misiles Scud por parte del régimen sirio. El secretario general de la organización, Anders Fogh Rasmussen, ha informado de esos movimientos una semana después de que la OTAN anunciara que las fuerzas militares de Bachar el Asad habían usado esas armas contra objetivos rebeldes. Rasmussen lamenta el ataque y lo considera “un acto desesperado de un régimen cercano a su colapso”. Esos ataques “refuerzan la necesidad de tener una protección de defensa eficaz de nuestro aliado Turquía”, asegura el responsable de la OTAN, que justifica así el despliegue del sistema antimisiles Patriot por parte de la Alianza en este país.
No es la primera vez que Rasmussen se aventura a pronosticar la pronta caída del Gobierno sirio, sumido en una guerra civil abierta con los grupos rebeldes levantados en marzo de 2011. Tampoco es la primera vez que informaciones de inteligencia señalan que Damasco está usando los Scud para atacar posiciones del Ejército Libre de Siria (ELS). Hace nueves días fue The New York Times quien aseguraba que personal de la Administración de Barack Obama había informado del lanzamiento de estos misiles de fabricación soviética.
"Sí, confirmo que se ha detectado el lanzamiento de misiles tipo Scud, y lo lamentamos profundamente", ha explicado Rasmussen en Bruselas al ser preguntado durante un encuentro con la prensa con motivo de la visita a los cuarteles generales de la Alianza del primer ministro de Yibuti, Dileita Mohamed Dileita. Fuentes de la Alianza han indicado a Efe que esos lanzamientos de misiles Scud desde territorio sirio, "no cayeron en Turquía" y "se produjeron en la mañana del jueves".
Más allá del uso de la fuerza, el análisis político del conflicto sirio ha centrado hoy la cumbre que han mantenido los líderes de la Unión Europea y de Rusia. El siempre controvertido el presidente ruso, Vladímir Putin, ha asegurado tras el encuentro que no tiene interés en que “haya caos allí, como ocurre en otros países de la zona”. Putin ha abogado por la llegada de un régimen democrático y lo argumenta por la cercanía entre las fronteras siria y rusa. "Estamos interesados en eso porque este país está muy cerca de nuestras fronteras”, indicó el mandatario ruso en conferencia de prensa al término de la cumbre junto al presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durão Barroso, y el del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy.
La Alianza, a petición de Turquía, país vecino hacia el norte y enemigo confeso de la violenta represión de El Asad, ha desplegado en la frontera misiles Patriot de carácter defensivo. Uno de los objetivos de este escudo balístico sería precisamente interceptar a los Scud, sobre los que la comunidad internacional tiene puestos los ojos por su capacidad para transportar armas químicas.
Tras 21 meses de revuelta, la violencia ha causado la muerte a más de 40.000 personas, según los cálculos de los grupos activistas prodemocráticos. En Alepo, soldados rebeldes han realizado este viernes disparos de advertencia contra un avión comercial que iba a despegar del aeropuerto de la ciudad.
La posición sobre Siria fue solo una de las múltiples divergencias que constataron Barroso, Van Rompuy y Putin durante la cumbre celebrada hoy. En su primer encuentro tras la reelección de Putin, los mandatarios se atascaron en la política energética por el intento de la Unión Europea de reducir su dependencia de Rusia, su mayor proveedor externo (aporta el 29% del consumo europeo de petróleo y gas). Putin insistió en la necesidad de cumplir los contratos previos a las nuevas normas energéticas sobre mercado común en Europa. Se refería a los compromisos de suministro adquiridos con la empresa rusa Gazprom, ahora bajo la lupa de las autoridades europeas de Competencia por posible violación de las reglas del libre mercado. Barroso respondió de forma genérica subrayando que los acuerdos comunitarios no discriminan a las compañías rusas.
El vínculo comercial entre ambos territorios es enorme. Casi la mitad de las exportaciones rusas tienen como destino la UE, mientras el 35% de lo que importa Rusia viene de Europa.
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