Las claves de las elecciones italianas
Los italianos elegirán su próximo Parlamento entre domingo y lunes. Las últimas encuestas otorgaban la victoria al centroizquierda de Bersani (34,7%)
Los italianos elegirán su próximo Parlamento entre domingo y lunes. Las últimas encuestas conocidas —la ley prohíbe publicar sondeos durante los 15 días previos— otorgaban una victoria clara al centroizquierda de Pier Luigi Bersani (34,7%), seguido de la derecha de Silvio Berlusconi (29%). Estas son las claves de las elecciones italianas.
¿Quién vota?
Votan todos los ciudadanos mayores de 18 años para el Congreso y de 25 para el Senado. Rozan los 50 millones. En las últimas generales, el 12 y 13 de abril de 2008, la participación fue del 80,5%.
¿Cuándo se celebran los comicios?
Los italianos votarán entre el domingo 24 de febrero (de 8.00 a 22.00) y el lunes 25 (de 7.00 a 15.00).
¿Qué se elige?
Hay que renovar la formación del Congreso y del Senado: 630 diputados y 315 senadores.
¿Quién se presenta?
La coalición de izquierdas está formada por el Partido Democrático (Pd) y por Izquierda, Ecología y Libertad (Sel, en la sigla en italiano), partido que reúne a verdes y comunistas, guiado por el actual gobernador de la sureña Apulia, Nichi Vendola (Bari, Apulia, 1958).
Líder: El candidato a primer ministro, elegido con primarias multitudinarias celebradas en puestos en las calles, es Pierluigi Bersani (Bettola, Reggio Emilia, 1951).
Si la coalición obtiene la mayoría en el Congreso y en el Senado, Bersani se encargará de formar un Gobierno y lo presidirá. Si no obtiene una ventaja suficiente en el Senado (ver ley electoral) podría pactar con la coalición de centro. En este caso Bersani podría verse obligado a renunciar a la presidencia del Consejo de Ministros y cederla a Mario Monti.
La coalición de centroderecha reúne al Pueblo de la Libertad (PdL), criatura de Silvio Berlusconi, la Liga Norte, partido muy arraigado en las productivas regiones del norte que quieren la independencia, y varias otras listas menores, como los autonomistas sicilianos de Grande Sud o los exfascistas de La Destra.
Líder: Silvio Berlusconi (Milán, 1936).
En caso de victoria, el empresario-político no será primer ministro, sino titular de Economía. Al menos, eso dijo. Las bases de la Liga, partido secesionista que siempre denunció la corrupción y los malos hábitos del poder central, soportan mal al Cavaliere. Con tal de convencer a Roberto Maroni, secretario de la Liga Norte, de aliarse con él, Berlusconi prometió que no será él quien presida el eventual próximo Ejecutivo, sino el secretario de su partido Angelino Alfano (Agrigento, Sicilia, 1970). A cambio, la Liga obtuvo que Maroni (Varese, cerca de Milán, 1955) sea el candidato de la coalición a las regionales de Lombardía.
La coalición de centro reúne a dos partidos que ya existían en esta área y a la neonata Lista cívica para Mario Monti, formada por personas del mundo profesional, empresarial, universitario y de las asociaciones que compiten por primera vez para un escaño en el Parlamento. Los otros dos partidos son la Unión de Centro y Futuro y Libertad.
La Unión de Centro, heredera de la antigua Democracia Cristiana, es encabezada por Pierferdinando Casini, que, desde principios de los noventa, fue socio de Gobierno de Berlusconi. Casini se echó para atrás, apoyó la izquierda y por fin encontró su identidad en la fidelidad hacia Monti, sosteniendo primero sin rechistar su Ejecutivo técnico y ahora siguiéndole en su primera aventura verdaderamente política.
Futuro y Libertad es el partido que se formó en 2010, cuando Gianfranco Fini y algunos de los suyos salieron del PdL, tras pelearse con Berlusconi.
Líder: Mario Monti (Varese, 1943).
En caso de victoria, Monti será el primer ministro y formará el Gobierno.
El Movimiento 5 estrellas (M5S) se presenta solo. Surgido como fuerza espontánea, activa en la web, es la primera vez que participa en elecciones generales y que va a tener escaños en el Parlamento. Sus candidatos fueron seleccionados con vídeos colgados en Youtube. Prometen renunciar al rembolso electoral que el Estado paga a todo partido con base en el consenso recibido (cinco euros por cada voto).
Líder: Beppe Grillo (Génova, 1948) es un cómico famoso en los años noventa que rechaza la definición de líder. Lo es, sin embargo, y aparece como jefe de esta lista en los documentos entregados a Interior.
En caso de victoria, no está claro si Grillo presidiría el Gobierno o dejaría el cargo a otro.
Rivoluzione civile (Revolución cívica) se presenta sola. Es la nueva sigla bajo la cual confluyen los miembros del legalista Italia de los Valores del ex magistrado anticorrupción Antonio Di Pietro y los militantes de varios movimientos cívicos como el antimafia Agendas Rojas, fundado por el hermano del juez Salvatore Borsellino, asesinado por la Cosa Nostra en 1992, y Los Naranjas, nombre con el cual se vinieron definiendo algunos alcaldes (por ejemplo, de Nápoles y Palermo), que centran su discurso político en la legalidad.
Líder: Antonio Ingroia (Palermo, 1959), magistrado de Palermo, fiscal en varias investigaciones sobre la Cosa Nostra. Para presentarse a las elecciones, pidió – y obtuvo – una excedencia de la Magistratura.
Fare per cambiare l'Italia también se presenta solo. Es una lista nueva, de inspiración liberal, liderada por el periodista del Grupo 24 horas (que edita el prestigioso diario económico Il Sole 24 ore) Oscar Giannino (Turín, 1961).
¿Cómo funciona la ley electoral?
El sistema electoral italiano es de tipo proporcional: los votos se traducen en escaños respetando el peso electoral de todas y cada una de las formaciones, para que las minorías acaben representadas en el Parlamento. Pero la ley aprobada en 2005 por el Gobierno de Berlusconi introdujo dos correcciones: un umbral mínimo para obtener escaños (el 4% en la Cámara de los Diputados, el 8% en el Senado) y una bonificación de mayoría, que otorga a la coalición más votada un cupo adicional hasta llegar al 55% de los escaños. Ambas condiciones empujan a los partidos a aliarse en coaliciones. Antes de que Mario Monti decidiera entrar en la política, estas decisiones dieron la sensación de haber cimentado un sistema bipolar, con un bloque de centroderecha y otro de centroizquierda.
Los umbrales mínimos tienen el objetivo de evitar la excesiva fragmentación y el premio a la mayoría debería servir para forjar mayorías estables. Sin embargo, la reforma electoral de Berlusconi contiene un matiz que complica las cosas. En la Cámara de los Diputados, el bloque que logra más votos obtiene el 55% de los 630 diputados. Pero, en el Senado, la bonificación no se otorga a escala nacional a la lista más votada, sino sobre una base regional. Cada una de las 20 regiones del país envía a la Cámara alta un número de representantes proporcional a su población. Y en cada una de ellas, la lista más votada obtiene el premio. Esta circunstancia complica la formación de mayorías en el Senado.
¿Cuál es el escenario más probable?
Según los últimos sondeos, el PD va a ser el primer partido de Italia. El Partido Democrático sabe que ser la formación con más apoyos le va a asegurar un buen margen en la Cámara de los Diputados (346 escaños), pero teme que no pase lo mismo en el Senado. Las regiones más pobladas están inciertas (Lombardía) o más bien se inclinan a la derecha (Sicilia). La victoria de la izquierda sería entonces incompleta y obligaría a sellar un pacto poselectoral con Monti.
¿Cómo se forma el Gobierno?
La formación del Gobierno está regulada por la Constitución italiana. Tras conocerse el resultado, la palabra pasa al presidente de la República. El 26 de febrero, Giorgio Napolitano se reunirá con varios líderes políticos y presidentes salientes del Congreso y el Senado. Terminadas las entrevistas, entrega al líder de la coalición (o del partido) más votado el mandato de formar un Gobierno.
Esta persona acepta con reserva, comienza sus consultaciones y vuelve al Presidente con la respuesta, que suele ser afirmativa. Posteriormente presenta la lista de los ministros, que el jefe de Estado debe aprobar.
Primer ministro y ministros juran fidelidad a la Constitución y aceptan oficialmente el mandato, de cinco años, de las manos del presidente de la República. Luego se presentan al Parlamento, explican su programa y piden que se vote una moción de confianza. De esta primera votación resulta claro el despliegue de las varias fuerzas en el hemiciclo. Empieza la legislatura.
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