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El legislativo ecuatoriano da luz verde a la explotación del Parque Nacional Yasuní

El resultado de la votación estaba anunciado,ya que el partido del Gobierno tiene mayoría absoluta en la Asamblea

Una protesta contra la explotación del Parque Yasuní.
Una protesta contra la explotación del Parque Yasuní.EDUARDO LEÓN

La Asamblea Nacional dio luz verde a la explotación de los campos petroleros 31 y 43 de la Reserva Natural Yasuní. Este jueves, en un segundo y definitivo debate, 108 asambleístas han votado a favor de la declaración de interés nacional de estos campos, tal y como lo pidió el presidente Rafael Correa a finales de agosto.

El órgano legislativo, compuesto por 100 asambleístas del partido de Gobierno de un total de 137, tomó la decisión después de 33 intervenciones que duraron casi seis horas. El oficialismo repitió el discurso de que se necesita el petróleo para disminuir la pobreza y la desigualdad, mientras que la oposición habló de la conservación del Yasuní y del derecho que tienen los pueblos taromenani-tagaeri a ese territorio.

El resultado de la votación estaba anunciado, sobre todo, por la mayoría absoluta que tiene el oficialismo y convencidos de eso llegaron hasta las afueras dela Asamblea Nacional los partidarios de Alianza País, que se autodenominan Comités de la Revolución Ciudadana.

Una tarima con música popular les hizo más llevadera la tarde y a mediodía llegaron camionetas con comida para repartir entre la gente. Estos vehículos tuvieron acceso libre a la calle donde está asentado el Legislativo, pero no fue así para el tránsito normal de vehículos.

Tampoco tuvieron entrada los jóvenes del colectivo Yasunidos, que tuvieron que hacer su plantón en un espacio reducido de la calle del Legislativo y estuvieron cercados todo el tiempo por policías antidisturbios.

La manifestación de Yasunidos no fue violenta ni partidista. Hasta ahora su actividad en los espacios públicos se ha limitado a la difusión de mensajes en carteles, muestras artísticas y cánticos en contra de la economía extractiva, por el Yasuní y por la vida de las comunidades aisladas.

Los jóvenes se dejaron la garganta gritando consignas como: “Fluye el petróleo, sangra la selva”, “Por el Yasuní, nadie se cansa”. Los cánticos estuvieron acompañados del sonar de tambores, que se mantuvieron pese a la lluvia que cayó durante la tarde.

Dentro de Yasunidos están alrededor de 50 organizaciones de todo el país, su reto ahora es conseguir las casi 600.000 firmas (que equivalen al 5% del padrón electoral) para solicitar la consulta popular. La decisión que ha tomado el Legislativo es solo una batalla pérdida para el colectivo, pues esta semana el Consejo Nacional Electoral acordó entregarles los formularios para que recojan las firmas. Tendrán un plazo de 180 días para cumplir con este objetivo.

Los Yasunidos

Patricio Chávez, de Acción Ecológica, explica que Yasunidos nació con la gente que formaba parte de Amazonía por la Vida, que fue el colectivo que aglutinó a los ambientalistas que aplaudieron la iniciativa de mantener el petróleo del Yasuní bajo tierra, uno de los pilares del Ejecutivo de Rafael Correa.

“Era otro momento, había unión con el Gobierno, era algo  más democrático, más de izquierda, más ecologista”, dice Chávez. El activista explica que la campaña de Amazonía por la Vida consistía en informar sobre el Yasuní en centros educativos y en otros espacios de la sociedad.

Este grupo empezó a defender el Yasuní en junio, es decir, dos meses antes de que el Ejecutivo decidiera terminar con la iniciativa ITT (llamada así por pozos Ishpingo, Tambococha y Tiputini, ubicados en la reserva). Los ecologistas por ese entonces hacían veladas en la plaza donde está asentada la sede del Gobierno y pedían al presidente que se mantuviese firme en su postura de no extraer el petróleo.

Cuando el presidente Rafael Correa decidió terminar con la iniciativa ITT al no conseguir el apoyo internacional para reemplazar los recursos que Ecuador recibiría por la extracción del crudo, el grupo tuvo un momento de duelo, pero se reorganizó y surgió Yasunidos.

Ningún partido  está detrás del colectivo, aunque determinados políticos compartan sus ideas. Son jóvenes que espontáneamente se han articulado y cada semana se reúnen en las oficinas de la ONG Acción Ecológica para planificar las acciones de cada jueves.

Ana Lozano, 33 años, española

Esta catalana es parte de un proyecto que se llama Clínica de Reparación Ambiental, que trabaja en

la Amazonía

norte del Ecuador. Da talleres a la población donde ha habido impacto ambiental para que poco a poco vayan recuperando su territorio. Lleva cuatro años en el país y fue parte de Amazonía por

la Vida

y ahora de Yasunidos.

“Nosotros estamos luchando por la vida, pero la gente tiene mucho miedo a salir por toda la criminalización de la protesta, (Rafael) Correa ha dicho cosas como que va a quitar los cupos en los centros públicos a los estudiantes que salgan a protestar.”

Gabriela Ruales, 33 años, ecuatoriana

Esta quiteña es parte de Yasunidos desde que el Ejecutivo anunció que iba a explotar los campos del Yasuní. Estudia una maestría de Género y siempre ha estado en espacios de mujeres y ecologistas.

“Me dio mucho dolor que se acabe la iniciativa ITT, aunque ya sabía que (Rafael) Correa estaba desarrollando el plan B (la explotación). Todo era una pantalla de humo, en el fondo se reafirmó que este gobierno es extractiva”.

Ana Segarra, 23 años, ecuatoriana

Esta quiteña salió a las calles con una amiga y se unió a Yasunidos. La anterior vez que se manifestó fue por la prohibición de las corridas de toros en Quito. Es una bailarina de ballet independiente y se gana la vida dando clases en centros infantiles.

“Vi la cadena del presiden y me sentí indignada porque el primero dijo que iba a salvar el Yasuní. Luego vi que los jóvenes salían a protestas y quise ser parte de esto, quise ayudar como sea. Me motivan los pueblos aislados porque como yo tiene derecho a la vida y no creo que haya tecnología que no contamine como dice el presidente”.

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