Cabello forja un Parlamento intransigente

Una paradoja: mientras el jefe del Estado venezolano, Nicolás Maduro, convocó a una reunión con alcaldes de oposición electos en los comicios municipales de diciembre, el ratificado presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello, cerró esa posibilidad con dos gestos muy reveladores de la naturaleza de un Parlamento bajo su mando.

Dos diputados opositores —María Corina Machado y Omar Barboza— intervinieron en la sesión inaugural del domingo para criticar la ratificación de la junta directiva encabezada por el número dos del Gobierno. Las intervenciones de los diputados opositores que tomaron la palabra fueron interrumpidas por vivas a Chávez y rechiflas lanzadas por la claque convocada para la ocasión, para quienes reservaron los palcos del hemiciclo. Para aquellos que siguieron el discurso por televisión era prácticamente imposible distinguir las ideas de los parlamentarios porque la emisora oficial del Parlamento, ANTV, bajaba el audio del micrófono de los oradores para que se oyeran las consignas. Machado tuvo que guardar silencio ante el ensordecedor griterío. Una de ellas es todo un clásico de las concentraciones chavistas: “Chávez vive, la lucha sigue”.

El gesto antecedió a la declaración de estreno de Cabello. “Nosotros no vamos a caer en el chantaje del diálogo. No queremos un diálogo de cúpulas. Me niego rotundamente. No me reúno con fascistas, sino con el pueblo en la calle”. El portazo dado augura la continuación de la mora en temas medulares para el correcto funcionamiento de la democracia. La oposición se ha planteado como meta que se cumplan los procedimientos de ley para el nombramiento de los ocupantes de los cargos públicos que deben ser renovados, pero eso no parece posible en el corto plazo.

Once magistrados del Tribunal Supremo y tres de los cinco rectores del Consejo Electoral, incluyendo a dos de las más destacadas chavistas, Tibisay Lucena, su presidenta, y la vicepresidenta Sandra Oblitas, ya cumplieron con su mandato. La Asamblea Nacional, además, también debería elegir al sucesor del fallecido contralor [auditor] general de la República Clodosbaldo Russián. Para ello necesitaría escoger a candidatos que cuenten con el visto bueno del Gobierno y la oposición, ya que la ley requiere una mayoría cualificada de la que el chavismo no dispone.

Todo parece indicar que los planteamientos de la oposición serán de nuevo desechados. El Gobierno no cree que hay dos bloques relevantes y solo cedería si se viera acorralado. Por ello, el secretario ejecutivo de la coalición opositora Mesa de la Unidad, Ramón Guillermo Aveledo, ha calificado la ratificación de Cabello y su equipo como una vergüenza “La sede natural del diálogo parlamentario es el Parlamento. ¿Si no hay respeto allí, dónde lo habrá?”, se preguntó en su cuenta de Twitter.