El contratista de EEUU preso en Cuba suspende su huelga de hambre
El estadounidense Alan Gross ha levantado el ayuno luego de nueve días para pedir su liberación y protestar contra el “twitter cubano” ideado por Washington
El estadounidense Alan Gross, preso en Cuba desde hace cuatro años y cuatro meses, ha levantado este viernes la huelga de hambre que comenzó el pasado 2 de abril, para forzar a los gobiernos de La Habana y de Washington a acordar su liberación. Gross fue detenido en la isla en 2009, cuando trabajaba como contratista de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, por sus siglas en inglés) en la implementación de programa para mejorar las comunicaciones y el acceso a Internet de la comunidad judía cubana; dos años después fue condenado a 15 años de prisión por delitos contra la soberanía de Cuba. Hace nueve días, decidió no ingerir alimentos sólidos tras conocer que la Usaid puso en marcha el programa ZunZuneo en 2012: una red social similar a Twitter desarrollada en forma clandestina por Washington para acelerar la caída del régimen castrista.
“Mi ayuno de protesta se suspende a partir de hoy (viernes), aunque habrá más protestas por venir”, ha anunciado Alan Gross a través de un comunicado difundido por su abogado, Scott Gilbert. “Solo cesarán los motivos para protestar cuando ambos gobiernos muestren una mayor preocupación por los seres humanos y menos malicia y desprecio entre ellos”, continúa el documento, donde el contratista también explica que ha levantado el ayuno por razones familiares; se lo ha pedido su madre, Nancy, gravemente enferma, quien el próximo 15 de abril cumplirá 92 años.
Gross, de 64 años, había hecho pública la noticia de su protesta el pasado 8 de abril, a través de otro escrito enviado a Washington a través de su abogado, en el que criticaba el comportamiento de Washington y La Habana respecto a su caso. “Dejé de comer el 3 de abril en protesta por el trato al que estoy siendo sometido por parte de los Gobiernos de Cuba y de EE UU. Estoy haciendo una huelga de hambre para denunciar las desconfianzas, los engaños y la inacción de ambos Gobiernos, no sólo en lo que respecta a su responsabilidad compartida en mi detención, sino en la falta de esfuerzos válidos y razonables para resolver mi vergonzoso sufrimiento”, decía aquel texto.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de la isla reaccionó de inmediato, proponiendo una vez más a Washington el canje de Gross por tres de los cinco espías cubanos detenidos en Estados Unidos en septiembre de 1998 y condenados en 2001 a penas de prisión que variaban entre los 15 años y las cadenas perpetuas. Dos de ellos —René González y Fernando González— ya fueron liberados tras cumplir sus condenas y ambos están de regreso en Cuba. Los tres miembros restantes del grupo—Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero Rodríguez— aún deberán completar varios años de cárcel. El canje de los espías fue planteado por Cuba por primera vez en enero de este año, durante la ronda del diálogo migratorio bilateral que se llevó a cabo en La Habana. En aquella oportunidad, el jefe de la delegación estadounidense, Alex Lee, pudo visitar a Gross en el hospital donde se encuentra recluido desde su detención.
“(Gross) se encuentra recluido en un hospital, no porque su situación de salud lo requiera, sino porque allí se le garantiza atención especializada por parte de personal médico y de salud altamente calificado”, explicó la directora general de Estados Unidos en el Minrex, Josefina Vidal Ferreiro, en una nota oficial publicada este miércoles por el diario oficialista Granma. Allí, según el Gobierno cubano, recibe un tratamiento “digno y decoroso” y han podido visitarle sus familiares, su abogado, funcionarios consulares y personalidades políticas y religiosas de Estados Unidos.
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