El misterio del vuelo MH370 prosigue seis meses después
Los familiares de las 239 víctimas exigen que se mantenga la búsqueda del avión
Al cumplirse los seis meses de la desaparición del vuelo MH370 de la línea aérea Malaysia Airlines continúan abiertas todas las incógnitas sobre su paradero. Aunque los expertos suponen que el avión, que cubría la ruta entre Kuala Lumpur (Malasia) y Pekín (China) con 239 personas a bordo, cayó al mar en algún punto del sur del océano Índico, no se ha encontrado un solo resto que lo confirme, ni una razón para su desaparición. La búsqueda entrará en una nueva fase en un par de semanas.
Los familiares de los pasajeros y tripulantes del vuelo presionan para que las autoridades chinas no se desentiendan, no ceje la búsqueda y pueda llegarse a saber algún día con seguridad qué ocurrió con sus seres queridos. Los parientes de varios de los 153 pasajeros chinos han denunciado que este verano sufrieron maltrato de la Policía cuando intentaron manifestarse frente a las dependencias de Malaysia Airlines en Pekín.
Australia promete seguir rastreando "hasta agotar todos los esfuerzos"
Para los familiares chinos, que este lunes celebraron una vigilia en el Templo de los Lamas en Pekín, la conmemoración del sexto mes de la desaparición llega en un momento especialmente amargo. Este lunes se celebraba el Festival del Medio Otoño, una de las grandes citas del calendario chino para una reunión familiar, que vuelve a poner de manifiesto la incertidumbre sobre el paradero definitivo de sus seres queridos.
“Buenas noches, Malaysian tres siete cero”, fueron las últimas palabras que cruzaron los pilotos con los controladores, unos 40 minutos después de despegar. Después, nada. Un par de señales de radar y el estudio de señales electrónicas captadas por un satélite indican según los expertos que el vuelo cambió su rumbo, se dirigió al Índico y se precipitó en el océano.
La búsqueda, centrada inicialmente en aguas del golfo de Tailandia, se trasladó a aguas del Índico sur. Hubo múltiples falsas alarmas de avistamiento de posibles restos o de señales de las cajas negras, que dejaron de emitir hace meses.
Tras seis meses de búsqueda y millones de euros gastados —sólo el Gobierno australiano, en cuyas aguas se cree que se hundió el Boeing 777, ha creado una partida de 63 millones de euros— la siguiente fase de rastreo comenzará en dos semanas. Tras un análisis más afinado de los datos del satélite y el mapeo del fondo marino en un área de 60.000 kilómetros cuadrados la empresa holandesa Fugro tratará de localizar con sonares el aparato.
La misión, dijo el sábado en Kuala Lumpur el primer ministro australiano, Tony Abbot, durará “hasta que se hayan agotado todos los esfuerzos humanamente posibles”. El coste se repartirá entre Australia y Malasia, que trata de reflotar su línea de bandera, que también sufrió la pérdida del vuelo MH17 en julio sobre Ucrania.
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