Han Dongfang: "La semilla de la concienciación está sembrada en Hong Kong"
El sindicalista y veterano de Tiananmen aconseja a los manifestantes suspender las sentadas "para no perder fuerza"
Han Dongfang (Nanweiquan, China, 1963) tenía 26 años cuando se sumó a la movilización estudiantil de Tiananmen en 1989 y fundó el primer sindicato libre de China. Encarcelado durante 22 meses tras la violenta supresión de aquellas manifestaciones, se exilió en 1993 a Hong Kong, donde fundó la ONG China Labor Bulletin, defensora de los derechos laborales en su país. Como activista, sigue con gran interés las manifestaciones pro democracia en Hong Kong.
Pregunta - Mucha gente ha comparado lo que está pasando ahora en Hong Kong con Tiananmen. Usted estuvo allí. ¿Ve similitudes?
Respuesta - No. Tianamen empezó con la muerte del antiguo secretario general (del Partido Comunista de China, Hu Yaobang) y la tristeza y la rabia que eso generó. De ahí se pasó a la lucha contra la corrupción y contra los mercados controlados por el gobierno. De ahí, a reclamar la libertad de los medios de comunicación y de ahí, a exigir la democracia. Se fue pasando de una cosa a otra. Aquí la gente tiene muy claro desde el primer día que lo que quiere son elecciones libres y democráticas.
P- Con su doble experiencia de veterano de Tiananmen y activista de los derechos sindicales en China, ¿qué consejos daría a los estudiantes sobre los próximos pasos?
R- Les aconsejaría que levantaran las sentadas. Anunciaría: “hemos logrado más de lo que esperábamos en la primera ronda, es imposible que Pekín no nos haya oido, que el gobierno de Hong Kong no nos haya oido. Lo más importante, la gente de Hong Kong nos ha oido y se han dado cuenta del poder que tenemos. Vamos a tomarnos un respiro y centrarnos en la negociación”.
Si se retiran ahora, demostrarán que tienen la confianza suficiente para marcharse porque saben que pueden volver. Y que tienen capacidad de planificar estratégicamente. Cuando golpeas no dejas el puño en el cuerpo del contrario, retiras el brazo lo antes posible y preparas el próximo golpe. Si no, pierdes tu fuerza.
P- Los manifestantes piden la dimisión del jefe del gobierno, Leung Chun-Ying, y una reforma política. Pero aún no lo han logrado, sólo un anuncio de negociación ¿Cómo convencer a la gente para que se marche habiendo logrado sólo eso?
R- No diría “sólo eso”. Para mí es un logro que Leung aceptara un diálogo. Pudo haber dicho “quien gobierna Hong Kong soy yo y no voy a aceptar que me impongáis condiciones”. Cualquier otro gobierno lo hubiera dicho.
Les aconsejaría que dejen las sentadas. Mostrarán capacidad estratégica"
Tendemos a pensar con esta lógica de amigo-enemigo, nosotros somos los ángeles y por tanto el de enfrente es el diablo. Y eso no ayuda. Hace 25 años, cuando estaba en la plaza, en Tiananmen, no lo sabía. Hoy... Creo que hoy tengo la experiencia suficiente como para darme cuenta. Pero pienso que ambas partes tienen el problema de que no quieren perder cara. Y si eso te preocupa demasiado, puedes desviarte de lo que quieres alcanzar.
P- ¿Es posible que, en las negociaciones entre gobierno y estudiantes, se pueda llegar a retirar la propuesta de reforma política de Pekín, el origen de la campaña de desobediencia civil?
R- No, no creo. No es posible retirar esa propuesta. Pero sí se puede hacer cosas dentro del marco de esa propuesta. Desde el punto de vista político, hay espacio. La política consiste en reinterpretar lo que ya se ha dicho. Una frase que significaba algo el mes pasado, el mes siguiente querrá decir algo completamente diferente. En política se trata de eso, de usar tu inteligencia. El principal escollo, en este caso, es el nombramiento de candidatos. Pero se pueden buscar opciones que no sean contrarias a lo que estipula la propuesta de Pekín.
En cuando a la segunda demanda de los estudiantes, la dimisión de Leung, está claro que se tiene que marchar, después de lo del gas lacrimógeno. No lo hará ahora, pero quizás en unos meses. Pongamos que se van los manifestantes, advirtiendo que volverán. Pasados un par de meses, quizás Leung anuncie problemas de salud y que tiene que renunciar. Pekín puede incluso hacer el paripé de decir que le necesita, que no se vaya. Y él dirá que lo siente muchísimo, pero que no le queda más remedio. De esa manera, todo el mundo salva la cara.
P- Hong Kong nunca había vivido una situación igual ¿Ha cambiado algo para siempre?
R- Desde luego. El mayor cambio es la concienciación de la generación más joven. La semilla se ha plantado en sus mentes y en sus corazones. Y no es algo que se les pueda quitar. Esa semilla crece hacia adentro.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.